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Marinette odia oficialmente a su padre (a Richard, no a Tom. Ella nunca podría odiar a Tom). Él maldito la envió a la escuela. Un lunes por la mañana después de una noche de insomnio. Y él no la dejó beber café porque aparentemente eso atrofiaría su crecimiento.

Fue una suerte que sus pantalones de entrenamiento (pañales) no fueran notorios gracias a la falda de la escuela o ella realmente asesinaría al tipo allí mismo en la mansión.

De todos modos, ella odiaba a Richard Grayson. Legítimamente. Con todo su pequeño y caótico ser. Y lo haría por el resto de su vida... o hasta que alguien le diera café. Lo que sea que sucediera primero.

De hecho, y ahora que lo pensaba, Marinette estaba bastante segura de odiar a todo el mundo en ese momento. A cada maldita persona.

"La nueva chica Wayne, ¿verdad?" Un chico se acercó a ella.

Era pelirrojo, con anteojos que ocultaban unos ojos verdes brillantes y era todo sonrisas también. Y no parecía traer ropa cara como todos los otros niños de la escuela, sino que parecía ropa más... sencilla. Él era pobre, claramente. Posiblemente un becado en una escuela de niños ricos, justo como ella cuando fue la hija de panaderos y no la hija de un tipo adinerado. También parecía nervioso. Nerd. Y sus nudillos rotos indicaron que estuvo recientemente en una pelea. Así que no era un nerd indefenso. Eso estuvo bien. Los nerds indefensos la pasaban mal, especialmente si eran como Sabrina o como los tipos nerds raritos de las películas.

Oh, cierto, ¿en que estaba? Ah, sí. Su venganza.

¿Cómo podría ella deshacerse de Richard Grayson sin levantar sospechas? ¿Tal vez podía usar ser torpe a su favor y fingir que todo fue un accidente? ¿O simplemente esconder esas cajas de cereales que sabía que estaban en la alacena de la mansión? ¿O ahogarlo mientras dormía? ¿O pedirle a Red Hood que simplemente acabara con él de una manera indolora? Esconder los cereales sonaba bien, tal vez ella debería hacer eso primero y luego todo lo demás. Observar su sufrimiento sería divertido.

"Vaya. Pareces seria. ¿Es por qué eres nueva aquí?"

Marinette entrecerró los ojos en su dirección.

"Estoy planeando un homicidio. Largo." Ella fue directa.

"¿Realmente tu Richard Grayson-Wayne fue tu padre? ¿Fue un padre adolescente o algo así?"

"Creo que serás el siguiente en mi lista de mierda."

Él chico continuó, sin perder el ritmo. "Eso es rudo. ¿Quién es el primer lugar?"

"Mi papá."

"Oh. Problemas con papá. Puedo relacionarme." Él chico era bastante carismático, aparentemente. "Soy Aiden Dagger." Él chico le guiño un ojo. Demasiado alegre. No le gustó. "Futuro periodista, tu mejor amigo el día de hoy y un increíble compañero del almuerzo."

Oh por dios. Alguien asesínenla ya.

Los ojos de la niña se movieron por el lugar, deteniéndose en una persona en la cafetería que estaba sentado solo. Eh, bueno, casi. Adrien estaba a su lado. Eso explicaba porque él rubio no estaba con ella. Uhm, ¿Qué debería hacer ella para espantarlo? ¿Asustarlo? ¿Amenazarlo? ¿Golpearlo? ¿O llamar a Damian? Él tipo era aterrador, así que seguro que Aiden se asustaría.

"Y tengo un termo lleno de café, si es que lo quieres."

Marinette lo miró enseguida. Una sonrisa alegre en sus labios.

Retiraba sus palabras sobre odiar el tipo. Le agradaba. Todo aquel que le diera café era un buen amigo. El café unía a las personas.

"Sabes, creo que seremos buenos amigos."

"¡Lo sabía!" Aiden le entregó el termo con café. Marinette no perdió el tiempo y lo abrió rápidamente, sirviéndose y bebiendo rápidamente un trago. Era café instantáneo, notablemente. Pero era café cargado y sin azúcar. Justo lo que ella necesitaba.

"Ahora, ¿Qué piensas sobre Batman saliendo con tu abuelo, Bruce Wayne?" Aiden cuestionó. Sus ojos brillantes y ansiosos mientras entrelazaba un brazo con Marinette comenzando a caminar rumbo a la siguiente clase.

Una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de la niña que estaba actualmente de buen humor. "Pienso que mi abuelo pudo haberlo hecho mejor." Ella le respondió. "Quiero decir, ¡él otro tipo nunca aparece cuando hay sol! ¡Y seguro que está atrofiado emocionalmente! ¡No merece a alguien tan bueno como mi abuelo!"

"Eso digo también." Aiden asintió solemnemente. "Seguro que solo lo está usando por su dinero."

"Pensé lo mismo antes." Marinette asintió, bebiendo más café. "Llámame Marinette, por cierto."

"Te llamaré 'Coletas'. Creo que suena mejor, especialmente porque es el único peinado que te he visto tener durante todos estos días que viniste a clases."

"Este es mi primer día de clases."

"Por eso lo digo, Coletas."

"Eso está bien para mí, Dealer." Ella le sonrió traviesamente.

"Ah, por el café." Él chico se rio. "Me gusta. Me hace sentir ilegal."

"Uh, las cosas ilegales son divertidas, ¿de que estamos hablando?" Adrien intervino, metiéndose entre ellos y pasando un brazo por los hombros de ambos con una sonrisa juguetona.

"Es mi nuevo traficante de café." Marinette respondió. "También se llama Aiden y creo que quiere ser reportero."

"Y es pelirrojo. Genial." Adrien dijo. "Los mejores tipos que conozco son pelirrojos."

"Solo conocemos a dos."

"Y uno de ellos es un buen tipo."

Marinette soltó una risita. "Es verdad."

"De todos modos, Rojo." Adrien se movió caminando frente a ambos, retrocediendo mientras caminaba. "¿No tienes nada para mí o solo la dama merece drogas?"

Aiden dudó por unos segundos. "Tengo esta pequeña bolsa de gusanos de goma ácidos." Él le mostró el pequeño paquete.

"Oye, eres bueno en esto." Adrien tomó la bolsa de gusanos de goma, abriéndola y echándose uno a la boca. Hizo una mueca ante el sabor ácido, pero siguió comiendo. "¿No has considerado en hacerlo real?"

"¿Pensé que éramos buenos siguiendo la ley?" Marinette cuestionó.

"Tu papá dijo: haz lo que te haga feliz." Los dientes y la lengua del niño estaban azules por la golosina que acababa de comerse. "Ser un delincuente me hace feliz en este momento."

"Ese es un buen argumento." Aiden parecía divertido.

"¡Está hecho!" Adrien dijo. "¡Seremos la nueva mafia de Gotham!"

Marinette simplemente negó suspirando. ¿Por qué tuvo que estar rodeada de tontos?

De bichos, gatos y murciélagos que no se rindenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora