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Natsuki Yoshida

Han pasado días, semanas, meses y años desde que me comprometieron con Shoto. Lo prefiero a él antes que a cualquier otro, es amable y me apoya en lo que necesite, pero quiero casarme con alguien que me guste, no con quien mi padre decida.

Esa tarde tuve una pelea fuerte con mi padre, él sigue sin cambiar de opinión, no entiende que no quiero casarme tan joven. A él solo le importa el reino. Y a mi mi salud.

Así que decidí salir, sola, sin guardias; que lo único que hacen es cohibirme de lo que quiero hacer. Me vestí con un traje blanco, con un mini corsé negro en la cintura y unas botas negras. Me puse mis gafas finas negras y me até el pelo en una coleta alta, con dos mechones fuera. Supongo que así no llamaría tanto la atención.

Caminé sumida en mis pensamientos, hasta que cuando quise ver por donde estaba, observé que mis pies iban solos hasta el Manantial Lila; es un manantial con agua lila, creado por la una Bruja del Lejano Oriente, según cuentan los libros de mamá, la bruja mas poderosa que ha existido.

Mis ojos comenzaban a ver el precioso Manantial, los árboles caídos, ese agua lila tan clara, las rocas totalmente limpias... Era un lugar tan precioso de observar.

Siempre me ha gustado mucho ese Manantial, me da seguridad. Desde pequeña he ido ahí, aunque los libros digan que es peligroso, yo no lo pienso, ¿Qué puede pasar? ¿Qué me encuentre a alguien medio muerto? Sí, eso puede pasar.

-¡Oh por dios!-Exclamé llevando mis manos a mi boca. Un chico peliverde, que mas o menos tendría mi edad estaba tirado en el suelo lleno de sangre por todos lados. Me acerqué rápidamente a él agarrando su cabeza.-Am, ¿esta bien?

-Ambos sabemos que no...-Comenzó a toser sangre, tenía razón, que pregunta mas estúpida.

Lo agarré de los brazos y lentamente lo pose sobre una roca, me senté junto a él y cerré mis ojos.

-¿Eh?¿Qué haces?-Habló entre tartamudeos.

Comencé a susurrar el cántico, mientras un humo verde comenzaba a aparecer en frente del peliverde. Sus heridas dejaron de sangrar.

-Al parecer tenías veneno en el cuerpo, ¿Qué se supone que has hecho?

-¿Qué se supone que has hecho tú? ¡Es imposible hacer ese conjuro de sanación! A menos que...¿¡Eres de la Familia Real?! -Yo acaricié mi sien.

-Sí...-Sonreí, a lo que este rápidamente agachó la cabeza.

-Lamento haberle hablado de tu, majestad. Mis mas sinceras disculpas.-Comenzó a decir muchas palabras rápidamente en un susurro.

-¡Ay!¡Ay! ¡No me hables de majestad! No hay cosa que odie mas, simplemente llámame Natsuki.

Él levantó la cabeza sorprendido, para luego sonreír.- Izuku Midoriya, pero puedes decirme Izuku.

-Es un placer, Izuku.-Le sonreí.

-¡El placer es mío, es increíble que este hablando con alguien de la realeza!

Yo reí.

-Por cierto muchas gracias, sino hubiese sido por ti, probablemente hubiese muerto envenenado o desangrado...-Habló el chico.

-No es nada, pero deberías irte a tu casa, aunque no vayas a morir, sigues teniendo la herida abierta.-Él se tensó y palideció.

-Oh sí, cierto. ¿Quieres venir conmigo a mi pueblo? Ya va a anochecer, y una princesa sola en la oscuridad es peligroso.

-Bueno... no sé, no quiero molestar.

-¡Que vas a molestar!¡Mis amigos estarán encantados de conocerte! Además necesito ayuda para caminar.-Reímos juntos.

ʟᴀ ᴄᴏʀᴏɴᴀ ᴅᴇ ʟᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇꜱᴀ.- ʙᴀᴋᴜɢᴏᴜ x ʀᴇᴀᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora