III

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Natsuki Yoshida 

-¡Hey! Los libros de mi madre hace que me guste mucho esos temas...

-¿Es bonito Lorillis?-Me preguntó mirándome de reojo.

-Precioso, Sho.

Él sonrió.-¿Y a quién mas conociste, además del gruñón de Bakugou?

-Conocí a sus amigos y a dos chicas muy lindas...Mina y Ochako.

-Mmh...-El asintió.

-Y a Izuku, me cae genial, es un buen chico.

-¿Midoriya?-Me miró sorprendido.

-Sí, ¿lo conoces?

-Claro que sí, es un buen aventurero. Aunque sigo viendo imposible que quiera conseguir la espada dorada.

-¿Espada dorada?¿La de All Might? ¿El aventurero que acabó con All For One?

-Sí...Al parecer cayó del cielo después de la pelea y no se sabe su ubicación.

-Pero si consigues la espada, eres como un Dios por los poderes de esta, ¿no?

-Prácticamente. Pero dudo que Midoriya quiera ser un Dios. Solo quiere derrotar a aquellos que siguen usando la magia para mal, supongo...

-Tiene sentido.

-Además, para poderla cargar debe ser el elegido, o de la Familia Real, es demasiado pesada para alguien "normal".

-Sí, entiendo...

-¿De qué habláis, chicos?-Mi padre cerró la puerta detrás de él y se sentó junto a nosotros.

-Al fin aparece, padre.-Le hablé sin mirarlo.

-Lo siento, querida. Tuve muchas tareas que hacer, no pude salir de la oficina, y tuve que ir al templo...

-Ya, lo sé.

Shoto me miraba con compasión, él me entendía.

-Y bien, ¿de qué hablaban?

-De la Espada Dorada. -Mi padre apretó sus puños con una sonrisa, ante mi respuesta.

-Oh...Interesante.

-¿Usted sabe algo, majestad?-Le preguntó Shoto.

-¡Oh vamos, Shoto! No me hables con formalidades, serás mi yerno.-Yo tragué saliva no muy animada.

-Padre...-Le hablé.

-No, Natsuki, os vais a casar, y él será mi yerno.-Me miró seriamente.

-Sí, lo sé. No se puede impedir eso. -Me levanté y me fui dejándolos a los dos sentados en el jardín.

-No se preocupe, seguro se le pasará, entiendo como se siente.-Fue lo último que escuché salir de la boca de Shoto.

Cuando salí me encontré con Tenya, quien al parecer venía a buscarme.

-Su majestad.-Hizo una reverencia.-Aoyama vino a verla.

-¿Eh?¿Aoyama?

-Sí, ¿le abro?

-Por supuesto.

Unos minutos después, Aoyama entró con una gran caja.

-Dios la cuide y ayude en todo lo que necesite, buenos días, su majestad.-Hizo una reverencia.

-Dios le cuide y ayude en todo lo que necesite a usted también, Aoyama. ¿Qué necesita?

-Bueno, hace unas horas su majestad me llamó, me comentó que necesitaba que ya sacase sus medidas.

ʟᴀ ᴄᴏʀᴏɴᴀ ᴅᴇ ʟᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇꜱᴀ.- ʙᴀᴋᴜɢᴏᴜ x ʀᴇᴀᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora