ʟᴀ ᴄᴏʀᴏɴᴀ ᴅᴇ ʟᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇꜱᴀ.- ʙᴀᴋᴜɢᴏᴜ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ

VI

Natsuki Yoshida

-Sí, un Wendigo. ¿No sabes que es?-Me miró de reojo.

-¿No?

Suspiró.-Cuando lleguemos a Lorillis te lo cuento todo, hay oídos por todos lados.

Yo asentí.-Oye...

-Dime.

-¿Cómo hago para la ropa?¿Y cómo voy a estar al menos 1 mes allí...?

-Por la ropa no te preocupes, la cara redonda puede dejarte si gustas, o puedo comprarte millones.-Me sonrió.- Y tranquila por quedarte 1 mes, le diré a tu sirvienta.-Le pegué un codazo.-¡Auch!-Rio.-Es broma, si quieres mañana puedo ir al castillo y comentárselo.

-¿Harías eso? 

-¿Por ti? 

Lo miré y asentí.

-No sabes lo que  podría hacer por ti, princesita.-Le sonreí. 

-Vaya...gracias.

Después de eso nos quedamos en silencio. Al llegar a Lorillis, Katsuki me ayudó a bajar de Kirishima.

-No te vayas a transformar, pelo mierda. Te recuerdo que hay una mujer aquí.-El dragón asintió ante su comentario y se fue volando hacia el bosque. 

Katsuki me agarró de la mano y me jaló suavemente hasta el castillo.

-Oye...puedo caminar solita.-Le hablé en un susurro. 

-Me da igual.

Ya me callé y además de observar como nuestras manos encajaban a la perfección volví a observar el pueblo. Era tan precioso, tan hogareño, con un ambiente tan sano y seguro.

-Kats.

Él me miró de reojo.-¿Qué? 

-¿Cómo mantienes tu solo tan bien las casas de los ciudadanos? 

-Bueno, realmente la mantienen ellos solos, son buenos ciudadanos.-Me sonrió. 

-Oh...en Arcelia debe controlarlo mi padre. 

-¿En serio?

-Sí...son muy dependientes...

Él se quedó callado.-¿Cómo se llama tu padre? 

-¿No lo sabes? Hiroshi Shigaraki. 

Me miró seriamente.-Hiroshi...ya decía que me sonaba demasiado.

-Claro que te suena, es un rey, Kats. 

-No... Vayamos al castillo, sigo diciendo que hay oídos en todas partes. 

-¿Oídos en todas partes? 

-Sí, ¿nunca escuchaste hablar de las Banshees? 

-¿Banshees? No...

-¿No?¿En qué cuento vives, princesita? 

-Pues...no sé. 

Llegamos al castillo y Katsuki fue a mirar si Kirishima ya se había transformado para dejarle ropa. 

-¡Natsuki!¡Qué de tiempo!-Izuku llegó a mi dándome la mano. 

-¡Hola, Izuku!-Le di un abrazo.-¿Cómo estas? 

-¡Bien! ¿Y tu? 

-Bueno, bien.-Sonreí. 

-Y...¿Cómo que estás...

-¡Deku!¡Deja de hablar con Natsuki y tráemela aquí!-Lo interrumpió. Su voz se escuchaba lejos, pero por su gran torrente sabíamos donde estaba.