La Noche Eterna es una antología de cuentos de terror y suspenso que guardan un trasfondo aún más oscuro que el original. Esta obra busca darle al lector esa visión de terror a lo oscuro y retorcido que puede llegar a ser la realidad, ya que vivimos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hay un monstruo en la habitación, no tiene ojos pero siempre me está vigilando. A lo largo de mi vida he sentido su mirada seguirme a todas partes, día a día, noche tras noche. Nunca deja de observarme a cualquier lugar que voy, no importa que haga siempre me encontrará.
Hay un monstruo en la habitación, no tiene oídos, pero siempre me escucha. Hasta el suspiro más pequeño que emana de mi cuerpo, es escuchado por aquel insensible y despiadado monstruo que habita aquí. Trato de escapar, pero sé que será inútil, el más mínimo paso que dé será percibido por él.
Hay un monstruo en la habitación, no tiene voz, pero siempre me dice que hacer. No puedo tomar una decisión por mí mismo, siempre utiliza mi boca para hacer su voluntad. Por más que trato de callar, siempre cedo a la insaciable crueldad de esta criatura que no para de hablar en mi cabeza.
Hay un monstruo en la habitación, no tiene nariz, pero puede oler mi miedo. Siempre lo utiliza en mi contra para burlarse de mí, sabe cuáles son mis mayores temores y los impulsa para que viva un constante horror y sufrimiento. He perdido varias oportunidades de avanzar porque siempre cedo al temor.
Hay un monstruo en la habitación, no tiene piernas, pero me sigue a todas partes. Trato de correr, pero siempre es más veloz que yo, aunque me esconda siempre me encontrará. No hay un lugar en el mundo en el que no me acompañe, siempre está atado a mi como si se tratase de un parásito.
Hay un monstruo en la habitación, no tiene brazos, pero no me suelta. Ya he intentado liberarme de él, pero es más fuerte que yo, aunque luche siempre hallará la manera de hacerme rendir ante cualquier situación. Quiero acercarme a unos brazos más amistosos, pero aunque no quiero siempre regreso aquí.
Hay un monstruo en la habitación que con el paso del tiempo se ha encargado de hacer miserable mi existencia. Llorar es la única cosa que puedo hacer ante el irremediable daño que me ha causado. Hay un monstruo en la habitación, no tiene nombre, porque habita dentro y ahora es parte de mí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.