Doctora Collins

Capítulo 19

Finalmente el día llegó; pese a los constantes intentos de mi novia de retrasar la reunión, no pudo continuar dilatando la situación y sus padres le exigieron que me presentara oficialmente ante ellos, por lo que mi novia me informó que el fin de semana viajaríamos a la costa y pasaríamos unos días allí, en la casa de su familia.

El estado general de estrés que le generaba la idea de que fuera a conocer a su familia no hacía más que alterarme por encima de lo normal; no entendía demasiado por qué le resultaba tan compleja la idea de que presentarme a sus padres, no se había mostrado reticente a mostrarse conmigo en ningún ambiente, ni en la universidad, ni en el trabajo. De hecho, me había presentado no solo a Carmen y su esposo, quienes parecían ser tan familia de ella como sus padres, sino que además había tenido la oportunidad de conocer a varios socios de sus negocios cuando habían venido a la empresa y me presentó como su pareja sin siquiera dudarlo.

Toda la semana previa al viaje Lauren estuvo más atenta a mis necesidades de lo normal, hasta planeó un día de compras para que pudiese adquirir atuendos y demás cosas que llevar a la estadía con sus padres. No me molestaba tenerla tan cerca mío, por el contrario, disfrutaba pasar tiempo con ella; lo que me preocupaba es que sintiera la necesidad de cambiar cosas en mí para que sus padres me aceptaran, lo cual acabó por alterarme a mí también, aunque trataba de comportarme lo más tranquila posible para no alertar a mi novia más de lo que ya estaba.

El viernes, al igual que los días que me retrasaba en la universidad, aproveché que la doctora Collins se encontraba en una reunión para almorzar en su despacho durante el break; era algo que se había vuelto más habitual desde que formalizamos nuestra relación. A los pocos minutos apareció Carmen por la oficina a hacerme compañía, según sus propias palabras, aunque luego de unos momentos comenzó a preguntar qué me pasaba - Lauren ha estado encima mío toda la semana - dije sin pensar y, al ver su reacción, me sonrojé y traté de explicar de qué hablaba - no, por dios, no me refiero a eso; sino a que ha estado demasiado atenta

- Ya me preocuparía que te moleste tenerla encima - bromeó haciendo que mi rostro eche fuego de la vergüenza - ¿y cuál sería el problema de que esté atenta a tí? Te lo mereces niña

Conociéndola, y sabiendo no solo la experiencia que tiene sino además es quién mejor conoce a la doctora Collins, me sinceré - No es un problema, pero no solo ha estado atenta a mis necesidades, también hemos ido a comprar ropa y cosas que cree que puedo necesitar en el viaje a conocer a sus padres - resopló - temo que esté intentando cambiar cosas en mí para que sus padres me acepten.

Tomó mi mano sobre el escritorio - Cariño, Lauren no está tratando de cambiarte en absoluto, te ama así como eres - dijo para tranquilizarme - además de que ella tiene bien en claro que su padre te amará y su madre te odiará sin importar lo que ninguna de las dos haga; así que puedes relajarte, toda la atención que te está dando es para hacerte sentir bien por la situación que lamentablemente te hará pasar este fin de semana.

Sus palabras lograron alterarme - ¡¿Se supone que eso deba tranquilizarme?! - grité - ¿Cómo puede hacerme sentir mejor saber que la madre de mi novia me odiará?

Mi jefa río antes de hablar - Sarah, Victoria ha odiado a absolutamente todas las parejas de sus hijos, especialmente de Lauren, no lo tomes como algo personal. - bromeó - creo que la única mujer que se ha relacionado con Lauren y le ha parecido aceptable es Clara, y estoy segura que es más porque tu novia internamente no la soportaba que porque realmente le agradara a ella.

Quise replicar pero la puerta de la oficina se abrió, dejando ver a la empresaria ingresar - ¿Debería preocuparme que mi mejor amiga y mi mujer tengan una cita romántica en mi despacho? - preguntó fingiendo seriedad.