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—joder.-

¿cuántas veces había susurrado esa palabra ya? louis tenía ganas de romper todo, si la persona que se encontraba en el baño no fuera harry, probablemente hubiera llamado a la policía y se habría largado de ahí.

pero harry es harry, su angelito descarado que tenía la suerte de seguir vivo y a su lado.

—lou. —el mencionado rápidamente volteó y encontró a harry con una bata puesta, recargado en la puerta cerrada del baño.

—ha-harry tienes que-estoy, las bolsas, —louis se detuvo y respiró profundo para poder continuar. —ya ordené una pizza, aunque dudo que puedas comerla ahora.

—gracias. —harry se tallaba los ojos.

parecía un gatito.

y a louis le parecía tierno.

aunque se los tallaba un poco fuerte...
demasiado fuerte, a su parecer.
mierda.

—harry. —louis se levantó del suelo donde estaba recogiendo las cosas para ir a detener a harry. —cariño, te vas a lastimar.-

—no-no quiero que hagas esto.-

—¿qué?-

—no merezco que hagas esto por mi.-

—¿estás...? harry tú mereces todo lo bueno en el mundo, mereces lo que te doy y mucho más.-

harry negaba cada palabra que louis decía.

—si, si harry, lo mereces.-

—louis no.-

—louis si, créetelo, lo vales.-

a este punto louis ya tenia a harry envuelto cómodamente entre sus brazos, en un tenso abrazo que el menor se rehusaba a corresponder.

—pero no, louis.-

el mayor se separó para poder verlo directamente a sus ojos.

—claro que si, lo haces. te demostraré cómo se trata a los ángeles como tú. -

caminó con harry entre sus brazos, llegaron a una habitación que louis supuso era del menor y recostó a harry lentamente.

harry cerró los ojos, estaba esperando las caricias y besos que guiarían hacia un sexo desordenado. pero nunca llegaron.

abrió sus ojos dirigiendo su mirada a louis, y lo encontró inspeccionando la habitación en busca de algo.

louis estaba yendo por alguna crema corporal para aplicarla delicadamente sobre su piel.

cundo comenzó, se sintió tan suave que harry comenzó a derramar lágrimas silenciosas.

por primera vez, harry estaba feliz de no tener que follar para mantenerse feliz.
todo lucía tan inocente que louis dudaba que fuera real.

pero lo era, y se dio cuenta cuando miró a harry y éste lo veía de vuelta con mucha atención, con mejillas rojas y húmedas debido a sus lágrimas.

—pareces un gatito.-

harry por primera vez en toda la noche sonrió genuinamente.

—¿tu ropa interior?-

—está... —la voz del menor soñaba muy ronca, así que la aclaró. —está en el cajón de abajo del espejo.-

inmediatamente fue y tomó un par de bóxers grandes (no le sorprendía que no había más que tres ahí dentro, todo lo demás eran bragas).
se los colocó con mucho cuidado y lo sentó en la cama.

tomó un cepillo del tocador ahí dentro y fue hacia harry.

—te cepillaré, ¿si?-

—si, si por favor.-

el castaño fue y se arrodilló tras él encima de la cama también, de manera que quedara un poco más alto para poder cepillarlo.

—tienes tanta suerte. —dijo louis con una pequeña sonrisa, comenzando a cepillar el cabello húmedo de harry.

—¿de qué? —harry levantó su cabeza tiernamente tratando de ver una parte de la cara del mayor.

—de que te quiera tanto.-

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please, louis! -ls- Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora