04. I'M THE PRETTIEST POISON

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04. I'M THE PRETTIEST POISON
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𝑻𝑬𝑨𝑪𝑯𝑬𝑹'𝑺 𝑷𝑬𝑻  ;  PEDRO PASCAL

NUNCA LE INTERESÓ SER demasiado atractiva o que la mirada de todos se posara en ella, hasta que el profesor Balmaceda apareció, cual droga, infestando cada rincón de su cuerpo.
Su rutina matutina constaba de tomar un largo baño para despejar el sueño y una hora para arreglar su rostro con aquella rutina y un sutil maquillaje que resaltaría cada una de sus facciones, en especial, sus ojos, acompañado de una vestimenta que, para muchos luciría cómoda pero que, discretamente dejaba mirar una porción de piel.
Aquel perfume dulce era el complemento de aquel look, sin olvidar el dije con su inicial, que su madre le había regalado para su cumpleaños número dieciocho, que, le hacía saber al mundo cuán legal era, sobre todo cuando descansaba justo por encima de sus senos.
Y es que, inclusive ella no podía dejar de mirarle, tal vez por la blusa que había elegido, aquella pequeña abertura en "v" dejaba ver aquella porción de piel tentadora acompañada de un bonito dije dorado.

Sus pasos eran seguros y concisos, la determinación al caminar siempre sería clave para demostrar confianza y seguridad en sí misma, por lo que, incluso el ambiente en aquel lugar se sentía distinto, como si todo fuera suyo o como si a todos pudiera proclamar como suyos.
Hasta que aquella nube se oscureció al mirar a James al frente.
Esta se detuvo en seco, dejando que su cabello se moviera ante su torpe detenimiento.

— Lo siento — murmuró cabizbajo, en aquel instante Aria sintió repulsión por el chico, en especial cuando este ni siquiera podía pedir disculpas sinceras, mirando a los ojos a las personas — Aria, yo... — pausó — no quería lastimarte... — la chica tuvo que contenerse para no reír escandalosamente en medio del pasillo — solo quería pasar un tiempo con mi chica, es todo — aquella palabra había golpeado su mente con fuerza, no podía evitar sentir repulsión ante ello mientras su respiración se agitaba.

Los ojos de esta examinaron cada facción de James, cayendo en cuenta que este lo hacía por un favor a cambio. Conocía al chico demasiado bien, como para saber que aquello era genuinamente sincero.

Sabía que James tenía un severo problema de ira, lo descubrió un día en su hogar, cuando esta simplemente bromeó con la idea de buscarse a alguien más, claro que en ese instante, estaba demasiado eclipsada como para ver el problema, por lo que la reacción del chico fue tomarla del cuello, con la suficiente fuerza para hacerle creer que aquello era producto de un desenfrenado deseo, que en pocos minutos, terminó en ellos, gimiendo ruidosamente.

Podía sentir la desesperación de James, preguntándose por qué había sido demasiado complaciente con él, simplemente era alguien que sabía hacer su trabajo, estaba claro que este era quien le había dado acceso para disfrutar del sexo, pero comportarse como un jodido adolescente, cuando ya tenía un pie de en los veinte, lo volvía demasiado exasperante.

A lo lejos, la chica miró al profesor Balmaceda, guiándose hacia el aula, sin embargo, este pareció entender la situación, por lo que no pudo evitar caminar con lentitud, por si alguna situación se presentaba.

— Lo siento, James — mencionó la chica — ya no te necesito... — escanearlo de arriba a abajo, bajo aquella mirada penetrante, produjo una extraña sensación en el chico — Ni a ti, ni a tus servicios — James rió burlesco, pero ante la serenidad de Aria, le miró confundido — He considerado que merezco algo mejor.

El profesor Balmaceda se encontraba a metros de distancia, escuchando con atención la conversación, simulando saludar a sus estudiantes, quienes recién ingresaban ante la llamada del timbre.

𝑻𝑬𝑨𝑪𝑯𝑬𝑹'𝑺 𝑷𝑬𝑻  ;  PEDRO PASCALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora