09. JUST CALL ME YOUR LADY

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09. JUST CALL ME YOUR LADY
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𝑻𝑬𝑨𝑪𝑯𝑬𝑹'𝑺 𝑷𝑬𝑻 ; PEDRO PASCAL

SUS PASOS ERAN METICULOSOS, pasaban casi desapercibidos, en aquel intento por guiarse en los pasillos. Su ansia de poder mirarlo de nuevo, se convertía en un martirio, en especial, cuando aquel día no le tocaba la clase del profesor Balmaceda.
Sus intentos por controlar sus propias emociones, le hacían creer que había perdido la cordura, sobre todo cuando los labios del profesor Balmaceda se volvían casa vez más recurrentes en su mente.

Y es que, podía recordar la forma tan varonil en la que se conducía, desde su perfume amaderado, hasta la habilidad para acariciar su cuerpo. Aún podía recordar aquella fogoza sensación en donde sus dedos se escabullían alrededor de su cuerpo y lo reclamaban como suyo con tan simple toque, casi como si quemara la piel de la chica.

El frenesí podía sentirse en el ambiente, en especial cuando notó aquella memorable aula, sus piernas fallaron al percibir su presencia, este se encontraba impartiendo clase, Aria suponía que era el segundo grupo después de el de ella.
La naturalidad y voz con la que se dirigía, hacía confirmar que sabía muy bien lo que hacía.
Por intuición, la castaña llevó una mano hacia su cuello, rascando su piel, con delicadeza, como si aquello fuera una forma factible de apagar el fuego en su interior.
Tal vez fue cuestión de suerte, que palideció al notar que el profesor la miraba. Aunque sus mejillas se tornaron rojizas, ni siquiera se inmutó por apartar la mirada.

- Maldita sea... - expresó en un susurro al mirarlo acomodarse el cabello. Sus labios sufrieron leves consecuencias al morder con delicadeza, y, de nuevo, el profesor Balmaceda la miró.

Aria no pudo evitar apretar los puños y ejercer fuerza con sus piernas cuando este acarició con gentileza su cuello antes de cruzar sus brazos, uno sobre otro, denotando la inmensidad de su pecho y brazos.

- Señorita Chevalier - expresó un administrativo de la universidad. En su placa podía leerse "Señor Smith". La chica se llevó ambas manos al pecho ante tal abrupto encuentro.

Mirando angustiada y tragando en seco, asintió.

- Debería encontrarse en clase - mencionó con tono neutral al mirar su reloj. Aria, de nuevo asintió, incluso le sorprendía cómo los administrativos recordaban el nombre de todos, ella a duras penas podía recordar lo que había desayunado.

- Quería hablar con el profesor Balmaceda sobre la materia.

Este miró de reojo hacia el aula.

- Podría levantar un reporte y con gusto, yo le ofreceré la respuesta. Así, ninguno tendrá inconvenientes con sus respectivas clases.

Aria asintió levemente, estaba claro que no tenía algo sensato para reclamar al profesor, o tal vez lo único, eran las inmensas ganas de poder besarlo, de nuevo.

- ¿Bajo qué concepto puedo registrar su reporte?.

- Ah... - titubeó, rascándose la nuca.

El señor Smith la miraba impaciente mientras golpeaba sutilmente sus dedos contra la pantalla.

- ¿Ocurre algún problema?.

Aria suspiró al escuchar la voz del profesor.

- Lamentamos la interrupción, profesor Balmaceda. La señorita Chevalier desea reunirse con usted más tarde pero es importante levantar un reporte.

Balmaceda asintió, acomodando sus gafas.

¡Dios! Pensó la chica al notar tan simple acto.
El profesor Balmaceda la miró, como si con aquello le hiciera notar que era consciente de cada movimiento de la joven.

𝑻𝑬𝑨𝑪𝑯𝑬𝑹'𝑺 𝑷𝑬𝑻  ;  PEDRO PASCALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora