Capítulo 8

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En las profundidades

El tiempo no tenía explicación a medida que iba cayendo más y mucho más rápido en las profundidades de las aguas negras, mientras iba cayendo el agua detrás de mí iba desapareciendo. Cuando finalmente siento que tocare suelo, siento que algo me frena a pocos centímetros de tocar lo que eran un montón de arena. Me levanto algo desconcertado y empiezo a ver a todo a mí alrededor.

-¿Dónde estoy?-

El lugar a mi parecer es un desierto, no se escucha nada y no hay ni una corriente de aire. Lo más extraño de todo es que donde debería estar el cielo se encontraban eran las aguas negras, se podía ver el mar por completo. A la distancia veo un portón y empiezo a caminar hacia él. Pase un largo rato caminando, esto parecía una película de terror donde el joven camina y camina por un pasillo y el pasillo no tiene fin. Pero en mi caso por fin logro ver cerca el portón. Al estar casi al frente del portón empiezo a sentir temor de lo que podrá pasar al abrirlo, cuando de pronto atrás de mi escucho algo que ruge a la distancia como si fuera una enorme criatura, veo que la arena se mueve a la distancia como si algo se moviera debajo de ella, empecé a correr con rapidez al portón y en lo que estoy más cerca se va abriendo, ya estando cerca veo que las rejas son de humo negro y se ve como se mueve pero a lo que estoy cruzando veo a una niña de cabello negro parada al lado. Escuche el rugido y voltee rápidamente hacia atrás y veo que la criatura está cerca de mí, ya sin poder respirar, miro donde estaba la niña y ya no se encuentra, paso el portón y vuelvo a voltear hacia atrás. De pronto la enorme criatura sale de la arena y es como una culebra solo que su cuerpo es puro huevo que rodea todos sus órganos y su cabeza parece la de un león viejo y herido, de pronto se lanza sobre mí y veo que no tengo escape, ya estaba tan cerca que vi mi fin aproximarse, pero a pocos segundo de llegar atraparme se detuvo y me estaba viendo fijamente, en ese momento de pánico siento que tengo a una sombra detrás de mí.

Cuando volteo había un hombre de gran altura, piel pálida, cabello negro y laceo que le pasaba por la cintura, en su cabeza salían dos cuernos negros y sus ojos eran totalmente blancos, en su espalda se encontraban un par de alas que se veían echas por niebla y solo tenía un pantalón blanco con unas extrañas figuras que parecían runas. La criatura no me veía a mí, lo ve a él, de  pronto el hombre extiende su mano y sale una fuerte onda sonora que golpea a la criatura haciendo que se descompusiera rápidamente hasta solo quedar polvo, de pronto el hombre baja su mira hacia mí y me apunta también con su mano y vuelve a salir la extraña onda, me cubro rápidamente pero siento como me golpea y me arrastra unos centímetros hacia tras me levanto como puedo y empiezo a ver mi cuerpo a ver si me ocurre lo mismo que la serpiente de la criatura pero veo que no pasa nada y veo que él también se sorprende y se va acercando a mí, en lo que voy a empezar a correr me sujeta por el cuello y se queda viéndome, de pronto baja su mirada a mi pecho y pone una cara de sorpresa y preocupación me deja caer con fuerza a la arena.

- Levántate y sígueme- me dice, su voz era calidad y tranquilizadora era muy extraño escuchar una voz así sobre todo por su aspecto y el lugar donde nos encontrábamos.

-No te seguiré- le dije fijamente se voltea y acerca tan rápido que no me doy cuenta que está pasando, siento un fuerte golpe en el estómago que me hace perder la consciencia.

Con algo de dolor de cabeza, las piernas temblando me y el cuerpo débil logro despertar, me doy cuenta que ya no me encuentro en las arena si no está ves era una superficie rocosa, me levanto como puedo y veo que esta el hombre sentado al frente de mí.

-No intentes escapar- volteo a mí alrededor y no logro ver nada, todo está totalmente oscuro y con la poca luz que puedo ver es como si emanara de su cuerpo.

-¿Cuál es tu nombre y a donde me has traído?- le pregunto, el voltea a verme y viéndome a los ojos me dice -Soy Athatriel-

-¿Qué haces tú aquí Athatriel?- el mira sus mano y me dice- soy un ángel caído, condenado por no estar de acuerdo ni con Dios ni con Luzbel-

En verdad me sorprendió escuchar eso ¿en verdad es posible ser desterrado por eso? me pregunto a mí mismo, su respuesta me dejo muchas dudas pero antes de que preguntara otra cosa la tierra empieza a temblar y una grieta pasa por debajo de nosotros y se pierde a la distancia, de pronto una luz amarilla empieza a emerger de la grieta y adelante se escucha como la tierra se rompe y la luz se hace más intensa, Athatriel esta como si nada de pie viendo lo que ocurre, cuando de pronto todo el suelo que está al frente de nosotros se hunde y la luz disminuye poco a poco, y una gran cantidad de polvo en lo que se empieza a despejar hay un gran cráter y una ciudad enorme.

-¿Qué es eso?- le pregunte a Athatriel señalando la ciudad.

-Es donde se encuentra el Clan Oblitus ellos sabrán que hacer, así que vamos- el me responde con mucha tranquilidad.

Susurros en Umbra UrbesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora