Capítulo 5

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                    La iglesia y Agros

Mientras descansaba...

Empezaron a venir imágenes a mi cabeza, donde se veía a mi padre doblando el volante para no estrellarse y una voz susurro. –No sigas, regresa- Me levante y tenía un dolor de cabeza muy fuerte que se calmó a los pocos segundos, me asome por una de las ventanas y todo seguía tétrico y con niebla, me preguntaba donde estaban las chicas, me daba miedo caminar por la casa yo solo y no me quería salir del pentagrama. Pero en medio de mis ganas de no salir se encontraba la curiosidad y entro a la biblioteca aun sabiendo la gran cantidad de cosas horribles que podía hacerme la chica de la mirada fria.

Fui con calma y manteniendo mi mente en blanco, abrí con cuidado la cerradura, entre, la deje casi abierta, empecé a ver los libro pero sin sacarlos, había de todo los tamaños, formas y colores, algunos hasta temblaban, otros le salía niebla y se escuchaban voces, pero había uno que no estaba puesto en su lugar estaba encima de la gran repisa, era azul oscuro y brilla con una luz muy baja, en lo que busco una escalera para alcanzarlo, subo la cabeza y el libro ya no estaba, en ese instante escuche pasos y salí de la biblioteca, cerré la puerta, me pregunte qué había pasado con el libro.

Volví al pentagrama, escucho unos pasos cuando veo es Yesica con otra ropa, con un vestido de gala negro con blanco y un sombrero como de mago, se veía muy bien.

-Tienes que arreglarte vamos a ir a la iglesia- me dice.

-¿Me acompañaran?-

-Si- me responde riéndose con una mano en la boca y otra el sombrero.

La idea me agrado, ya que pensaba que iría solo, en eso llega la chica de la mirada fría.

-Necesitas que alguien hable con Agros para que te de paso- me dice.

 -¿Quién es Agros?-

 -Es una bestia que se alimenta de las pesadillas de los vivos- me dice Yesica guiñándome el ojo, realmente su manera de decir las cosas o le parecen divertidas o solo busca hacerme sentir cómodo...

-Entonces no los deja tener pesadillas-

-No, el las provoca y dependiendo de cómo te asustes, será la porción de vitalidad que te quite- me dice Yesica.

-¿Entonces te roba parte de tu vida a través de las pesadillas?- le pregunto algo asusto...mucho.

-Sí, ¿por qué crees que hay vivos que mueren durmiendo?-

De escuchar eso me daba miedo solo de pensar en dormir, volteo y me fijo en la chica de la mirada fría, también traía puesto un vestido pero el de ella era rojo como la sangre, con bordes blancos, se veía bella pero en ella producía miedo también.

 -Es hora de que te cambies- me dijo. Me da un pantalón negro, zapatos de punta una camisa manga larga negra. Me pareció raro el que vistiéramos así  pero no quise preguntar él porque

Me puse la ropa, salimos de su casa.

-¿Cómo vamos a ir a la iglesia?- les pregunto.

-Fácil- me responde la chica de la mirada fría. De pronto apareció entre la neblina un carruaje hecho de cráneos, eso me puso nervioso. El carruaje se paró al frente de nosotros y antes de subir, la chica de la mirada fría acaricio uno de los cráneos como si fuera una mascota. Nos subimos al coche, mientras partíamos a la iglesia me doy cuenta que este ambiente tan tétrico combina con la chica de la mirada fría y que sus ojos realmente parecen dos canicas azules, de repente escuche un susurro, como si estuviera la persona detrás mío.

Susurros en Umbra UrbesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora