★ 08

274 26 1
                                    

★

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras huían se encontraron con Jesse. El asiático las había perseguido solo, y eso enojó a las dos chicas.

— Bien, ya entendieron que hay que hacer.

Samantha rodó los ojos al escucharlo, su plan era como uno suicida.

Los tres salieron de la casa donde se ocultaban y comenzaron a dispararles a las personas que rodeaban una camioneta, su método de escape.

Cuando acabaron con los que estaban allí se subieron rápidamente, Ellie adelante junto a Jesse y Samantha en la parte descubierta de atrás.

— ¡Arranca!—Gritó la roja comenzando a dispararle a más personas que llegaban. Al ver que la camioneta no encendía Ellie se giró y comenzó a ayudarla.

Otro vehículo apareció cuando la camioneta por fin se encendió.

Ellie disparaba a los de adelante. Sam a los de atrás y Jesse manejaba. Era un caos, las camionetas chocaban y Samantha casi se había caído en uno de esos choques.

Su respiración era rápida y comenzaba a sufrir taquicardia, pero se tranquilizó un poco cuando la castaña mató al conductor y ambos chocaron, pensó que había terminado, pero no.

Empezaban a aparecer corredores y el asiático comenzó a dar marcha atrás mientras Ellie disparaba.

Pensó que su corazón pararía al ver como uno agarraba a Ellie por la ventanilla y pretendía morderla, no se había olvidado del detalle de que ella no podía infectarse, pero le preocupaba que tuviera una herida grave. Se abalanzó sobre ellos, clavándole su cuchillo en la cabeza al corredor.

Después de toda la adrenalina y miedo, cayeron a un pequeño lago. Samantha salió a la superficie rapido, ya que iba atrás, se acercó a la orilla y al salir se tiró boca arriba, viendo el despejado cielo y agradeciendo, por una vez, que estuviera viva.

Ellie y Jesse salieron a la superficie luego de unos segundos y nadaron para ir junto a ella.

Estaban vivos, cómo siempre. Samantha reía por los nervios mientras volvían al teatro, Ellie bromeaba de vez en cuando para aliviar el momento, pero a Jesse le parecía estúpido que se rieran cuando apenas habían salido vivos.

— Dina.—Habló la pecosa al llegar.

Dina abrió las grandes puertas del teatro para recibirlos. Con una sonrisa miro a sus amigas y negó al ver a Jesse.

Se acercó a él y lo abrazó hasta que se quejó por dolor.

Samantha rio y entró, siendo seguida por sus amigos.

Mientras Dina ayudaba al chico, la roja se fue a la sala del escenario para descansar un poco.

El cansancio la consumía, y la preocupación que tenía con Ellie, la cual claramente se notaba su estrés postraumático, no ayudaba mucho.

Alone | Ellie WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora