no importaba el outfit, el maquillaje, el peinado ni los accesorios, ¡rei no quería ser tierna! y siempre se lo hacía saber a sus miembros. ella quería ser una chica cool, tan genial que cuando la veas digas "wow, realmente quiero ser como ella", no quería ser una chica que cuando la veas quieras apretarle las mejillas. no iba con ella, según sus palabras.
sin embargo, había un pequeño secretito que se mantenía entre ustedes dos: a rei le encantaba ser una niña mimada. pero, ¡no podía evitarlo! aunque no quisiera, se encontraba a sí misma hablándote en el tono más bebé que podía, constantemente reclamando besos y caricias de su novia. ella simplemente amaba el poder mágico que tenías en tus manos y en tu corazón, decía que la hechizabas para siempre tenerla así. a rei le encanta tener tus manos suaves por su cuerpo, dejando caricias que la hacen suspirar; sus favoritas son cuando le acaricias el cabello o la mejilla y tus ojos la miran con dulzura, o cuando está intentando dormir y le acaricias sus brazos y la espalda. también le gustaba la atención, contarte cosas y que siempre le respondas con un "wa, ¿en serio, bebé?" o "¡lo hiciste tan bien, amor!", y ni hablar de los besos, sip, esos definitivamente eran sus favoritos. no podía ni encontrar las palabras correctas para describir la sensación única que le daban tus besos. en fin, rei era un cubito de azúcar que se derretía fácilmente si se trataba de tí. aunque, claro está que las demás miembros no podían enterarse.
— wow, ¿no me veo genial?— habló rei mientras posaba sutilmente ante las chicas con su atuendo para la alfombra roja—.
— te ves adorable— le respondió liz—.
— unnie, te ves realmente bien— apoyó leeseo, dándole una sonrisa cálida—.
— te ves adorable— apoyaste a liz—.
— ¿cierto?, ese peinado se ve comestible.
rei la miró con una mueca divertida de "disgusto" y trató de seguir posando sin prestar atención.
— sus mejillas se ven comestibles— admitiste, riendo despacio—.
— no las puedes comer, liz, tampoco puedes comer mi cabello.
— se ve como una bolita de chocolate— apuntó yujin ante el peinado, sumándose a la noción de liz—.
— además, adoras que te bese las mejillas— le dijiste, causando caos en la habitación—.
— ¡yah!
rei se había vuelto un tomatito.
(...)
a la hora de volver a los dormitorios, finalmente luego de los premios, rei comenzó su camino directo a tu cama, como todas las noches, sin embargo al estar ambas bajo las sábanas, notaste que tu novia te estaba dando la espalda, sin intenciones de voltear y abrazarte para dormir, como usualmente hacía.
— buenas noches— la escuchaste decir, con su voz tan suavecita como siempre—.
— ¿rei?, cariño, ¿por qué no vienes conmigo?— intentaste abrazarla por atrás pero se quejó y te sacó, sin fuerza—.
— porque gracias a ti ahora las chicas piensan que no puedo vivir sin besitos.
sabías que su pequeño episodio no estaba yendo en serio, ella hablaba tan tierna que no pudiste evitar reirte.
— lo siento cariño, se me escapó. además, es verdad.
— ¡no lo es!, por eso esta noche voy a dormir así. rei puede sola— enfatizó—.
— oh...— querías ver que tan lejos llegaba—, está bien. buenas noches.
también le diste la espalda y cerraste los ojos plácidamente. rei abrió sus ojitos, asustada, mientras su corazón se volvía rápido al pensar que tu indiferencia era real. no había pasado ni un minuto cuando notaste lo rápida que se había vuelto su respiración.
— um.. ¿yn?— llamó, casi susurrando—.
— ¿sí?
— e–era mentira...— reíste—.
sin llevarlo más lejos, te diste vuelta y rei te copió inmediatamente, lanzándose a tus brazos como si la hubieras abandonado por años. pronto llenaste su carita entera de besos y dejaste uno para el final; el que rei estaba esperando con su boquita lista. le dejaste un beso sonoro y rió.
— ahora sí son buenas noches~..— dijo, mirándote con la sonrisa más brillante de todas—.
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