ahn yujin : desobediente

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siendo líder de ive te llevabas muchas dificultades. era el grupo más hermoso y carismático en el que podrías estar, pero vaya que eran revoltosas. no había ni un solo momento donde estuvieran en silencio.
si tuvieras suerte estarías presumiendo el hermoso día libre que starship les había otorgado en orden de dos semanas super ocupadas y bien recibidas por el público, sin embargo no la tienes, ya que ahn yujin decidió quedarse en casa contigo.

es decir, pasar tiempo de calidad con tu novia era algo que sin dudas las mantenía felices a ambas, solo que particularmente este día yujin se había despertado más alborotada de lo normal. si fuera un juguete a cuerda se habría pasado de vueltas.
se negaba a cualquier cosa que le pedías, te molestaba ignorandote a propósito cuando hablabas, iba de acá para allá gritando y bailando.
no podías entender como con tanta energía no decidió salir a gastarla afuera como las demás en vez de encerrarse y casi dar vuelta el dormitorio.

- yujin, amor, tira los envoltorios a la basura. no se dejan por ahí tirados- le dijiste con un dulce tono paciente mientras tirabas envoltorios de chocolatitos que había comido al basurero-.

- ¡lo siento!- dijo, realmente sin prestar atención, ya que buscaba algo que no sabías-, ¿has visto la nintendo de liz?

- ¿para qué la quieres?- preguntaste de brazos cruzados-.

- para... ver como está el tiempo, ¿crees que va a llover?- usó un tono sarcástico, mirando a la ventana donde claramente se dejaba ver un cielo despejado-.

- yujin~ -tu tono tenía cierta advertencia y su cara cambió-.

claro que sabías que la quería para jugar, pero la dueña de la consola no estaba en casa y mejor prevenir que curar, ¿no?

- está bien... solo quiero jugar un poco.

- liz no está aquí, mi amor, ¿preguntaste si podías usarla?

- ¡nop! pero seguro no le molestará- sonrió inocente, tratando de convencerte-.

- seguro que no, pero primero pregunta.

- ¡ah~!- lloriqueó jugando- pero ella está ocupada y seguro va a contestar tarde... me aburro ahora- se acercó haciéndote el puchero que tanto adorabas-.

levantaste una ceja y la mirabas divertida, ya sabías sus trucos.
pasó sus manos por tu cintura antes de traerte hacia ella, abrazándote y acomodándose en tu cuello.

- aburrida, ¿mh?- asintió, dejándose llevar por las caricias que tus manos le daban su cabello- ¿qué tal una ducha?

- ¡no!- tomó postura pero sin abandonar el lugar de sus manos en tu cintura-.

- oh, ¿por qué?- reías suavecito- no te vendrá mal, después podemos mirar una película.

- tomaré la película.

- y la ducha también.

- ¡no!- y así, salió de tus brazos corriendo hacia alguna habitación-, ¡yujinnie no va a bañarse!

nada cambió.

tu novia se había perdido entre las habitaciones y había un largo día por delante, querías que las chicas al volver estén cómodas, por lo que limpiar un poco la cocina y la sala no les vendría mal.
curioso era que, en todo el tiempo que te había tomado limpiar ambos ambientes, yujin no había emitido sonido alguno.
su celular descansaba en el sofá, podría simplemente estar durmiendo pero la conocías, y sabías bien que se traía en manos.

con cautela avanzaste hacia las habitaciones y la encontraste en cama de liz.
con su nintendo.

ella reía inocente ante lo que jugaba, pero la incomodidad de sentirse observada la había invadido. apenas logró conectar con tus ojos y tu figura de brazos cruzados sobre el marco de la puerta, sintió su corazón pasar de primera a quinta.

- ¡amor!- gritó y pronto salió corriendo, pasando por tu lado pero siendo más rápida al escapar-.

- ¡yujin, ten cuidado!- le advertiste-.

tarde fue, ya que yujin al voltear a ver atrás, no frenó ni se movió a tiempo para esquivar la esquina del sofá, la cual sirvió de pared contra su rodilla, haciendo que la consola se resbale torpemente de sus manos.
el golpe seco contra el piso la hizo congelarse en su lugar.

solo podías suspirar, apretar los puños despacio y respirar con calma, tratando de encontrar la forma más tranquila de lidiar con la situación.

- ¿cariño?- ella solo pudo mirarte, asustada-, ¿qué había dicho de la consola?- tu semblante serio y a la vez tranquilo le estaba provocando una corriente de escalofríos por todo el cuerpo-.

yujin apretó sus manos y rápidamente se le formó una capa de lágrimas en sus ojitos. el labio inferior se asomaba en un puchero y temblaba despacito.
caminaste a recoger la consola, ahora apagada por el golpe, yujin había bajado la cabeza en cuanto pasaste por su lado.
la dejaste sobre el sofá, donde tomaste asiento y la llamaste a que se acercara.
se sentó sobre tu regazo y te abrazó, se recostaba sobre tu pecho mientras trataba de ahogar los sollozos.

- lo siento...- murmuró-.

hiciste circulitos sobre su espalda y después acariciaste con delicadeza su cara. no podía mirarte.

- yujin- llamaste, logrando que te mirara a los ojos-, está bien, ¿sí? nos aseguraremos de que encienda correctamente antes de lamentar cualquier cosa- asintió despacio-, pero la próxima hazme caso, ¿de acuerdo?

otra vez asintió y por un momento ver su carita de cachorro regañado te hacía querer bañarla en besos, casi convenciendote de que en verdad va a hacerte caso cuando sabes que no será así.

- ahora sí vamos a ducharnos.

su carita cambió. resopló y murmuró un "está bien", claramente sin estar de acuerdo pero no podía negarse.

- pero, ¿después me haces algo de comer?- preguntó con ojitos grandes-.

reíste, pensando que su personalidad fuerte ya estaba tardando en volver.

- está bien, yujinnie.

estiró su boquita y sonreíste, dándole el beso que buscaba.

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