rei no supo cuanto le gustaba convivir a tu lado hasta el día de la separación de dormitorios. gracias al trabajo arduo de ive y la excelente devolución del público y los fans fueron capaces de ser premiadas con dos dormitorios nuevos, los cuales iban a ser organizados al azar puro. para su desagrado, habías quedado en el otro dormitorio.
en el primero estabas junto a yujin, leeseo y liz mientras que rei quedaba con wonyoung y gaeul. según el manager, la división no era algo que podían negociar. las dos mayores quedaban con algunas más chicas y les parecía justo así, nadie había notado que una no estaba contenta con la separación. leeseo, por ejemplo, festejaba como la niña que era al tener a sus unnies con ella, en su burbuja no podía ni imaginar que su compañera fuera todo lo contrario, es por eso que cuando le preguntó por su opinión al compartir dormitorio con gaeul se sorprendió bastante cuando vio que su labio inferior temblaba y sus ojos amenazaban con lágrimas.
rei intentó responderle lo mejor que podía a la más chica puesto que no quería ser mala unnie y, además, leeseo no tenía que ver con su problema. a pocas palabras le dijo que estaba bien con ello. claramente mentía. fue entonces cuando se disculpó para ir a su habitación y encerrarse en su pequeño espacio. todas estaban en su pronto-a-ser-viejo dormitorio. leeseo preocupada se te acercó y con ojitos grandes te avisó lo que había pasado. palmeaste su cabeza con cariño y le dijiste que no se preocupara, que ibas a solucionarlo, como respuesta viste su carita relajarse un poco y asintió.
abriste la puerta de la habitación que compartía con leeseo y gaeul y entraste despacio, acercándote a su espacio. abriste la separación un poco y te asomaste. estaba tapada hasta la cabeza, solo podías ver su figura de espaldas.
— ¿cariño?— la llamaste suave—.
todavía bajo las sábanas se dio vuelta y se asomó poco. veías su carita totalmente triste, llorando.
— bebé, ¿qué pasa?— sin más, caminaste a ella, te sentaste al lado suyo y acariciaste los cabellos que caían sobre la almohada—.
decir que estabas preocupada era poco. rei no era de las que lloraba por cualquier cosa o con facilidad. las lágrimas era lo último que podías ver como signo de que realmente estaba herida. era una pequeña valiente y testaruda.
— n-no quiero que te a-alejes...
tartamudeaba y temblaba, su voz se había vuelto tan frágil que si fuera un hilo con solo soplarlo podrías romperlo.
— ¿cómo podría alejarme, rei?— seguías dejando las caricias más amorosas como podías, esperando calmarla y que hablara más—.
— porque... estaremos alejadas y aunque... a-aunque trabajemos juntas ya n-no estaremos como antes...— notabas como cada vez que hablaba iba teniendo más desesperación al querer explicarse—. y si... ¿y si nos distanciamos feo?— sollozaba a más no poder, y con esas últimas palabras, largó el pequeño llanto que guardaba—.
muy en el fondo querías reír de los pensamientos tan dramáticos que tenía tu pequeña novia, pero entendías que en el más lejano de los casos, distanciarse era una posibilidad.
— rei...
levantaste las sábanas y te metiste a la cama con ella, quien apenas te acomodaste bien, te abrazó como si te fueras a escapar.
— hablaré con el manager para conseguir un cambio, ¿está bien? pero si no sucede, no tienes que preocuparte por esas cosas— con tus brazos te aseguraste de abrazarla protectoramente—. eres mi novia, ¿recuerdas? y si logramos eso, podremos con todo.
a rei le encantaba esa palabra. le encantaba pensar y decir que eras su novia. sentir que por un poco le pertenecías como ella a ti le gustaba mucho, le recordaba que la persona más hermosa del mundo estaba a su lado.
— kongsuni, te amo— frotaste tu nariz con la de ella, logrando que riera un poquito y las lágrimas dejaran de salir—.
— yo también te amo~— dijo, todavía con un pucherito en los labios—.
— entonces ya no llores— tocaste su nariz haciéndole 'bop' y le robaste un beso de la boca—.
— pero así tengo mucho de esos...— te dijo despacito, mirándote con los ojos más llenos de amor que nadie más en el mundo—.
— si no lloras tendrás muchos más.
su carita se iluminó.
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