Travesías y Revelaciones.

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El sol se encontraba en su punto más alto, anunciando la llegada del mediodía. Alea, sugirió: -Ya casi es hora del almuerzo, vayamos a comer algo primero-. Sus palabras fueron recibidas con asentimientos entusiastas, especialmente de Reddel, quien había estado quejándose de su hambre durante todo el viaje.

Moon, por otro lado, se mostró un poco más reservada. Con un gesto tímido, detuvo a Grace tirando suavemente de su abrigo y le confesó que necesitaba comprar unos libros antes de que se le olvidara. Prometió alcanzarlos más tarde, y aunque Grace parecía un poco dudosa, finalmente accedió. Acordaron un lugar y una hora para encontrarse más tarde, y con eso, Moon se dirigió a la librería de Snowgrove, ubicada en la bulliciosa calle principal.

Al cruzar el umbral de la librería, Moon se encontró en un espacio que parecía mucho más grande por dentro de lo que aparentaba desde fuera. Las paredes de madera retorcida y las ventanas de cristal de colores brillaban con una luz misteriosa, dando al lugar un aire de encanto y misterio. Los estantes de libros se elevaban hasta el techo, tan altos que necesitarías una escalera mágica flotante para alcanzar los más altos. Los libros estaban meticulosamente organizados por temas mágicos: pociones, encantamientos, criaturas mágicas, historia de la magia, y mucho más.

El aire estaba impregnado del aroma del pergamino antiguo y la tinta mágica, un olor que le hizo sentir inmediatamente en casa. Los libros mismos parecían estar vivos, susurrando historias y secretos a aquellos dispuestos a escuchar. Algunos incluso volaban de un estante a otro, buscando el lector adecuado.

En un rincón acogedor, había un espacio con sillones cómodos y una chimenea encantada que siempre ardía, creando un ambiente perfecto para perderse en un buen libro. Moon lamentó no haber traído suficientes monedas de oro. Exploró los estantes, sacando uno que otro libro hasta que su brazo estuvo casi lleno. Ante la abrumadora cantidad de opciones, decidió sentarse en uno de los sillones para decidir cuál le llamaba más la atención.

La tentación de quedarse todo el día frente a la chimenea leyendo era fuerte, pero Moon se resistió. Recordó que Grace la había invitado y decidió que debía estar con ella. Colocó los libros en una mesa de madera frente a los sillones y comenzó a examinarlos uno por uno.

Mientras estaba absorta en su tarea, la puerta de la librería se abrió de nuevo, haciendo sonar las campanillas del adorno que colgaba sobre ella. Al levantar la vista, su rostro se iluminó al ver al rubio imponente que estaba en la puerta. Dracon, con un gorro estilo ruso cubierto de nieve, un abrigo negro y un suéter azul que resaltaba sus ojos, entró en la librería. Aunque parecía no haber notado a Moon, ella le dedicó una sonrisa soñadora.

Después de elegir sus libros, Moon se dirigió al mostrador para pagarlos. Mientras estaba en ello, la puerta se abrió de nuevo y una voz familiar resonó en el silencio de la librería: -Moon, qué bueno que te encontré, ya es hora del almuerzo, vamos-. Era Henry, el pelinegro que había conocido a Moon en el desayuno.

Moon, sorprendida, se volvió hacia él y respondió con calma: -Oh, sí, ya terminé aquí, vamos-. Dracon, que había estado observando desde los estantes, frunció el ceño y lanzó una mirada fulminante a Henry, quien se estaba retirando con Moon a su lado.

Mientras paseaban por las calles adoquinadas, la rubia volteó hacia Henry con una mirada curiosa y preguntó: -¿Cómo sabías que estaba aquí?-.

Henry soltó una risa suave antes de responder: -Bueno, Grace me envió. Dijo que si no venía alguien a buscarte, probablemente no te veríamos el resto del día-. Su tono era ligero, pero sus palabras llevaban un toque de preocupación.

Moon frunció el ceño, su rostro se tornó un poco culpable mientras miraba hacia un costado. -Bueno, es probablemente lo que hubiera hecho, después de todo, los gnomos también se llevaron mis libros-, murmuró, su voz apenas audible.

Phoenix✨ Dracon Y Moon✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora