"Laberinto de Luces y Sombras"

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"Con cada paso apresurado, Dracon y Moon se adentraban más en el laberinto, siguiendo el sendero de flores mágicas que se iluminaban como pequeñas lámparas en la oscuridad. Los pétalos brillantes resplandecían con una luz suave y cálida, guiándolos hacia lo desconocido. Sin embargo, la luz era efímera, parpadeando y desvaneciéndose rápidamente, como si jugaran a esconderse de sus perseguidores.

Dracon y Moon intercambiaban miradas de emoción y determinación mientras se apresuraban para no perder de vista las flores fugaces. Cada vez que una flor se iluminaba, iluminaba sus rostros con un brillo mágico, revelando la anticipación y la alegría en sus ojos.

El sonido de sus pasos resonaba en el aire, mezclándose con el suave susurro del viento entre los árboles del laberinto. Los corazones de ambos latían con fuerza, impulsándolos a seguir adelante, sin importar los obstáculos que pudieran encontrar en su camino, El tiempo parecía detenerse mientras se adentraban más y más en el laberinto, dejando atrás cualquier preocupación o duda. En ese momento, solo existían ellos dos, persiguiendo la magia y la promesa de un destino desconocido.

De repente, mientras Dracon y Moon seguían el sendero de flores mágicas, un estruendo resonó en el aire. Unas enormes alas batieron con fuerza, levantando una ráfaga de viento que hizo que los cabellos de ambos se agitaran. Cuando levantaron la vista, quedaron impactados al ver a una imponente gárgola volando hacia ellos.

La gárgola era majestuosa, con su cuerpo de piedra oscura y una enigmática mirada en sus ojos rojos. Dracon, instintivamente, se colocó frente a Moon en una posición defensiva, preparado para cualquier eventualidad. Moon, por otro lado, se quedó fascinada ante la presencia de este ser mágico.

La gárgola se posó en el suelo delante de ellos, su figura imponente llenando el espacio. Con una voz grave y profunda, la gárgola pronunció un acertijo enigmático que debían descifrar para poder avanzar en su camino.

"En las noches estrelladas soy invisible, pero durante el día brillante me puedes ver. Soy el puente entre el pasado y el futuro, y en mis hojas se encuentran los secretos más profundos. ¿Quién soy?"

Dracon frunció el ceño, su mente estaba trabajando rápidamente para encontrar la respuesta. Moon, por su parte, se mordió el labio inferior, pensativa pero emocionada ante el desafío.

Después de unos momentos de silencio, Moon miró a la gárgola y respondió con confianza y una voz cantarina: "Eres un libro. En las noches estrelladas, no se puede ver su contenido, pero durante el día brillante, las palabras saltan de sus páginas. Los libros son la conexión entre el pasado y el futuro, y en ellos se encuentran los secretos más profundos".

La gárgola asintió con aprobación, sus ojos rojos brillando con una luz intensa. Con un movimiento majestuoso, se apartó del camino y permitió que Dracon y Moon continuaran su travesía en el laberinto.

Dracon y Moon intercambiaron una mirada de triunfo y emoción. Sabían que habían superado un desafío importante y estaban un paso más cerca de desentrañar los misterios del laberinto. Con renovada determinación, continuaron su camino, ansiosos por descubrir qué más les deparaba el camino.

Moon, con entusiasmo burbujeante, exclamó: "¡Esto es tan emocionante! Las gárgolas son absolutamente fascinantes, ¿no crees?"

Dracon frunció el ceño y dejó escapar un suspiro de incredulidad. Con la boca entreabierta, respondió: "¿Estás loca? Esa cosa era aterradora, no puedo entender cómo puedes encontrarla fascinante."

Moon levantó las cejas, manteniendo su mirada fija en Dracon. Con curiosidad, preguntó: "¿Tienes miedo, Dracon?" Inclinó la cabeza ligeramente para examinarlo. "No te preocupes, si prefieres, podemos utilizar un hechizo pidiendo ayuda, para asegurarnos de que estés a salvo", ofreció considerando que tal vez el rubio no se sentía capaz de seguir adelante con el desafío.

Dracon frunció el ceño aún más y respondió rápidamente, un tanto ofendido: "¡Por supuesto que no tengo miedo! Que esa cosa sea horrible no significa que no pueda enfrentarla".

Moon sonrió con complicidad ante la respuesta valiente de Dracon, reconociendo su determinación. Ambos continuaron el camino con renovada confianza, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Dracon y Moon avanzaron con determinación a través del laberinto, siguiendo el camino que parecía conducir al final. Finalmente, llegaron a una gran pared de rosales que bloqueaba su camino. Quedaron confundidos y se miraron el uno al otro, preguntándose cómo podrían superar este obstáculo inesperado.

Mientras observaban la pared de rosales, de repente, un mensaje se iluminó en cada rosa. "Para abrir el final del camino, un susurro te puede ayudar, un movimiento al compás lo acompañará. Eso sí, solo no debe estar..." Leyeron el mensaje en voz alta, tratando de entender su significado.

Moon frunció el ceño, pensativa. "Se trata de un hechizo pero...no estoy segura, ¿tu sabes cual es dracon?"

Dracon, con una sonrisa enigmática, y el ceño frundido asintió. "Sí, conozco este hechizo. Se llama Faire Farmi. Es un hechizo que te permite atravesar cualquier muro, siempre y cuando no tenga un contrahechizo. Pero...¿que quiere decir "eso si, solo no debe estar"?. se pregunto confundido.

Moon miró a Dracon con asombro y emoción. "¡Increible! eres muy inteligente" La rubia tomo la mano de dracon, sorprendiedolo "Se refiere a que debemos hacerlo juntos" hablo moon ladeando la cabeza y sonriendo amablemente. Pero... ¿cómo funciona exactamente el hechizo?

El rubio explicó algo incomodo ante el contacto: "Entiendo.. El susurro se refiere a una palabra clave que debemos decir al unísono. Esa palabra es 'Faire Farmi'. Y el movimiento al compás significa que debemos hacer un gesto con nuestras varitas al ritmo de la palabra. Si lo hacemos correctamente, el hechizo abrirá el camino para nosotros".

Moon asintió, emocionada por la perspectiva de superar el obstáculo. "Estoy lista" dijo con una sonrisa.

Dracon asintió y ambos se colocaron frente a la pared de rosales. Juntaron sus manos y, al unísono, susurraron "Faire Farmi". A medida que pronunciaban las palabras, realizaron un movimiento circular con sus varitas al ritmo de la frase.

De repente, la pared de rosales comenzó a temblar y se abrió lentamente, revelando un pasaje hacia el final del laberinto. Dracon y Moon intercambiaron miradas de triunfo y emoción, sabiendo que habían descubierto el secreto para superar el desafío.

Con paso firme y corazones llenos de determinación, Dracon y Moon atravesaron el pasaje y finalmente alcanzaron el final del laberinto. Estaban eufóricos por su logro, pero su alegría se vio interrumpida cuando, de repente, Grace y Henry aparecieron en escena.

Grace y Henry se acercaron rápidamente, preocupados por la seguridad de Moon. Agarraron a la pequeña rubia por los brazos y la miraron con desconcierto, mientras Dracon observaba la escena con una mezcla de sorpresa y confusión.

"¡Moon! ¿Estás bien? ¿Por qué has tardado tanto en salir?" preguntó Grace, con una mezcla de alivio y preocupación en su voz.

Henry frunció el ceño, mirando a Dracon con desconfianza. "¿Qué haces tú aquí, Mallory?" Henry sacó su varita amenazante, mostrando su desconfianza hacia el recién llegado.

Dracon hizo una mueca de desagrado y rápidamente sacó su varita en respuesta a la amenaza de Henry. "No me apuntes con tus miserables manos, Henry Koster", enfatizó el apellido como si lo despreciara al mencionarlo.

Moon, liberándose suavemente del agarre de Grace, abrió los ojos en sorpresa al darse cuenta de que Dracon y Henry parecían conocerse. A pesar de la tensión en el aire, la rubia sonrió y trató de calmar a sus amigos. "¡Está bien! Dracon fue mi compañero de aventuras en el laberinto. Hemos superado muchos desafíos juntos y hemos llegado hasta aquí".

Dracon y Henry se fulminaban con la mirada, sin mostrar señales de ceder ante la tensión creciente.

Moon arqueó las cejas, tratando de mantener la calma. Con una voz suave y tranquila, en forma de súplica, dijo: "Por favor, bajen sus varitas. Esto es solo una coincidencia".

Dracon apretó la mandíbula y, aún con una mirada desafiante, bajó su varita. Le dedicó una última mirada a Moon y se alejó en silencio.

Moon quedó estática ante la situación, sin entender completamente lo que estaba sucediendo. Dirigió su mirada hacia Grace y Henry, quienes aún mostraban rostros de enojo y desagrado ante la situación.

Phoenix✨ Dracon Y Moon✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora