En las afueras del castillo, la música de la fiesta se escuchaba como un eco lejano, una melodía difusa que parecía flotar en el aire. En el patio, algunos estudiantes se habían congregado, y para desgracia de Dracon, el ambiente allí tenía un tinte romántico que no estaba en sintonía con su estado de ánimo. Con un gesto de disgusto, decidió alejarse aún más, dirigiéndose hacia el lago que se extendía sereno bajo la luz de la luna.
Sentado en la orilla, con la vista perdida en las tranquilas aguas, su mente comenzó a divagar. ¿Por qué le molestaba tanto lo que Lovelock hiciera con su vida? Era absurdo. Había decidido que esa "Lunática", como la llamaban Petra y los demás, no era de su agrado. Pero en lo más profundo de sí mismo, sabía que eso era una mentira.
Al recordarla junto a él, su pecho se llenaba de una calidez tranquilizadora. Después de todo, Moon era la persona más bondadosa que había conocido. Por un momento, un pensamiento egoísta cruzó su mente: no quería que nadie más la descubriera, menos aún Henry Koster.
Los momentos que había compartido con la rubia lo hacían sentir especial, como si tuviera un lugar único en su vida. Pero al verla con los demás, esa sensación de especialidad se desvanecía entre sus dedos, como arena que se escapa de una mano cerrada. Sentía como si le estuvieran quitando algo que no podía defender, algo que, quizás, ni siquiera sabía que tenía...
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En el corazón del castillo, la fiesta continuaba en todo su esplendor. Moon y Henry se unieron a Grace y al resto del grupo, que bailaban con osadia y sin miedo.
La rubia, observo hacia la mesa de dulces, estaba repleta de delicias tentadoras, No pudo resistirse y se separó del grupo por un momento. Se acercó a la mesa, donde un pudín que lucia tan delicioso como dulce llamó su atención. Se relamía los labios con anticipación, pero justo cuando estaba a punto de probarlo, algo cayó en su alborotada melena.
Esta vez, a diferencia de otras ocasiones, lo sintió. Con un gesto de sorpresa, sacó una nota que, al parecer, había volado hasta su cabello. "De nuevo", pensó, y al desplegarla, leyó: "He encontrado algo interesante en el libro, acércate al lago Éter. D."
Los ojos de la rubia se iluminaron con entusiasmo. Sin perder tiempo, comenzó a caminar hacia el lago, con pasos cuidadosos para no llamar la atención de nadie. A medida que se alejaba de la música y la risa de la fiesta, la expectativa crecía en su pecho.
Caminaba apresuradamente hacia el lago, atravesando el patio mientras el ambiente contrastaba con la bulliciosa fiesta en el castillo. El aire fresco de la noche acariciaba su rostro y el suave destello de las luciérnagas iluminaba las sombras. Cada paso que daba resonaba en el silencio de la noche, aumentando su intriga por encontrar a Dracon.
Al llegar, divisó al rubio sentado allí, sumido en sus pensamientos como si estuviera inmerso en una laguna mental. Con cautela, se acercó sigilosamente para no interrumpirlo, pero podía sentir cómo él estaba consciente de cada uno de sus movimientos. Tan pronto como llegó a su lado, no pareció sorprendido y la observó con una expresión indescifrable en su rostro.
-"¿Qué es eso tan maravilloso que encontraste en el libro? ¿Algún hechizo para atrapar a los traviesos nogmos, oh tal vez algun gran secreto sobre el mundo magico?", preguntó Moon, dejando que su característica voz melodiosa llenara el aire nocturno.
Dracon cerró los ojos, tratando de encontrar una excusa para su estúpida nota. ¿Por qué estaba haciendo esto? Ni siquiera había abierto el ridículo libro desde que lo encontraron. Solo quería... alejarla, alejarla de todos y tenerla solo para él. Un sentimiento de disgusto se apoderó de él por su propia cursilería, pero no podía evitarlo.
-"Lo lamento, lo olvidé... el libro", habló el, desviando la mirada, sintiéndose atrapado por sus propias mentiras.
La rubia inclinó la cabeza en un intento de comprender, luego encogió los hombros y musitó desinteresadamente: "Está bien, será otro día... Debo volver, adiós". Su voz sonó distante y resignada, como si estuviera dejando atrás algo importante.
La desesperación se apoderó de Dracon, como un vórtice de emociones que amenazaba con arrastrarlo. Su mente trabajaba a toda velocidad, tratando de encontrar una manera de retener a Moon. Entonces, en un gesto lleno de vulnerabilidad y sinceridad, extendió suavemente su mano hacia ella, buscando ese contacto íntimo que pudiera transmitir todo lo que estaba sintiendo.
El roce de sus dedos fue como una chispa eléctrica, un pequeño destello de conexión que parecía resonar en el aire cargado de expectación. En un murmullo apenas audible, Dracon dejó escapar su súplica: "Quédate conmigo... por favor". Sus ojos, reflejando una mezcla de súplica y vulnerabilidad, se convirtieron en ventanas a su alma, esperando que ella pudiera ver más allá de las palabras y entender su verdadero anhelo.
En ese momento, el tiempo parecío detenerse, como si el universo mismo aguardara la respuesta de Moon, esperando que el destino se revelara en una simple elección.
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Phoenix✨ Dracon Y Moon✨
FanficDracon y Moon, estudiantes del mágico instituto 'Phoenix, Artes Arcanas', se ven envueltos en situaciones inesperadas que despiertan una inusual conexión entre ellos. Explorando la complejidad de sus personalidades. ☪☾✩☽🐉. ✨Inspirado 100% en los pe...