Capitulo 3 Carga de la Prueba.

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Santana

—¿Te dije que conseguí el rol principal para el ballet para el cual hice la audición?—dijo Alyssa a la mañana siguiente.

Había estado hablando con ella desde que llegué al trabajo, pero no había hecho mención del hecho de que me había colgado en la cara la noche anterior; iba a castigarla por eso después.

Severamente.

Trece días…

—¿Te hablé de eso?—me preguntó de nuevo.

—No, y si no vas a decirme cuándo y dónde es la presentación, entonces
no me importa.

—Oh, vaya—se rio—¿Estás enojada por lo de anoche, no es así?

—Furiosa.

—¿Porque colgué?

—Porque sé que gritaste “sí” cuando te viniste, y colgaste porque no querías que lo escuchara.

Se quedó en silencio, y yo iba a decir algo más, pero Quinn entró de repente en mi oficina, sonriéndome.

—Espera un segundo—coloqué el teléfono contra mi pecho—¿Si, Quinn?

—Las entrevistas finales van a comenzar en veinte minutes. La necesitan en el salón de conferencias ahora.

—Estaré ahí cuando esté ahí—actué como si el beso que estaba lanzándome ahora no estuviera sucediendo, y esperé hasta que cerró la puerta—Voy a tener que llamarte más tarde, Alyssa. Tengo una reunión.

—Debe ser un mal momento para ambas. Yo también tengo una reunión.

—¿Tu cliente condenado por el tiroteo?

—No, algo mucho peor. Una entrevista de internos.

—Debe estar en el aire entonces—suspiré mientras me colocaba mi chaqueta—Tengo que sentarme a través de unas cuantas de ellas, desafortunadamente.

—¿Alguna recomendación que quieras compartir?

—Trata de lucir como si de vedad estuvieras prestando atención mientras ellos responden las preguntas, y asegúrate de que tu teléfono esté completamente cargado para que así puedas meterte en internet.

—No para mí—se rio—Para los internos. Algo que debería decir si alguno de ellos está nervioso.

—Oh—me encogí de hombros—Diles mi lema.

—¿Y cuál es ese lema?

—Es lo que es.

—¿Por qué te pregunto siquiera?

—Porque siempre te digo la verdad—colgué.

—¿Señorita López?—Quinn entró en la oficina de nuevo—Quieren que revise los documentos antes de que comiencen.

—Estoy justo detrás de ti—la seguí a la sala de conferencias, donde Will Schuester y Carl Howell me esperaban, y me senté a su lado.

—Qué bueno verte fuera de tu oficina hoy, Santana—se mofó Will.

—Sí—agregó Carl—Gracias por regalarnos tu presencia esta tarde. Sabemos cuánto amas ser sociable.

Rodé los ojos.

—¿Por qué necesitamos hacer las entrevistas de internos los tres? ¿Cuál es el punto de tener un departamento de recursos humanos si los socios hacen el trabajo por ellos?

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