O1.

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-We were too close to the stars, I never knew somebody like you.

—¿no crees que estás exagerando? — Hugo hablaba muy cerca de tú oído, la música estaba muy alta para su propio gusto y el tuyo —. Es una canción.

—Hasta el aburrido de mi hermano lo sabe. — Rose paso su brazo por tus hombros acercándote a ella, parecías muñequita, Hugo te jalaba por un lado y su hermana por el otro, recostó su mentón en tú hombro, eras más alta que ella y eso le dio comodidad —. ¡Bailemos!

El olor a alcohol en su aliento te hizo sonreír divertida, te fijaste en la cabellera roja de Hugo a tú lado, distraído con el vaso en sus manos, cuando te pillo viéndolo te guiño un ojo divertido, solían tener mucha confianza, ustedes habían sido amigos desde que empezaron la secundaria.

— Una sola canción. — Gritaste para que pudieran escucharte, con un asentimiento ambos te jalaron a la pista, realmente no era una pero quisiste evitar pensar en ello —.

—Mira mira. — Rose movía sus brazos algo graciosa, detrás tuyo estaba Hugo moviéndose también dejándote llevar por la música decidiste soltarte a bailar con ellos —. Oye.

Rose te jalo un poco hacia ella levantó sus brazos a tus hombros y te miro profundamente los ojos, con una fijesa que te dio escalofríos.

—¿Qué?

—¿Cómo que qué?, esa mirada a mi hermano. ¿Qué fue?, los vi. — volteaste sobre tú hombro, notando a Hugo ya lejos de ti, bailando con otra chica, él se fijo en ustedes y les sonrió —. ¡Ves!, eso me refiero.

—Deja las cosas Rose, tú hermano es mi mejor amigo. — Negaste divertida —. Lo adoro.

—Lo adoras. — Repitió con una mirada pícara, haciéndote soltar una carcajada —.

—No así, idiota. — Sentiste tus piernas cansadas, así que parandote quitaste lentamente los brazos de Rose al re dedor tuyo, ella te vio con curiosidad—. Voy a tomar algo.

Asintió y siguió bailando, te giraste para poder ir a la cocina, queriendo tomarte algo. Caminabas entre la fiesta, pasando por en medio de muchas personas, tú amiga Rose, hermana de Hugo Weasley eran tú compañía a lo largo de la vida, habías disfrutado mucho estar con ellos y parecía que era recíproco.

Tropezaste con algunas personas, golpeaste el hombro con otras pero tú meta era llegar a la cocina y poder descansar de tanto agetreo de la pista de baile. Al llegar soltaste un suspiro, por fin podías respirar correctamente, no dudaste en tomar un vaso rojo para servirte algo de bebida.

—No, no lo veo Mattheo. ¿realmente está aquí? — Una voz habló detrás de ti, no prestaste mucha atención hasta que te volteaste para volver a la pista, y lo que viste simplemente no podías creerlo. Un hombre con ojos oscuros al igual que su cabello, vestido de manera formal. ¿Qué hacía un hombre en una fiesta llena de adolescentes? —. Te hago un puto favor en medio de la noche. ¿Y me vas hacer correr a otro lugar?

Habló por el celular, te apoyaste sobre la mesa justo con la bebida detrás de ti, arrugo sus cejas al querer entender lo que la otra persona, un tal Mattheo le decía, notabas su frustración por no tener un acuerdo con él, lo pudiste ver completamente y casi descaradamente. Sus labios finos que se movían con cada palabra te hacían relamer los tuyos, una camisa negra al igual que sus pantalones de vestir lo hacían lucir mayor, totalmente atractivo.

Poesía de dulces mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora