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Non chiedere perdono, solo quando ti vedrò sanguinare sarai in grado di realizzare te stesso.


Estabas en la habitación, mirando fijamente los vestidos que estaban sobre la cama, querias decidir cual era el mejor. Hugo te había invitado a salir otra vez y ya sabías que lo hacia porque le gustabas, saldrías con él con la excusa de irte a divertir un rato, distraerte tal vez, pero. ¿Sería una venganza nada más?, lo sabías, todo era porque la persona que de verdad estaba en tú mente habia estado con alguien más, querías joderlo como él te había dañado a ti. Se puede decir que sentias un poco de dolor cuando te enteraste que a la final si habia estado con la maestra, pensaste en que ustedes no eran exclusivos y eso estaba bien, hasta que la mentira te cayó como agua helada en tus hombros.

Tomaste un vestido azul y lo deslizaste por tú cuerpo, cuando lo fuiste abrochar tú padre entró en tú habitación sin tocar, ni siquiera te giraste para verlo, él siempre entraba de esa manera y nunca pedia permiso o perdon.

—Tú 'amigo' esta abajo esperándote. — Dijo mientras comia de sus galletas —. ¿Asi irás?

Lo miraste de mala manera, tomando unos tacones y colocándolos en tus pies en silencio.

—¿Estás enojada conmigo y no lo sé?

—Papá.

—Estás enojada. — Confirmó frunciendo sus labios, y se sentó a tú lado aún masticando, llevó una galleta a tú boca —. ¿Por qué estás enojada bebé?

—Callate, me caes mal. — Regulus soltó una carcajada y alejó la galleta para comerla él, el olor a fresa venia directamente de su boca pero tenia una de sabor a coco en su mano. Regulus terminó lo que comia, y limpió sus manos en los vaqueros—. ¿No tienes que irte hoy?

Él asintió, levantandose y Tú lo acompañaste para ponerte a su altura, era más grande que tú, unas dos cabezas más alto , de todas formas Regulus era como un niño, se comportaba de manera tosca y no le importaba mucho las personas que no fueran el mismo.

—Si, vuelvo en dos semanas, no hagas desastres y la comida que hay solo durará tres días.

Apretaste tus dientes, tú padre no habia sido el mejor de todos, siempre había algo con que juzgarlo, pero era tú padre y lo querías. Estabas jodida.

Te acercaste a él, tomando su rostro y arreglando su cabello hacia atrás.

—Está vez comportate.

—No haré nada malo. — No sabias a donde iba nunca, tampoco te lo decía y no preguntabas, preferías saber muy poco de ello —. Hasta luego cielo.

Ambos bajaron los escalones hasta llegar a la sala, Hugo estaba con una ropa formal y su cabello bien arreglado, cuando te vio se acercó a ti deprisa, tomando tú rostro entre sus manos y te robo un pequeño beso de labios. Regulus se apoyó en el umbral de la puerta cruzando sus brazos mietras veia la escena, Hugo levanto la mirada hacia el y tu padre solo asintio, no dijo alguna palabra, ese silencio Hugo supo desifrarlo como una conversación silenciosa entre ellos.

—¿Vamos?

—Si.

****

Tom escribía en su portátil, pasando algunos informes sobre la clase que iba a dar a primera hora con los de ultimo año después de las clases con tú grupo el lunes. Tomó un sorbo de su café sin prestar atención a nada más que no fuera la pantalla, tras unos momentos el timbre sonó, Tom pensaba que podía ser una equivocación hasta que volvió a sonar. De un bufido se levantó para caminar hacia la puerta, una mujer de cabellos rojos lo esperaba afuera y eso no hizo que se sintiera mejor, en realidad ni siquiera quería verla.

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⏰ Última actualización: Sep 05 ⏰

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Poesía de dulces mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora