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Hyunjin se removía ligeramente incómodo, sin saber cómo acomodarse

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Hyunjin se removía ligeramente incómodo, sin saber cómo acomodarse. No es que fuera su primera vez visitando la casa de Chanhee pero el omeguita venía saliendo de un celo y aunque le había dicho que había tomado un supresor, seguía oliendo a omega en celo. Honestamente el rubio se sentía ligeramente culpable por irrumpir en el hogar de su amigo tan repentinamente y más cuando el más bajo se encontraba en una situación incómoda y dolorosa como lo era un celo.

–No deben tardar en llegar–dijo el omeguita con olor a miel tallándose los ojos con las manos, tratando de mantenerse despierto.

El rubio miró con atención a su amigo. Estaba sentado en flor de loto sobre sus mantas desordenadas y acomodadas como un nidito, con sus cabellitos revueltos, se veía ligeramente pálido y apenas podía mantener los ojos abiertos, seguramente por los efectos calmantes de los supresores, usaba una camiseta con un dibujito de un conejito y un pantalón de pijama de cuadritos. Hyunjin estaría mintiendo si dijera que el omega no se veía adorable.

–gracias por todo Chanhee–dijo

–no agradezcas, no podría dormir en paz sabiendo que no tienes donde quedarte– explicó el más bajito antes de bostezar.

El sonido lejano de una llaves en la puerta principal de la casa alertaron a ambos omegas, pero Chanhee casi saltó de su maraña de cobijas. Los adolescentes bajaron las escaleras, Hyunjin detrás del Chanhee, pues el omeguita tenía que explicarle la situación a sus mamás y convencerlas de que lo dejaran quedarse.

–Chanhee ¿Que haces despierto cosita?–preguntó una de las alfas con un tono realmente dulce mientras acariciaba los cabellitos de su hijo con una mano y checaba su temperatura con la otra. – ¿Todavía te duele? ¿Quieres comer algo?– la alfa miraba con ligera preocupación y cariño al omeguita, Chanhee solía tener celos realmente fuertes y ella podía tomar eso como una excusa para consentir a su cachorrito tanto como quisiera.

–Chanhee ¿Que hace tú amigo aquí?–preguntó la otra alfa y por un momento el omeguita recordó que la razón por la que había bajado no era para que sus mamás lo consintieran hasta que su lobo se calmara sino que debía convencerlas de darle refugio a Hyunjin.

–Hyunjin tuvo una discusión con su papá y ahora no tiene donde vivir, le dije que podía quedarse aquí mientras ustedes llegaran pero les quería preguntar si puede quedarse hasta que encuentre otro lugar donde quedarse–explicó el más bajito con la cabecita gacha, sabía que muy probablemente Jihyo lo iba a regañar.

–Chanhee estás en celo, no debiste de haberle dicho que podía quedarse, mucho menos abrirle la puerta y asegurarle que no iba a haber ningún problema– regañó la alfa pelinegra –entiendo tu situación pero no deberías confiar en que Chanhee vaya a ofrecerte una solución siempre, ya es tarde así que por esta noche te puedes quedar en el cuarto de visitas y mañana podemos hablar sobre esto con más calma, no te quiero ver cerca del cuarto de Chanhee, déjalo descansar– esta vez la alfa se dirigió al rubio, quien asentía a cada palabra, realmente apenado pues sabía que había irrumpido en el ambiente de la familia .

–muchas gracias, de verdad, no les daré problemas– prometió el rubio.

Al final ambos omegas se fueron a dormir a sus respectivos cuartos.

El alfa sostenía una bolsita con hielos sobre su cabeza, siseando bajito por el dolor en la zona, aunque habían pasado horas desde que recibió el golpe en la cabeza le seguía doliendo horrores

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El alfa sostenía una bolsita con hielos sobre su cabeza, siseando bajito por el dolor en la zona, aunque habían pasado horas desde que recibió el golpe en la cabeza le seguía doliendo horrores.

–¿seguro que no quieres ir a que un doctor te revise?– preguntó el omega mirando a su novio con preocupación.

–Seguro, solo fue el golpe, al rato se me quita– aseguró el azabache mirando con cariño al muchachito frente a él.

-Eso mismo dijiste hace tres horas y yo veo que te sigues quejando del dolor- dijo el omega mirando con atención el rostro del alfa.

-Tae, no te preocupes ¿si? me han pateado toros, un golpecito con un balón no es nada- dijo el mayor tratando de tranquilizar a su novio, quien no se miraba muy convencido.

-Te esta saliendo una bola en la frente- respondió el omega serio.

-¡QUÉ! ¡¿PORQUE NO ME DIJISTE ANTES?! ¡AY DIOS, SOY MUY GUAPO COMO PARA TENER UN TUMOR EN LA CARA!- grito alterado el alfa, sacándole una risa al menor por el tono chillón y agudo que adquirió su voz.

-Jungkook cálmate, no tienes un tumor, solo esta inflamado- dijo el omega.

–¡VOY A SER EL HAZMERREIR DEL PUEBLO CON ESTA DEFORMIDAD!– lloriqueó exageradamente, haciendo que Taehyung rodara los ojos, su novio o tenía remedio.

–voy por una pomada para los golpes, quédate aquí– avisó el menor señalándolo con el dedo.

–aquí me quedo mi amor, yo voy a hacer lo que tú me digas, tú ordena y yo cumplo, tus deseos son órdenes–respondió el azabache, sacándole us risa nasal al omega por la rapidez y la seriedad en que soltó todo aquello.

–Bueno súbdito, pórtate bien mientras regreso–dijo juguetonamente saliendo de la habitación, dejando al alfa solo con Vicente.

Jungkook miró a la puerta y luego a la cabra que mascaba algo, el alfa suspiró entristecido aún mirando al animal.

–Quisiera ser tú para quedarme aquí con el– dijo acariciándole la cabecita con una expresión rendida en la cara. –No me mal entiendas, adoro el pueblo y trabajar en el rancho, es mi vida y no lo cambiaría por nada, nunca me había preocupado por lo que la gente pensara sobre la vida rural pero ahora tengo a Taehyung conmigo, y el es de ciudad, está acostumbrado a otras cosas ¿sabes?.

El animal lo miró disfrutando de las caricias en la cabeza mientras seguía mascando un objeto no identificado.

–¿Así se siente ser inseguro? Tal vez lo estoy pensando demasiado pero en el peor escenario tendría que elegir entre Taehyung y el rancho, el rancho es mi vida pero Tae es mi omega, el está estudiando una carrera universitaria y dudo mucho que quiera irse a vivir conmigo al pueblo, así como yo no quisiera vivir en la ciudad, pero honestamente lo haría solo porque lo amo– finalizó el alfa con pesar, sin saber que el omega había escuchado todo desde la entrada de la habitación.

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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Güerito 2: un ranchero en la ciudad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora