Pérdida

134 22 5
                                    


El camino a la casa Sano era largo y corto a su vez, largo si caminaba y corto si conducía su motocicleta a toda velocidad.

Pero esta vez tomaría un pequeño desvío.

Sosteniendo el acelerador y el freno casi suelto, transitó por las calles de Tokyo, adentrándose en los barrios bajos de este territorio, la prostitución y cualquier clase de adicción era rompan de cada día y aunque eran recién las 9 am escenario lúgubre del barrio parecía cercano al anochecer.

Estacionó su motocicleta frente a una de las casas en lamentables condiciones, tocó la puerta seis veces entrecortadamente, esta se abrió dejando ver a un chico castaño un poco más bajo que él, su aspecto calaverico y gélida mirada denotaban sus años de consumo, poco a poco dejaba de ser aquel chico alegre y despreocupado que Takemichi conoció hace años.

- Hace tiempo que no te veo -saludó el chico, su voz tan débil y áspera siempre fue reconfortante para Takemichi, aunque supiera que lo estaba perdiendo, simplemente Jack no quería ser salvado. Takemichi dejó de intentarlo cuando en una recaída, Jack le rogó que lo dejara morir, tubo sus propias razones y sólo una de ellas era egoista, Jack quería dejar de sufrir.

Recibiendo su encargo, por última vez, abrazó el cuerpo tembloroso de Jack y lo llevó a la cama, su hora había llegado. Sentado junto a él recordó una pequeña conversación que tuvieron el día que Jack decidió morir a su manera.

- Take, si muero primero, ¿podrías prometerme algo?- recostado en su destartalada cama, su voz temblorosa y con su alma cayéndose a pedazos.

- Si quieres el mundo, voy a dártelo si es lo que deseas. - Takemichi sostuvo su mano y dio un ligero apretón en ella, incitandolo a hablar con confianza e intentando reconfortante en su dolor.

Débilmente sonrió y una pesada carcajada, tan corta como sus ya desechas esperanzas le permitieron.

- No soy tan ambicioso, pero gracias por el ofrecimiento, realmente lo aprecio. - apretó la mano de Takemichi de vuelta, preparado para adelantar sus últimos deseos- Take, si muero primero, quiero que quemes esta casa junto con mi cuerpo, me niego a pensar que después de tantos años de protegerla desaparecerá cuando no esté, quiero que venga conmigo.

- Tu casa... pero...

- Lo deseo así, ¿Me lo prometes?

- Si... -a pesar de sus dudas, prometió hacerlo, enviar al chico a su tumba junto a su recuerdo más preciado, la casa en donde su madre y hermanas murieron y próximamente él también.

Por pedido del castaño, se recosto a su lado y lo abrazó junto a él.

- Podrías contarme la historia del héroe llorón - ya casi sin fuerzas, y sin tiempo, quiso escuchar por última vez la historia de aquél héroe que se perdió en la oscuridad para brindar una luz de esperanza a quienes ama.

- Hace mucho tiempo, un chico luego de morir, recibió la bendición de viajar al pasado para redimirse, tenía mucho miedo pero aún así se negaba a dejar a sus seres amados ser infelices, saltó al futuro y al pasado constantemente con el objetivo de salvarlos a todos, pero, estanto concentrado en unas personas, perdió a otras, una y otra vez.
A pesar de haber fallado miles de veces, consiguió un buen futuro para todos, o casi la mayoría. Estando a punto de casarse con su prometida se enteró de que el chico al que quería proteger se perdió en la oscuridad y lo buscó desesperadamente estando sólo, hasta que apareció uno de sus amigos, el primero al que salvó en sus múltiples viajes, intentando devolver el favor, el chico, recibió las balas que iban dirigidas a héroe y murió luego de como muchos otros, encomendarle cuidar al chico al que todos aman demasiado y a su vez perdió demasiado, murió en los brazos del héroe iniciando así una batalla entre deidades y una de ellas era el chico que se le fue encomendado, tan perdido en la oscuridad y dolor por perder a su corazón, acabó con la vida del héroe quién en sus últimos suspiros de vida se dio cuenta de el porqué luchaba tanto vara hacerlo feliz, lo amaba, lo amaba tanto que en su último suspiro, en lugar de pensar en descansar, rogó a los cielos poder salvarlo.
El héroe, roto y con las esperanzas en el pizo, volvió una última vez al pasado, mucho antes de que las desgracias de su amado comenzaran, tomando su lugar en la oscuridad para que él pueda ser felíz siendo iluminado por la brillante luz del destino. -con las lágrimas recorriendo sus mejillas, como cada vez que le contaba esa historia, sonrió con una idea en mente. - ¿Quieres escuchar el resto de la historia?

- ¿Ese no era el final?

- Hay una pequeña historia de su último viaje ¿Quieres saber cuál es?

- Si.

- Bien. En su último viaje, el héroe conoció personas que jamás en su larga vida esperó conocer, personas que no le dejaron perderse por completo y entre ellas estaba una de las perdonas que le causó tanto dolor al chico que amaba, con el tiempo comprendió que ambos bandos actuaron desde el resentimiento y dolor y perdonó la vida del chico y al pasar los años, ambos se convirtieron en uno de los pilares del otro. Por otro lado, conoció a un niño igual de roto que él, prometió cuidarlo y cumplir todos sus deseos incluso si estos solían a ambas partes, amo a este chico de diferente manera a un romance, lo amó como a un pequeño hermano y sufrió a su lado cuando no pudo salvarlo, el niño murió en sus manos, sosteniendose al cuerpo del héroe aún si este dejó de serlo y ahora todo su cuerpo destilaba sangre.
Al final el héroe tuvo a los dos amores de su vida y nuevamente volvió a perder a uno.

- Es una hermosa y dolorosa historia - con la voz entrecortada y ya en sus últimos momentos, tal y como en la historia, abrazó el cuerpo de Takemichi buscando calor. - Estoy seguro de que conseguirás salvar a todos Takemichi, eres el único héroe que conozco.

- Jack... ¿Como?

- Es obvio, cuantas con tanto anhelo esa historia y puedo sentir el amargo dolor en cada palabra. - lentamente, colocó una de sus manos en las mejillas húmedas de Takemichi, repartiendo débiles caricias en su rostro.

- Jack.

- Deseo que seas feliz, mi amado hermano mayor. Deberías contárselo todo a Shinichiro-san. Te amo.

Su mano perdió fuerza a la par en que su último aliento de iba, sus ojos se cerraron y le regalo su última sonrisa a Takemichi, una cálida y hermosa sonrisa.

- También te amo, mi querido hermanito menor.

Y pensar que te darías cuenta...






10 pm:

En la zona baja de Tokyo, a las 11am se suscitó un incendio en una de las casas, se presume que fue provocado, sólo se han encontrado cenizas en el lugar del incendio.





El dia había acabado, era cerca de la media noche cuando Takemichi llegó a duras penas a la residencia Sano, apagó su celular y se sumió en su dolor, intoxicado con varias sustancias llegó a la casa luego de caerse repetidamente de su moto en la autopista, sus heridas nisiquiera le importaron, presionó la bocina de su motocicleta reiteradas veces.

- ¡Shinichiro!

Sus gritos eran estridentes, su voz más ronca e ida de lo normal, despertó a la familia y a los vecinos del rededor, para él no tenían importancia. Unos gritos después, la puerta de la casa fue abierta por Shinichiro quién al percatarse de su lamentable estado, apartó a su familia y los envío devuelta a la cama. Entró a la propiedad siendo usado de apoyó por un convaleciente Takemichi.

- Vamos a mi habitación.

Se desviaron antes de entrar a la casa y caminaron a través del patio y llegaron al garage que tomó por habitación Takemichi.

- Necesitas acostarte ¿Qué te metiste esta vez? ¡Acaso piensas morir!

- Silencio, tu y yo vamos a hablar, querías hablar, aquí estoy, pero tu tambien vas a escucharme.

- Comienza pero primero ¿Por qué te vez así?

- Cállate, no importa. Dime toda la mierda sobre tus viajes en el tiempo.

TenjikuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora