— Gerardo, disfruta de cogerte a tus amantes por unos días más, porque pasará mucho tiempo antes de que puedas volver a metérsela a alguna de esas golfas — murmuró Martín en voz baja creando un plan para robarle la agenda a Gerardo por lo menos por tres meses...mejor cuatro meses.
Se encontraba fuera de la casa de la chica que lo había invitado a la fiesta, completamente furioso por la situación, sin mencionar que las burlas de su hermano mayor mientras lo traía a la fiesta sólo aumentaron su mal humor.
— ¡Hola Martín~! ¡Estoy taaan feliz de que decidieras venir al final! — la muchacha salió a recibirlo con su mejor tono seductor, lo cual le causó asco al chico.
— Jejejeje claro, muchas gracias por invitarme, hacía muuuuucho que tenía ganas de ir a una fiesta, ojalá me intoxique — comentó con sarcasmo mientras sonreía de la forma más falsa posible, obviamente la chica estaba muy ocupada coqueteándole como para darse cuenta.
— Vamos adentro, algunos chicos de nuestro salón ya llegaron~! — se acercó a él para tomarlo del brazo y llevarlo adentro.
— Oye linda gracias por ser tan atenta, pero aún estoy lo suficientemente sobrio como para caminar solo — le dijo de una manera amable aguantándose todas las ganas de ahorcarla, estaba pensando seriamente en lanzarse del segundo piso del lugar, o mínimo caerse y quedar inconsciente.
— ¡Chicos~! Miren quien llegó~ — canturreó alegre la joven cuando llegaron con el grupo.
Todos lo saludaron y lo invitaron a sentarse con ellos, especialmente las chicas, que buscaban cualquier pequeña excusa para acercarse más a él, no pasaron ni diez minutos cuando se hartó y se levantó para ir a la cocina.
Ya que no tenía más opción que esperar a que el idiota de Gerardo viniera por él iba a necesitar un trago o dos para poder soportar esta tortura, tomó un vaso y se sirvió lo que parecía ser poche, pero nada más probarlo se dio cuenta de estaba mezclado con alcohol, no iba a ser mala idea tomar un poco para apestar a alcohol y que su papá lo castigara por lo menos por tres meses sin salir de la casa, sonaba a un buen plan.
Justo en ese momento el grupo de matones de su salón pasó junto a él aunque no los reconoció debido a que la mayoría de la casa estaba un poco a oscuras, sólo iluminada por esos típicos focos de fiesta de varios colores para alegrar el ambiente. Pero el grupo de chicos sí que lo habían reconocido desde que entró, ya que todas las chicas se habían encargado de hacer correr la voz sobre que "El chico nuevo guapo vino a la fiesta".
Taylor tomó la botella de cerveza que había llevado por su cuenta y salió al patio trasero con sus amigos donde se sentaron a tomar mientras charlaban.
— Oye Tay. ¿En serio crees que ese enano vendrá? — preguntó Ethan mientras tomaba un sorbo de su vaso.
— Claro que vendrá. Él sabe que si no lo hace quedará como un marica cobarde jajaja — habló Mike mientras chocaba su vaso con el de su amigo.
— ¿Además porque te preocupa que venga o no? Estamos en una fiesta, así que solo diviértete con nosotros~ — dijo Clarisa con un tono coqueto mientras recostaba su cabeza en el hombro de Ethan.
— Clarisa tiene razón, no importa si viene o no. Si viene lo dejaremos en ridículo, y si no viene solo nos dará más motivos para meternos con él en la escuela y dejarlo frente a todos como un gallina que nos tiene miedo — sonrió Taylor con malicia y se sirvió otro vaso de cerveza.
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Unas gotas de limón para el Corazón, por favor...
RomanceLixus Marion. Grosero por excelencia, con un entorno familiar y social de mierda, tiene algunas actitudes sospechosas y nadie sabe nada de él más que la mala reputación que le precede incluso fuera de la escuela. Y por otro lado Martin, quien tuvo...