Ya habían pasado todas las clases del día y ambos aún estaban furiosos con la decisión de la profesora de química, Martín no quería saber nada al respecto, pues era más que obvio para él que este proyecto no tenía futuro, la sola idea era ridícula y estúpida, a este paso terminará matando a ese enano antes de poder elegir un tema para el proyecto, ya estaba pensando que lo mejor para él era dar por perdida esa materia.
Lixus por su lado estaba repasando las opciones, los horarios, las fechas y más, necesitaba coordinar muy bien sus horas libres con su trabajo y con el bendito proyecto de química si realmente quería que esto funcionara.
Uno de los más grandes motivos por los que odiaba los trabajos en grupo era porque se veía en la obligación de comprometerse con sus compañeros ya que la nota no era sólo para él, por lo que si se lo tomaba a la ligera la mala nota también afectaría a sus compañeros, y no le gustaba perjudicar a los demás por sus problemas.
Cuando se terminó la última clase el profesor se despidió de todos mientras se iba del aula, poco a poco el salón iba quedando más vacío, mientras Lixus terminaba de juntar sus cosas, Martín se acercó por detrás a él y metió un dedo en el cuello de la sudadera del más bajo jalándolo hacia atrás para que lo vea haciendo que el peli teñido tosiera un poco.
—¡Akgh! ¡¿Qué haces?!— exclamó molesto el más bajo.
—Escúchame bien enano, los dos sabemos que no tenemos salida, estamos atrapados en esto, pero yo necesito subir mis calificaciones en química y no quiero desaprobar por tu culpa, así que será mejor que cooperes porque te juro que no querrás hacerme enojar — Martín le dedicó una mirada gélida y amenazante.
—Tks, ajá, sí claro, no me jodas, todavía no sé qué días tengo libres para ayudarte con el trabajo de mierda—comentó Lixus despreocupadamente mientras cerraba la mochila y se la colocaba en el hombro.
—A ver cara de gnomo mal formado, creo que no fui claro o eres un sordo o retrasado, no estoy jugando, ni que fueras tan importante como para tener una agenda tan llena para tener un espacio para mí, sólo eres un rebelde que duerme en horas de clase y molesta a los demás—habló el peli morado con desdén.
—Sí, sí, sí princesa, lo que tú digas, soy una basura ¿Ya terminaste de lloriquear? Me tengo que ir— le contestó sin una pizca de interés por sus palabras y se dirigió a la puerta para retirarse.
—¿Qué...? ¿Princesa? ¿Lloriquear? ¡Ven aquí Imbécil!—Martín se apresuró hacia él para alcanzarlo dispuesto a darle un golpe, pero en cuanto cruzó el umbral de la puerta no vio a nadie.
<< Pero... salió de la puerta hace unos segundos ¡No pudo sólo desaparecer así como así!>> Pensó el más alto mirando a todos lados en el pasillo, pero no había nadie más que él por allí, entró de nuevo al salón tomando su mochila con molestia mientras su furia sólo aumentaba de camino a la puerta del colegio donde lo esperaba Gerardo.
— Wow, se que siempre tienes cara de diarrea, pero hoy te ves peor ¿Acaso ocurrió algo hermanito~? — preguntó Gerardo con tono de burla.
— Nada, ya vámonos— habló el menor entre dientes apenas conteniendo su rabia.
— Oye~ Martín~ — una chica de su clase con ropa demasiado corta se acercó hablando con tono coqueto.
—Excelente, lo mejor para empeorar mi día... — suspiró con fastidio el mencionado.
— Mañana en la noche daré una fiesta, vendrán todos los chicos de nuestro curso y también vendrán algunos chicos más grandes de los otros grados. Me encantaría que pudieras venir~ — la chica puso una expresión tímida mientras enredaba un mechón de pelo en su dedo índice, pero al mismo tiempo se aseguraba de posar de forma tal que todos sus atributos pudieran ser notados por Martín.
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Unas gotas de limón para el Corazón, por favor...
RomanceLixus Marion. Grosero por excelencia, con un entorno familiar y social de mierda, tiene algunas actitudes sospechosas y nadie sabe nada de él más que la mala reputación que le precede incluso fuera de la escuela. Y por otro lado Martin, quien tuvo...