— ¡Pero papá! Ya te dijimos que no queremos ver esa... — exclamó el menor por décima vez.
En la casa de Martin había iniciado la discusión de siempre. La noche de películas familiar, Jaime insistía en que sus hijos menores de 18 años no debían ver películas de terror o de acción porque siempre incluían escenas sexuales y ellos aún eran unos niños para ver semejante indecencia, y como siempre su hijo mayor nunca lo apoyaba, mientras que su segundo hijo trataba de ser neutro pero evidentemente tampoco lo apoyaba del todo.
— A ver, el adulto aquí soy yo y se hace lo que yo diga, y si yo digo que veremos una película de comedia sin desnudos, ni escenas sexuales, ni malas palabras ¡Lo vemos y se acabó! — el adulto estaba tratando de actuar con autoridad cruzando sus brazos y levantando el mentón para imponer respeto, aunque más bien parecía estar haciendo berrinche.
— Mmmm, papá, ésta película es para niños, su comedia no es ni para la edad de Miguel, y ni siquiera a ti te gusta, las que estamos proponiendo sí, además no pasan desnudos...bueno sí pasan pero lo importante es la trama — comentó Martin aburrido de la discusión aunque en el fondo le hacía gracia ver a su papá tratando de actuar como todo un adulto maduro mientras hacía pucheros.
— Además papá, todos debemos estar de acuerdo con la película, esa regla la pusiste tú, y como el pequeño alacrán dice, las películas que estamos proponiendo también te gustan a ti, no es como que te disguste ver a lindas mujeres en paños menores... — el mayor de los hermanos sonrió divertido al ver el sonrojo del mayor de la familia causado por sus palabras, era muy divertido molestarlo.
— ¡Niños del mal! Roberto ayuda a tu necesitado padre...! — el hombre trató de recurrir al miembro más racional y decente de la familia.
— E-es que... ellos tienen razón papá, tú pusiste la regla de que todos tenemos que estar de acuerdo y tú eres el único que quiere ver comedia blanca, es mayoría de votos... — Roberto miró con pena a su padre.
— ¡Lo esperaba de todos menos de ti! — Jaime se sentía traicionado, ni en sus propios hijos podía confiar. ¿Qué hizo mal para que salieran tan malvados?
—Papá, con el dolor de todo mi ser te diré que nosotros ganamos, así que nosotros elegiremos la película — dijo Gerardo con falsa pena, Jaime tenía unas enormes ganas de borrarle esa sonrisita triunfadora de su coqueta y molesta cara.
— ¡Malnacidos! Está bien... Ustedes ganas por décimo quinta vez ¡Pero nada de terror, jovencitos! Ésta es una casa decente! — el mayor se sentó en el sofá cruzando sus brazos y haciendo puchero, Gerardo y Martín hacían un enorme esfuerzo por no reírse, no querían molestarlo más de lo que ya molestaron al pobre adulto.
Miguel le acarició la cabeza a su papá con una sonrisa divertida mientras le daba una paleta de piña para que se le quitara el enojo, por su parte, Roberto preparó la mesa para poner los dulces y la pizza que pidieron anteriormente, Martín comenzó a elegir la película y Gerardo estaba mensajeando con una de sus tantas amantes mientras sus hermanitos hacían todo el trabajo, beneficios de ser el hermano mayor según él, claro que luego Martín le arrebató el celular para que le ayudara a Roberto a acomodar las bebidas...
Por fin había terminado el mes de exámenes y eso se notaba con sólo ver a los alumnos, algunos estaban más animados que otros, pero todos se notaban más relajados, sin esa presión encima de los hombros.
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Unas gotas de limón para el Corazón, por favor...
RomanceLixus Marion. Grosero por excelencia, con un entorno familiar y social de mierda, tiene algunas actitudes sospechosas y nadie sabe nada de él más que la mala reputación que le precede incluso fuera de la escuela. Y por otro lado Martin, quien tuvo...