Jiah, una mujer que se encuentra luchando en su matrimonio, ha decidido buscar una distracción durante el verano junto a sus amigas. Sin embargo, se verá inesperadamente seducida por uno de los hijos de sus amigas...
Ahora se enfrenta a la compleja...
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Jiah sentía un torbellino de emociones. Durante todo este tiempo, había evitado este momento. A partir de ahora, su sueño de ser madre y tener una familia feliz se desvanecería. Se sentía vulnerable e insegura.
Después de tantas llamadas de Seung, tomó su teléfono y contestó la llamada.
—¡Mi amor, por fin respondes! —dijo él, con voz preocupada—. ¿Viste lo que publicaron, verdad?
Jiah no pronunció palabra alguna. Simplemente no podía, y le parecía absurdo que le preguntara eso cuando era obvio que ya lo había visto.
—Sí, precisamente por eso necesitamos hablar —intentó mantener su voz firme, aunque las lágrimas le impedían hacerlo.
—Cariño, sé que probablemente esas fotos te afectaron y...
—Tenemos que terminar nuestro matrimonio. Es lo mejor para mí. Me siento como una loca cuando pienso en ti. Lo que ocurrió hoy fue la gota que colmó el vaso; ya no aguanto esta opresión en mi pecho cada vez que pienso en nosotros y en todo lo que me hiciste —respondió Jiah con la voz quebrada.
—Mi amor, pero tú ya lo sabías. Me dijiste que íbamos a luchar juntos y que todo mejoraría entre nosotros —Seung no pudo contener las lágrimas.
—Lo sé, y aunque te justifiques diciendo que ya lo sabía, ver las fotos de ti entrando al hotel con ella me destrozaron.
—Solo estás pensando en lo que tú quieres y no en lo que yo siento —respondió Seung.
—¡Es en serio! ¿Cómo te atreves a decirme eso? Nunca pensaste en mí ni en el daño que me causarías al meterte con otra mujer. Nunca pensaste en las consecuencias y en que esto iba a pasar.
—Acepto que fui un gran idiota por no pensar en el daño que te causaría, pero esto no puede terminar así, mi amor. No puedes hacerme esto. Si necesitas un tiempo, te lo daré. Quizás nos ayude a mejorar y... —Seung tomo una pausa pensando en lo que iba a decir.
