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Acaricio mi pene lentamente haciendo que todo esto dure para siempre.
Estoy tan caliente, Pablo me vuelve loco.
Verlo así, tan expuesto, tan indefenso y controlado solo por mi cuerpo.
Estamos lejos, cercas, plantas, ventanas de por medio, pero tan conectados a la vez.

Sé que está ahí, esperando que le diga que hacer, que le permita tocarse.
Veo sus dientes morder desesperados su labio inferior. Sus manos en dos puños cerrados a los costados.
No me perdí los pasos que dió acercándose a la ventana cuando por fin me quité el calzoncillo.

Es tan sexy, tan malditamente sexy que tenerlo así me enloquece.

Sus ojos siguen el movimiento de mi mano y lo disfruto.
Amo el sexo, me gusta, me divierte, me completa, me relaja, soy muy sexual, amo tener a alguien así de enganchado a mi. Y me voy a aprovechar de él, porque lo quiero solo para mi.
Mi pequeño vecino con aspecto de virgen va a ser todo mío.

Suelto mi pene y levanto la mano hasta mi boca, sus ojos miran todo bien abiertos, con hambre.
Le digo que se quite su calzoncillo y saco mi lengua para lamerme la mano.
Espero a que siga mi orden, pero no lo hace. Tomo otro papel y escribo

"Desnudate"

Lo acerco al vidrio. Y vuelvo a mirarlo con determinación. Soy dominante, pero no soy violento. Me gusta dar órdenes y que me sigan, pero no castigo ni estoy en cosas raras, a Pablo le hace falta un empujoncito y yo me voy a encargar de él. Lo decidí la primera vez que lo vi.

Veo como traga y toca su ropa interior con inseguridad. No me mira, duda, vuelvo a acariciar mi pene y lo nota. Sus ojos encuentran el movimiento rápidamente, lame sus labios y baja por fin sus calzoncillos blancos hermosos.

Muero por estar ahí besarlo, tocarlo, acariciarlo, dejarle marcas en esa piel tan blanca y perfecta.

Su pene tiembla, esta duro y extendido hacia mi.
Pablo no se toca, solo se desnudó, sus manos volvieron a formar dos puños apretados, y yo ya no aguanto más, masturbo mi pene más rápido, más desprolijo.
Lo miro, tiene un cuerpo hermoso, es alto y delgado, tiene músculos definidos pero no como los míos, los suyos son sutiles y sexis, su pene es largo y grueso, su rostro es precioso, ángulos perfectos, labios gruesos, ojos claros.

Voy a acabar, mi orgasmo va a hacerme estallar ahora, en esta situación tan increíble.
El rostro caliente y hambriento de Pablo es todo en lo que puedo concentrarme cuando mis jadeos y quejidos son más fuertes.

-ahhh si, aaaaaaa
Aprieto, más fuerte más rápido y estallo

Cuerdas de semen blanco salen disparadas de mi verga, ensuciando lo que sea que hay en el piso de mi cuarto, mi estómago se contrae, respiro agitado.

Pablo respira fuerte, desde aquí veo su pecho subir y bajar acelerado, está a punto de estallar también y no se a tocado ni una sola vez. Me acerco a la ventana, veo su pene morado con gotas pegajosas que caen de la punta.

Golpeo y me mira a la cara, sonrío y dejo un beso húmedo en el vidrio frente a él.
Me doy la vuelta y salgo del cuarto cerrando la puerta.

-dios, que acabo de hacer?
Me río algo histérico.
Me va a odiar. Me va a odiar.

Pero ya no podía seguir viéndolo, me va a odiar dios mio. Ya no puedo volver, no después de dejarlo así.

-eso le pasa por espiarme.
Yo sospechaba que me había estado espiando pero nunca creí que estaría tan caliente conmigo como para creerlo capaz de desnudarse y calentarse olvidando que era de día y nuestras ventanas estaban sin protección.

Friego mi rostro con un poco en agua en el baño.
Me va a odiar.
Habrá acabado?
Se habrá tocado por fin?
Seguirá ahí parado?
No sé que hacer ahora, me gusta dominar pero no así, es la primera vez que hago esto.
Me doy una ducha con intensiones de que sea rápida pero la imagen perfecta de Pablo todo sumiso para mi me pone duro otra vez haciendo que tenga otro orgasmo arrollador muy rápido.

Descanso mi frente en los azulejos fríos tratando de volver a la realidad, el agua en mi espalda golpea fuerte y casi congelada y no me queda otra que salir del baño.

No me animo a entrar a mi cuarto así que rebusco en el lavadero ropa limpia y me visto.
Voy a la cocina en busca de algo para almorzar y doy un grito asustado.

Pablo está sentado en mi taburete comiendo pizza, con 2 vasos de café a un lado.

-Pa pa
Aclaro mi garganta
-Pablo

__Jonas
__traje pizza y café para disculparme contigo por como actué en la mañana. Siempre eres amigable conmigo y yo no me comporto bien contigo.

Su rostro no muestra nada. Apenas tiene las mejillas coloreadas. Pero nadie imaginaría lo que pasó hace un rato al verlo así.
Es sospechoso, no sé qué pensar.

-entraste a mi casa
Le digo sentándome en el taburete más alejado de él.
No es que le tenga miedo. No?

__si.
Sonríe
__no está mal esto de irrumpir en viviendas, le veo el lado divertido.

Come delicadamente su porción de pizza y revisa su teléfono.
Mi estómago suena con hambre así que, si él puede fingir que todo está bien, le sigo el juego y como pizza yo también.

Después de un rato de un falso amistoso silencio. Se pone de pie. Limpia sus manos, toma su teléfono y llaves.

__me voy, tengo cosas que hacer.

Camina hacia la puerta pero se vuelve.
__me darías tu número?, me gustaría enviarte algo que quiero que veas.
Extiende su celular hacia mis manos.
No entiendo de que va todo esto pero aún con algo de miedo ingreso mi número y hago una llamada perdida para que también me quede registrado.

-listo. Le digo devolviendole el exclusivo aparato.

__genial. Nos veremos por ahí.

Y se va.

Se fue.

Y yo sigo parado aquí mirando la puerta cerrada.
-En qué me metí?

AtrapadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora