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Bajé del avión y vi un mensaje de papá
__avísame cuando llegues hijo, ahora te envío la dirección de tu nueva casa, haz aterrizado en la ciudad vecina por lo que el viaje a casa será algo largo. Pide un uber jajaja __

Puse los ojos en blanco y comencé a arrastrar mis maletas hasta la calle y me dispuse a esperar el uber.
Me gustaría tomar un café y tengo hambre pero pasé por la cafetería y estaba llena de gente, las mariposas en mi estómago me obligaron a seguir de largo.
No puedo acercarme a la multitud y mucho menos hacerme notar en medio de ella. Nunca resulta, soy como invisible, me ha pasado de hablar, levantar la mano y que nadie me mire. Me pasó toda la secundaria, por dios hasta pedir el almuerzo en la cafetería era difícil aún cuando tenía mi lugar en la fila, no era como si el que sobrevivía a una horda de gente loca era el que obtenía la bandeja. Y ni así me prestaban atención, en mi turno, por todos los dioses.

Desde aquí no se ve más que verde y árboles, el aeropuerto no está en medio de una gran ciudad al parecer.
El teléfono me notifica que mi auto está llegando y miro prestando mas atención y lo localizo, un pequeño auto gris con un chófer de cara sonriente.
Lo que me faltaba, parece ser un charlatán y yo solo quiero meterme en un agujero y llorar un rato.

Le di la dirección de mi nueva casa y se puso contento porque el viaje es largo, después de un rato en el que intentó sacarme conversación al fin se dió cuenta de que no tenía ganas de interactuar y puso música.

Me relajé, sentí la tensión en mi rostro irse suavemente. Puedo respirar más tranquilo y disfrutar la vista por la ventana.
Van 2 horas y 20 minutos de pasar por campos, caminos, autopistas, calles en mal estado, muy pocas casas o lugares urbanos, y recién estamos acercándonos a mi nueva ciudad según el mapa.

Comienzo a ver a lo lejos pequeños edificios, carteles y más movimiento de coches.

__estamos llegando joven.

-si si. Eso veo.

Trago duro y pregunto.

-usted sabe algo de este lugar?

Lo veo mirarme por el espejo y las líneas a los lados de sus ojos se marcan, está sonriendo.

__de hecho si, yo soy de aquí. Nací aquí pero con el trabajo de mis padres nos fuimos, con el tiempo siempre volví a visitar a la familia que quedo aquí. Y actualmente tengo a mis dos niñas en la universidad aquí.

-cool

Le digo sin ganas.

__vienes a estudiar?
Pregunta
__puedo decirles a mis chicas que te

-no no. Solo a comenzar de cero, no sé aún si seguiré alguna carrera.
Lo interrumpo antes de que comience a querer hacerme amigo a la fuerza. Lo odio. Odio que la gente me vea solo y me contacte con otros. Si quisiera contactar con alguien más lo haría solo, gracias.
O no, lo más probable es que no lo logre, ni siquiera logre el paso de intentar conectar, pero ya está.
Quizás podría pasar como dice papá y realmente esto me haga renacer o lo que sea.

Sin darme cuenta estoy frente a un grupo de casas iguales. Me muevo para ver la cuadra y si, deben ser unas 10 casitas todas iguales y pintorescas. Lindo jardín al frente, aberturas de colores claros, pequeños espacios techados frente a la puerta de entrada.

Respiro, respiro, respiro.

__se encuentra bien joven?

-si, disculpe ya bajo.
Le pago el viaje en la aplicación y abro la puerta.
El señor también baja del coche para darme mis cosas del baúl.

__bueno jovencito, esto es todo. Le deseo suerte en su nueva vida.
Le hago un gesto que sin verme mi propia cara siento que es un patético intento de sonrisa. Junto mis cosas y emprendo camino hacia la que seria mi puerta.
Ya en el pequeño porche veo el número, tengo la número 7.
Miro alrededor y localizo la maceta de flores lilas que esconde la llave para ingresar.

-ay papá, te odio por hacerme esto.
Después de ese pequeño berrinche de dientes apretados y ojos fuertemente cerrados, tomo aire e inserto la llave en la cerradura. Una simple cerradura común y corriente sin nada de seguridad extra o reforzada.
Largo el aire una vez que estoy en el interior.

-está

Giro, miro, sigo girando.
Abro y cierro los ojos
Salgo afuera y vuelvo a entrar.

-vacía?

Dios mío. Maldita sea.
Dejo todo tirado y la recorro completa, la pequeña cocina, la sala comedor, el baño y la habitación. Todo vacío.
No puede ser.
Pensé que me iban a alquilar algo listo para usar. Y ahora que hago?

En la encimera de la cocina hay un papel 

__querido hijo, en este momento debes estar enojado y confundido. Te pedimos perdón por hacerte sentir así, por correrte de la casa y por obligarte a esto, pero cariño, lo hacemos por ti. Necesitas crecer y ser independiente, encontrarte o liberarte. Ser tu mismo.
La casa está vacía, si. No te preocupes, puedes usar tu tarjeta con normalidad, no creas que te hemos soltado la mano económicamente hablando, tampoco creas que te echamos y no queremos saber de ti. Más te vale que nos llames y hables con nosotros cada vez que quieras!!!
Como te decía, puedes amueblar la casa con la tarjeta, como a ti te plazca, haz lo que quieras, tienes vía libre de pintar y poner todo lo que quieras y como quieras, deja aflorar tus gustos, tus colores.
¡No remodelar ya que es alquilada!
Lo único que debes hacer es prometernos que el alquiler y los servicios los pagarás con tu propio trabajo. Sabemos que puedes lograrlo.

Vive Pablo.

Vive y encuentra eso dentro de ti que te haga ser feliz.
Te amamos mami y papi __

Te amamos mami y papi __

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AtrapadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora