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Mientras continúo besando suciamente a mi vecino, manoseo todo su cuerpo, paso mis manos amasando, apretando y arañando todo lo que puedo.
Lo siento derretirse, sé que sus piernas no logran mantenerlo en pie.
Su respiración es completamente irregular, no sabe si gemir, gritar o llorar. Y me vuelve completamente loco.

Doy una vuelta admirando lo que logré, es un desastre, todo tembloroso y perdido.

La imagen de él atado para mi pasa por mi mente y sin pensar realmente, me saco el cinturón y parado detrás suyo, lo sorprendo colocándoselo en su cuello.
Su reacción es espectacular.
Jadeó y gritó en silencio pero no se atrevió a hablar.
Sigo detrás suyo y acaricio la piel donde está el cuero.

Su cuerpo blanco, con manchas coloradas de mis manos, está transpirado y tembloroso.

Y yo muero de nervios, me estoy dejando llevar, mis sentimientos son una bola inquieta de absolutamente todo lo que puedan imaginar, y mi pene, dios, mi pene está a segundos de explotar en mi pantalón.
Rpirando profundamente, pero manteniendo mi silencio, camino hasta quedar frente a Pablo.

Inspiro enloquecido. Abro y cierro las manos, aprieto mis dientes con fuerza.
Maldita sea. No voy a poder quitar de mi cerebro esta vista, jamás.

-Pablo

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-Pablo

Sus ojos conectan con los míos.
Enormes y brillosos.

Levanto la mano y acaricio su rostro

-te duele?

Veo como traga y sacude la cabeza despacio.

-seguro? No me mientas

Solo me mira.

-habla
Le ordeno

__no me duele

Mis dedos siguen en su piel y recorro muy despacio hasta que mi pulgar acaricia sus labios hinchados. Abre inmediatamente y lo meto. Su calor enciende aún más mi cuerpo. Su boca chupa y lame mi dedo y sus ojos siguen fijos en los míos

-eres un espectáculo Pablo. Mírate, todo destruido por mi y aún así con ganas de más, otro?
Pregunto

Adiente y meto ahora 3 dedos en su caliente y hambrienta boca.

Su pene se sacude con movimientos irregulares desesperado por acción, así que acerco él mío y froto mi bulto detrás del jean sobre el suyo desnudo, puedo sentir sin problemas su calor y humedad, mezclada con la mía, y es lo más sexi del mundo.
Me lo voy a follar así, vestido. Esto es increíblemente sexi.

-te voy a follar ahora Pablo. No aguanto más. Ponte de rodillas sobre el sillón y déjame ver tu culo.
Hablo mientras saco mis dedos de su boca y los limpio por su rostro, dejandole baba en la piel.
Suspira con sus ojos cerrados y sé que está tan caliente como yo.

Acomodo mi pene para sacarlo por el cierre del pantalón sin lastimarme mientras dejo que Pablo siga mis órdenes.
Tiene un culo perfecto, redondo y musculoso. Cuando está listo, presentado para mi, empujo su espalda para que sólo deje su trasero levantado y separo sus nalgas dejando a la vista su hermoso agujero palpitante. Escupo sobre él y le doy una nalgada
Pablo se sacude y gime, la huella roja de mi mano se graba en su piel y la saliva cae hasta gotear de sus pelotas al sillón.

-no te voy a preparar Pablo, no aguanto más. Lo soportaras?

Asiente desesperado.

-voy a probar con un dedo pero será rápido.
En mi mente lucho con el instinto de estirarlo y lubricarlo para mi, sé que lo voy a lastimar pero no aguanto más.

Uso más saliva para mojar su entrada y empujo mi dedo pulgar, con esfuerzo hasta que entra, el calor y la fuerza de su agarre me vuelven loco. No aguanto más, ya no puedo.
Saco mi dedo y acomodo la cabeza de mi verga.

-pon tus manos en la espalda.

Hace lo que le digo y las agarro con fuerza tirando para atrás, su torso está sobre el sillón pero mi agarre lo deja todo incómodo y estirado, sus ojos están fuertemente cerrados esperando, con ansias, miedo y agitación. Y se lo doy. Empujo con fuerza a su interior.
De un solo golpe meto toda la longitud de mi pene hasta que mi pantalón toca sus bolas colgando.
Pablo grita. Es un grito de dolor mezclado con placer, un grito que amo, y que ya reconozco en él.
Su cuerpo se afloja completamente y yo comienzo a cojerlo con fuerza y rápido, entro y salgo de él, le digo cosas, cualquier cosa que se me cruza por la cabeza pero no registro, todo mi ser está concentrado en mi verga y su caliente y apretado culo.
Parece que él está en mi misma sintonia porque balbucea y lloriquea cosas sin sentido.
Dejo sus manos y tiro de su cabello, veo como su cuello estrangulado con mi cinturón se estira y me vuelvo loco.
Lo cubro con mi cuerpo aplastandolo para poder besar todo un costado de su hermosa cara.
Lo muerdo, lamo y beso con desesperación. 

No puedo dejar de entrar y salir de él.
Me recorre una desesperación tan fuerte que solo salen de mi rugidos y gruñidos. Parezco un maldito animal enjaulado.
Tiro de su pelo con fuerza para ver su cara y por dios que es la cara más hermosa que vi en mi vida.
Sus ojos desorbitados, sus labios rojos, sus lágrimas. Cada puto sonido que hace es lo mejor que alguien puede escuchar en su vida. No. No. Jamas dejaría que alguien escuche esos sonidos, son solo míos, solo para mi

-mío Pablo, eres mio. Mío para siempre. Tu cara, tu cuerpo, tus ojos, por dios Pablo. Todo tú, eres todo mío. No lo olvides nunca por favor.

Solo salen síes de sus labios

Lo doy vuelta para quedar frente a frente, con él todavía bajo mío y vuelvo a penetrarlo desesperado. Su agujero mojado y caliente me recibe con hambre.
Le saco el cinturón del cuello y acaricio con cariño las marcas rojas que quedaron, mi lengua moja y recorre la sal de su piel.
El sólo me mira.
Sus ojos no dejan de mirar mi cara, está como hipnotizado.
Y no aguanto más. Taladro su interior con golpes rápidos y fuertes
-te amo Pablo.
Le digo justo en el momento que me vengo dentro suyo.
Lo beso y por fin dejo que el se haga cargo de mi.
Todavía en su interior, Pablo toma mi cara en sus manos y me besa. Debora mis labios con tanto amor y pasión que tengo ganas de llorar.
Sus piernas envueltas en mi cintura me mantienen inmóvil dentro suyo.
Nos miramos durante bastante tiempo hasta que salgo de él sin decirnos nada. Me pongo de rodillas y me dedico a amar su pene rojo furioso, chorreando pre semen por mi.

Es el mejor sabor del mundo. Su pene llena mi boca completamente y me cuesta respirar, las manos de Pablo tiran de mi pelo y lo miro.
Nos miramos a los ojos y dejo que el hombre folle mi boca con fuerza. No me muevo y casi no respiro. Me pierdo en sus ojos mientras su pene entra y sale de mi sin parar.

No me habla, solo sigue mirándome.
Sus manos sostienen mi cabeza inmobil pero me sorprende cuando agrega un dedo a mi boca junto a su verga, dios, la forma en que estira mi boca al máximo, como siento que se escapa mi saliva es increíble. Mi pene está duro como una roca nuevamente.

Y así, de esta manera salvaje y perdidos uno en el otro Pablo deja salir todo su cremoso y salado semen en mi interior. No me deja chupar, solo sigue follandome y hacemos un enchastre con la saliva y el semen chorreando por mi barbilla.
Una vez que sale de mi utiliza sus dedos para juntar todo lo que queda en mi cara y meterlo en mi boca. Y si. Termino limpiando con hambre y placer sus dedos. Amo a este hombre, lo amo con todo mi cuerpo y mi ser.

-Pablo
Suplico.
No sé qué, pero suplico.
Que no me deje, que me elija.
-Pablo por favor

No lo miro más, apoyo mi cabeza en sus piernas para que no vea que estoy llorando. Sé que va a elegir a su familia, a su bienestar, y eso me destruye.

AtrapadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora