IX

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Definitivamente no tenía palabras para explicar lo que estaba sintiendo en ese momento.

Además de quedarme muda en ese preciso instante adelante de él, también me quedé inmóvil.

No sabía que hacer, ni decir.

Sentía la tensión de la situación en el aire.

Él estaba borracho.

Lógicamente no sabía lo qué me decía.

Y probablemente a la mañana, se iba arrepentir.

—¿Por qué me miras así?—me preguntó, intentando mantener el equilibrio— Tampoco te pedí algo de otro mundo.

—¿Me estás jodiendo?

Él negó.

—No voy a dormir con vos, Matías.—le respondí.

—¿Por qué no?

Porque me gustas.

Y tienes novia, imbécil.

No iba a compartir cama con él, no iba a soportar ni cinco minutos tenerlo cerca.

—Te he visto compartir cama con Blas, en varias ocasiones.

Y otra vez con Blas.

—¿Por qué conmigo no?—preguntó.

—Porque es, diferente.—justifiqué, mientras fruncía el ceño—

—Yo no veo la diferencia.

—Con él somos amigos.

—También eres amiga de Felipe, Juani, Simón, Esteban, Enzo y Luciano—comenzó a enumerar con sus dedos, y por último volvió a reírse— Y no te veo compartiendo cama con cada uno de ellos.

—¿Y por qué debería compartir contigo?—le pregunté, cruzándome de brazos—

Él se mantuvo en silencio unos segundos, cómo si estuviera buscando alguna respuesta coherente.

—No sé, quizás porque no quiero dormir sólo. ¿Está mal pedirte un favor?—se tambaleó un instante, mientras hablaba— Además, lo nuestro sí es amistad.

—¿Sí?

—Sí.—afirmó— Ya te dije que me caes bien, aunque a veces seas insoportable.

—De igual forma, no me vas a convencer porque sea tú amiga. Debes ir a descansar, y sólo.

—Claaaro, cómo no soy Blas. A mí no me das ni corte, así sos, eh.

—¿Por qué te molesta tanto Blas?—quise reír por un instante, pero traté de mantenerme seria— Es amigo de todos.

—De todos, no lo dudo. Pero de vos no.

—Nos llevamos bien hace meses. ¿Por qué no sería mí amigo?

—Cuándo uno de los dos se tiene ganas, no son amigos. Y Blas, por lo visto sí te tiene ganas hace rato.

—Estás flasheando cualquiera.

—Preguntale a cualquiera de acá—sugirió con cierta gracia, y dió unos pasos para atrás— Y vas a ver qué tengo razón, se nota a kilómetros lo caliente qué está con vos.

—Matías.—me quejé indignada.

—Es la verdad.—chilló.

—Blas es, es incapaz de verme así.

Uɴ Aᴍᴏʀ Pᴀsᴀᴊᴇʀᴏ - Mᴀᴛɪᴀs Rᴇᴄᴀʟᴛ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora