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—¿No pensáis comer?—con un cuchillo en la mano, Bayona señaló los platos con comida—Era mediodía.
Y a excepción de Bayona, prácticamente nadie había tocado su comida aún, aunque era el único momento del día dónde podíamos comer bien, ninguno quería.
Seguramente a la mayoría le estaba causando náuseas.
Nos habíamos levantado hace menos de una hora, y por obligación de Bayona. Y ahora la mayoría se encontraba con dolor de cabeza, malhumor y lentes de sol.
Eso explicaba porque había un silencio incómodo en toda la mesa, el cuál parecía que nunca se iba acabar.
Al parecer, no solamente yo había tenido una mala noche.
Y no me refería solamente al hecho que amanecí durmiendo en el suelo, con dolor de cabeza y con Clara al lado.
Esa era una situación, a la qué todavía no le encontraba una explicación coherente.
Definitivamente debía estar demasiado borracho, para terminar durmiendo con ella.
Ni siquiera quería pensar en las tonterías que habré dicho. Porque al parecer, fueron varias.
Ni siquiera me habló cuándo se despertó.
No sé, mínimo esperaba una reacción violenta de su parte al verme al lado de ella.
O una explicación de lo qué había pasado entre nosotros.
Porque mi cabeza, había llegado a ese momento en dónde comenzaba a hacerse diferentes hipótesis, una peor qué la otra, con tal de hacerme una idea de lo qué había pasado en la madrugada.
Y no quedar cómo un estúpido, por no recordar nada.
La habitación en ese momento, estaba hecha un desastre.
Pero ver a los chicos en la habitación, en un estado peor que el mío, me daba a entender que ese desastre no era nuestro.
Por alguna razón, en mí cama, se encontraba Juani roncando solamente en bóxer, boca arriba.
En la cama de Blas, estaba Felipe durmiendo con Simón. Uno boca abajo y él otro boca arriba, y al parecer con ropa.
Mientras qué la cama de Felipe, se encontraba desordenada pero vacía.
Blas era el único que faltaba, y justamente salía del baño arrastrando los pies, más pálido de lo normal y con una mano en el estómago.
Aunque tenía curiosidad, no quise preguntarle por qué motivo la habitación estaba así.
Me miró pero no cruzamos palabra.
Incluso sentí que estaba molesto.
¿Él sabía algo qué yo no?
Porque después de las dos de la mañana, no recordaba prácticamente nada.
Además de recordar mi molestia con Malena, por no haber contestado mis llamadas. También recordaba la música, las bromas, el alcohol y la plata por la que habíamos estado jugando a las cartas.
—Yo no puedo, no me siento en condiciones de comer.—rompió el silencio Esteban, y movió el plato hacia el centro de la mesa—
—Al parecer ninguno está en condiciones.—dijo Bayona, después de beber agua— Pero ese no es mí problema, ayer les pedí qué no se desvelarán. Ni consumieran tanto alcohol.
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Uɴ Aᴍᴏʀ Pᴀsᴀᴊᴇʀᴏ - Mᴀᴛɪᴀs Rᴇᴄᴀʟᴛ
Roman pour AdolescentsMatías Recalt, tenía que estar un par de meses fuera de su país por su trabajo. Lejos de su familia, amigos y de su novia, Malena. Lo cuál comenzaría a traerle conflictos internos a medida que va pasando el tiempo, y más al tener que convivir con la...