•••
Había una serie de cosas en la habitación, qué me hacían pensar que en verdad había alguien en la habitación, especialmente encerrado en el baño.
La cama desarreglada.
La puerta cerrada.
Su nerviosismo.
—No digas tonterías.—me contestó con cierta molestia, desde la puerta del baño—
Lógicamente, no le había gustado para nada qué insinuara por error, la presencia masculina de alguien más.
¿Sería capaz de meter a cualquier tipo en nuestra habitación?
—No es nadie.—aseguró fastidiada, al notar que solamente la miraba en silencio— Lo juro.
Sabía que no le creía.
Principalmente porque no sabía mentir.
—Ese no es mi problema, mí problema es que este metido acá.—le aclaré, pasando una mano por el pelo—
—Pero acá no hay nadie metido. ¿Qué parte de eso no entiendes?—se quejó, y en ese preciso instante algo más se sintió caer en el baño—
—Si caí en un mal momento, me lo hubieras dicho desde un principio. O mejor me hubieras dicho qué ibas a meter un tipo a la habitación.
—No metí a nadie en la habitación.
—¿A no?—cuestioné.
—No... O bueno, quizás sí.—confesó, luego de dar tanto rodeo—
Al final tenía razón.
¿Pero a quién había metido?
Si a excepción de mí, ninguno de los chicos estaba en ese piso.
Era imposible qué alguno de ellos estuviera encerrado ahí.
—¿Me podrías ayudar?—me preguntó, mientras ponía sus manos en mis hombros— Necesito qué me des una mano con esto.
Por un instante, mientras ella hablaba, me quedé mirándola a los ojos.
Estaba a centímetros de mí, con sus manos puestas en mí, a pocos centímetros de altura, porque tenía una estatura qué si la comparaba con la mía, era pequeña. Y lo qué más me llamaba la atención, eran sus ojos.
¿Pero por qué la miraba fijo a los ojos?
No lo sé.
Tampoco sabía si la miraba por algo en particular, o por la locura que me estaba proponiendo.
¿Esa era la hermanita tierna e inocente de la qué tanto hablaba Francisco?
Estuve unos segundos más en aquella situación, intentando buscar una respuesta sin tartamudear.
—No sé a que estás acostumbrada—de a poco, fui retrocediendo. Haciendo que sus manos fueran desapareciendo de mí— Pero conmigo no contes.
—¿Por qué?
—¿Todavía lo preguntas?
Ella asintió.
—Es asqueroso.
—¿Qué tiene de asqueroso ayudarnos?—preguntó, frunciendo el ceño— Si va a quedar entre nosotros.
Nosotros.
Definitivamente aquella chica había perdido la poca cordura que le quedaba.
—No, definitivamente estás loca.
![](https://img.wattpad.com/cover/360467960-288-k244854.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Uɴ Aᴍᴏʀ Pᴀsᴀᴊᴇʀᴏ - Mᴀᴛɪᴀs Rᴇᴄᴀʟᴛ
Novela JuvenilMatías Recalt, tenía que estar un par de meses fuera de su país por su trabajo. Lejos de su familia, amigos y de su novia, Malena. Lo cuál comenzaría a traerle conflictos internos a medida que va pasando el tiempo, y más al tener que convivir con la...