Respiro

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Dos semanas pasaron desde el altercado entre Priya y Saba, la situación no había mejorado en lo más mínimo, la hermana mayor de Amandla no había vuelto a aparecer por la tienda. La joven africana estaba angustiada, aún con el enfado en el cuerpo extrañaba a su hermana. Esta no se sentía para nada mejor, por un lado seguía siendo incapaz de comprender la situación y por otro sentía arrepentimiento. En su casa rezaba juntando sus manos.

Saba: Señor... Necesito tu ayuda una vez más. Mi hermana menor no está tomando el camino correcto en su vida, aunque me asegura que así es feliz. Ella... Está enamorada de una mujer. La he confrontado dos veces, pero ahora miro hacia atrás y veo que no actúe de la forma más adecuada. Grité a mi hermanita y casi golpeo a Priya. Confesé mis pecados, pero todavía siento remordimiento. ¿ Qué debería hacer ? No puedo más con este dolor, de verla sufrir y llorar, solo quiero una buena vida para ella, la amo como mi familia que es. Claro, luego está Priya, me decepcionó, pero siempre vi bondad en su corazón. Todo esto es confuso y contradictorio. ¿ Qué debería anteponer ? Mi fe o la felicidad de mi hermanita. Solo quiero que estén bien y sé que usted quiere lo mismo.

Ya liberando sus pensamientos e inquietudes se marchó a preparar su desayuno.

Priya y Amandla hacían lo mismo, juntas estaban preparando el desayuno de ellas mismas y el resto de chicas de la casa. La hindú trataba de ser cariñosa, pero no encontraba a su pareja muy receptiva.

Priya: Cariño.... ¿ Sigues decaída ? - pregunta claramente preocupada -

Amandla: Sí, desearía que Saba fuera más compresiva.

Priya: No hay mucho que nosotras podamos hacer, eso solo lo puede controlar ella.

Amandla: Ya, pero.... - suspira con angustia - Con que acepte nuestra relación me es suficiente, ni siquiera estoy pidiendo que nos apoye.

Priya: Todo esto es muy complicado, como dije debemos dejar que el tiempo diga que sucederá.

Amandla: ¿¡ Cuánto más !? - dice algo alterada -

Priya: Yo... No lo sé.

Amandla: - Mira con detenimiento la cara de su amada - Lo siento, de verdad, últimamente estoy irritante, ¿ no es así ? Tú no mereces lidiar con mis frustraciones. Debe ser un fastidio para ti que por mi culpa hayamos tenido que empezar con tanto alboroto nuestra relación.

Priya: No digas eso, para nada te culpo. Aparte, esta mala racha es de ambas, jamás te dejaría el problema a ti sola.

Amandla: Eres muy buena novia, Priya - la abraza -

Priya: - Acaricia su cabeza - Haré que todo esto sea más llevadero, lo prometo. Pensé que podríamos tomarnos el día libre, este mes vamos bien de venta.

Amandla: No es necesario, ya bastantes veces has cerrado la tienda para estar conmigo.

Priya: Lo haré las veces que sea necesario con tal de que puedas desconectar. Aparte, soy la jefa, es lo que toca ¡ Hehehehe !

Amandla: ¡ Priya ! Qué tontita eres, jajaja.

Priya: En cuánto terminemos el desayuno nos vamos. Le diré a Kashifa que hoy volvemos antes.

Mientras Priya fue a dar el mensaje a su pequeña compañera Amandla aprovechó para ponerse la ropa adecuada para la ocasión. Buscó y buscó en el armario, no se decidía.

Priya: ¿ Amandla ? - trata de abrir la puerta -

Amandla: ¡ Priya no ! ¡ Me estoy cambiando ! - avergonzaba se apoya en la puerta para bloquearla -

Priya: ¡ Perdón ! Te veo afuera, no quiero salir malherida, hehe.

5 minutos después la sudafricana estaba preparada. Lucía un vestido color verde con mangas abultadas, zapatillas sencillas de color blanco y un pequeño gorro del mismo color con un lazo verde esmeralda. Su novia la miraba perpleja, sus expectativas habían sido superadas.

La media naranja de la esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora