capítulo 1

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Una mañana, en la ciudad de Mobius, un adolescente llamado Sonic The Hedgehog se apresuraba a llegar a la Academia Dash Corsé, donde era uno de los mejores estudiantes.

No podía permitirse llegar tarde, pues debía cuidar su beca. Mientras caminaba, se preguntaba si todo le iba bien: si su pequeño Silver estaría en la escuela, si su arriendo y su casa estarían en orden. Pero, a pesar de todo, se sentía solo y vacío.
Luego, vio a Shadow Dark, el hijo del director

Pov sonic
Él siempre es tan serio y frío. No entiendo cómo puede ser el hijo del director, si el director es una buena persona.

Tengo que seguir con mi camino

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Y eso iba a hacer el erizo, pero entonces se dio cuenta de que Shadow no veía al camión que venía a toda velocidad y seguía caminando.

"¡Maldición, está a punto de ser atropellado! ¿Está loco? No lo salvaré, no es mi problema".

Menciono preocupado

Pero no hizo caso a sus propias palabras,

Como su excusa favorita decía: mi cuerpo no hace caso a mis palabras

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Sonic reaccionó rápido y corrió hacia Shadow, empujándolo fuera del camino.

Sonic se levantó rápidamente y miró al conductor, que se había dado a la fuga.

- ¡Oye, vuelve aquí! ¡Eres un cobarde! -gritó Sonic, indignado.

- A-ah... duele... -gimió shadow, sujetándose la pierna herida.

Sonic se olvidó del auto y se acercó a shadow, preocupado. Vio que la sangre manchaba su pantalón y que tenía una herida profunda.

- Shadow, ¿estás bien? Déjame ver eso -dijo Sonic, tratando de quitarle la mano.

- ¡No me toques! ¡Aléjate de mí! -replicó shadow, apartándolo con furia.

- No seas terco, shadow. Tienes que ir al hospital, o te vas a infectar -insistió Sonic.

- No necesito tu ayuda, ni la de nadie. Yo puedo cuidarme solo -dijo shadow.

Sonic suspiró y lo miró con compasión. Sabía que shadow tenía un carácter difícil, pero no podía dejarlo así, herido y solo.

- Mira, shadow. Sé que no somos amigos. Pero no puedo dejarte aquí, tirado en la calle. Al menos déjame llevarte a un lugar seguro, donde pueda curarte la herida -le propuso Sonic, con sinceridad.

Shadow lo miró con desconfianza, pero también con algo de curiosidad.
No entendía por qué Sonic se preocupaba por él, cuando nadie más lo hacía.

- ¿Por qué haces esto? ¿Qué ganas con ayudarme? -preguntó shadow.

- No gano nada, shadow. Solo quiero ayudarte, es mi libertad, son mis acciones -respondió Sonic, con una sonrisa amable.

Shadow se quedó sin palabras. Se sentía confundido, Tal vez podía confiar en él, al menos un poco.

- Está bien... supongo que no tengo otra opción -aceptó shadow, con resignación.

- Eso es, shadow. Verás que no te arrepentirás -dijo Sonic, con alegría.

Sonic lo alzó en sus brazos con cuidado, y lo llevó a un callejón cercano, donde sacó de su mochila un botiquín de primeros auxilios.

Lo recostó en una caja de cartón y le quitó el pantalón, dejando al descubierto la herida. Y la empezó a curar.

Shadow se mordió el labio para no gritar de dolor. Algunas lágrimas se escaparon de sus ojos y rodaron por sus mejillas. Sonic lo notó, pero no dijo nada. Sabía que Shadow era orgulloso y no le gustaba mostrar sus debilidades.

Shadow miró a Sonic con rencor. No le agradecía que lo hubiera salvado y el dolor personal lo izo actuar.

- ¿Esto es humillante? - le espetó Shadow.

- ¿Qué cosa? - preguntó Sonic, confundido.

- ¿Por qué me salvaste? No necesitaba tu ayuda. Podría haberme apartado yo solo.

- No seas tonto. Si no te hubiera salvado, el auto te habría atropellado. Podrías haber muerto.

- Preferiría morir que deberle algo a alguien como tú.

- ¿Alguien como yo? ¿Qué quieres decir con eso?

- Eres un entrometido, un metiche, un insoportable. Siempre estás metiéndote en los asuntos de los demás, Eres un rebelde sin causa, un problemático, un desastre.

- Vaya, qué bonitas palabras. ¿Y tú qué eres? Eres un arrogante, un engreído, un presumido. Te crees mejor que los demás, solo porque eres el hijo del director.
No tienes amigos, ni sentimientos. Eres un frío, un calculador, un manipulador.

Los dos se miraron con odio, chocando sus miradas. El aire se llenó de tensión, y el silencio se hizo pesado. Ninguno de los dos quería ceder, ni pedir perdón. Estaban atrapados en un callejón y no podía irse con facilidad figurativamente.

Diferencias en el amor ( sonadow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora