PATIENS ▫️DOWOO▫️NCT

Capítulo 8

El joven príncipe caminó hasta la profundidad del lúgubre bosque, quedando frente a frente con una casa de piedra desgastada, la casa de esa mujer. Todos en el pueblo hablaban de ella, sobre su inusual y extraña habilidad de adivinar el futuro y de hablar disparates.

Sus amigos se habían quedado en las esquinas del lugar, vigilando su entorno mientras el tocaba bruscamente la puerta y entraba con total confianza. Lo único que encontró fue una enorme mesa, con tres sillas al rededor y dos sillones en los lados, una chimenea funcionando a toda máquina y diversas fotos con extraños signos adornando la desgastada pared color marrón.

-Has venido, ¿a qué se debe este placer?.-La voz lo hizo sobresaltarse al venir de la nada. Y la mujer apareció, vistiendo de azul oscuro, con tatuajes inusuales en los brazos y con collares de piedras verdosas adornando su delgado cuello. No parecía tener más de 60 años.

-La gente habla, todos dicen que eres buena prediciendo el futuro y tenía que comprobarlo por mi mismo.- la miró con la barbilla en alto, arrogante.- Dime el mío.- ordenó.

-No te confundas, niño. Debes pensar bien antes de venir a mi. No seas ingenuo.

-No estoy siendo ingenuo. Ahora, dime mi futuro si no quieres que mi padre te queme viva en la hoguera por bruja.

-No intentes asustarme, en mi no funcionará. Y créeme que tu destino no querrás saber.- la mujer lo miró con una sonrisa escalofriante.

-No hubiera venido hasta aquí si realmente no quisiera saberlo.-  y sin pensarlo dos veces sacó una pequeña bolsa de tela con monedas y tres jades, justo como decían los pueblerinos que habían comprado el servicio de esa bruja. La mujer lo miró por unos segundos antes de tomar el dinero y observar de primera mano los tres radiantes jades.

-Es un trato.-  y sin más, la bruja se levantó y tomó una copa de bronce, un líquido verdoso y varias hojas secas con los extraños signos. Colocó el líquido hasta llegar a la mitad de la copa, sumergió tres hojas y escupió directo en la copa. Sus verdes ojos brillaron y tomaron un color oscuro, casi negro.

"Tenías que estar convencido, pero no lo estás. 27 años en la engañosa luz con farsante poder, 13 en compañía de un delicado rosal virginal, un heredero de hierro te dará, y una desdichada llegará, lo maravilloso no sale a la luz, no sin ser dañada. El hierro será más fuerte de lo que sois, casi impenetrable, pero letal, maldecido y apocado, oscuro. Pero no durará, el rosal renacerá aún más impenetrable, descartará la desdicha y a todo lo que sois y llegarás a ser. El poder surgirá, radiante e inmaculado. Un perfecto remplazo y el vencedor del engaño que te envuelve amargamente."

Hubo un silencio sepulcral, y luego la mujer empezó a reír, una risa tenebrosa y agobiante.

-Maldita farsante.- Escupió con rabia, saliendo a paso apresurado de ahí.

...

Muerta en la hoguera, por pertenecer a un aquerrale de brujas.

[...]

-¿Estás seguro de esto, Jungwoo? No puedo evitar estar muy angustiado y en desacuerdo.-Siwon apenas había logrado ponerse en pie para despedir a su yerno.

-Lo estoy, su majestad. Lo que más necesito ahora es pasar este último mes en un lugar tranquilo, y no hay mejor opción que el palacio de Vîzmon.- El peliblanco se encontraba fuera del castillo, con 4 maletas alado suyo, un carruaje, 3 sirvientas y Wendy, a punto de partir.

-Está bien.- suspiró Siwon.- Le diré a Doyoung que vaya tres días a la semana, los guardias estarán allá. Tendrás los mejores cuidados y si algo llega a pasar, regresarás inmediatamente, ¿entendido?.-