Sabía que iba a pasar en el momento en que pronunció esas palabras. Fue decirlas y cerrar los ojos esperando la bofetada de su hermano. Escuchó como el aire zumbaba en sus oídos y sintió como un calor le recorría la mejilla marcada.
No sabía de donde sacó las fuerzas necesarias para empujarle y levantarse de la cama, echando a correr hacia el baño dando tumbos por el camino, encerrándose en el mientras rompía a llorar.
Se dejó caer en el suelo cubriéndose la cara con las manos, llorando contra ellas al ver que sus problemas aumentaban con cada minuto que pasaba.
No supo que iba a pegarle hasta que su mano salió volando hacia esa mejilla que había estado acariciando con ternura minutos antes. Pero fue escuchar su confesión, la manera en la que le restregó por la cara que había perdido la oportunidad de ser el primero en probar su cuerpo, y la rabia que sintió en esos momentos pudo más que el amor por su hermano que día a día iba creciendo.
Dejó que le empujara y huyera de su lado para encerrarse en el baño, oyendo los sollozos que iba dejando tras de sí por el camino.
"Enhorabuena, la has cagado"—rio con malicia esa voz en su cabeza.
Se cubrió la cara con las manos y gruñó contra ellas. Era verdad. Tuvo la oportunidad de explicar sus actos, poder hablarlo con su hermano y tratar de llegar a un acuerdo o a una clase de relación. Pero se dejó llevar pensando que era muy fácil, que Bill ya le había aceptado y estaba rendido a sus pies, que cuando le soltó esa cruel verdad no la pudo aceptar y reaccionó de la peor de las maneras posibles.
Cierto que no era la primera vez que le pegaba, y para muestra su anterior pelea, pero esa vez se había pasado.
Se levantó corriendo de la cama, secando esas lágrimas que a él también se le había escapado. Se acercó a la puerta del baño, pero solo apoyó la frente contra ella, sin atreverse a llamar o incluso respirar, escuchando los sollozos de su igual.
No le iba a perdonar en lo que le quedaba de vida.
Suspiró resignado y decidió dejarlo. Se dio la vuelta y abriendo la puerta salió de la habitación, encontrándose con la asustada mirada de sus compañeros que desde el pasillo habían escuchado sus gritos.
Pasó entre ellos sin decir nada y se dirigió a su habitación, sin fijarse si alguien le seguía o no.
—Quédate con Bill, pero no le hagas hablar—le pidió Gustav a su amigo.
Georg asintió y entró en la habitación del cantante, dejando que esa vez fuera él quien se ocupara del airado guitarrista.
Gustav echó a correr por el pasillo y llegó a tiempo de colarse en la habitación de su amigo, quien ni se giró para ver al intruso.
— ¡Tom!—llamó con dureza.
—No me des la charla—murmuró Tom mientras se iba quitando la camiseta.
—¿No crees que te has pasado?—estalló Gustav ignorando sus palabras—Bill no se merecía que le hubieras gritado, y menos tras lo ocurrido.
—Son cosas de hermanos, no te metas—gruñó Tom sin dejar de desnudarse.
—Me meto cuando afecta al grupo—gruñó Gustav a su vez—Ya has oído lo que ha dicho David, que vayamos con cuidado, no que montáramos otro escándalo.
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Porque eres mío
RomanceUna foto publicada en Internet hace correr ríos de tinta, el cantante de un famoso grupo aparece desnudo. ¿Quién podría haber sido tan cruel para publicarla? Tal vez alguien despechado porque el cantante no le hacia todo el caso que deseaba, porque...