Buscando un Cocinero

Capítulo 7

-oe.... Sanji - una suave voz que conocía muy bien murmuraba cerca de su oído - despierta... Amor...

-hmm... Se removió ligeramente.

Abrió los ojos y todo parecía iluminado en exceso, como si se encontrara en alguna especie de paraíso, enfoco su vista un poco y se levantó con dificultad.

-¿donde estoy? - susurro más para si mismo.

Una suave risilla sonó a su rededor, y pudo notar como poco a poco la imagen frente a él se volvía más clara, se encontraba recostado sobre un amplio campo de flores, tan refrescante y placentero.

-al fin despiertas... - escucho a su costado.

-hmm...

Aclaro aun más su vista y miro a su costado, habían pasado años desde que lo vio por última vez pero ¿como era posible que estuviera allí?

-¿es un sueño? - murmuró más para si mismo.

-ja ja ja ja ¿que estas diciendo Sanji? - escucho la traviesa voz de él.

El rubio se sobresalto un poco y finalmente lo abrazo, rodeo su cuello con fuerza y se aferro a él, pero rápidamente se desvaneció de entre sus manos mientras susurraba su nombre con una alegre sonrisa.

-espera... No me dejes - pronunció mientras lo veía volverse transparente hasta desaparecer.

-siempre estaré contigo Sanji...

-espera... No... No, no, no - repitió de forma dolorosa viéndolo desaparecer por completo entre sus brazos.

Una profunda soledad lo invadió y rápidamente todo se volvió negro, como si fuera consumido por una extraña oscuridad, se arrodillo ahí, en medio de la nada y abrazo su propio cuerpo comenzando a sollozar.

-porque... - susurró cargado de angustia.

Cada vez se volvía más oscuro y profundo, como si no hubiera escapatoria de ese pozo profundo y negro.

--

-¡Sanji! ¡Despierta!

-¡Sanji!

Su sentido del olfato de inmediato percibio ese olor, que fácilmente podía confundirse con el de "alguien más" no entendió muy bien que sucedía, ni cual fue la motivación principal para hacerlo, pero cuando entré abrió la mirada pudo distinguir una silueta que por alguna extraña razón le resultaba familiar, rodeo su cuello y se dejó inundar por completo de ese olor.

La situación era confusa pero esos brazos lo recibieron, se sentía mareado, aturdido y con mucho calor en todo su cuerpo, tanto que comenzaba a sentir como la ligera desesperación se aprovechaba de él

Por otro lado, estaba Zoro, porque si... Es Zoro quien esta junto a Sanji, aunque este último no parece estar dentro de sus cinco sentidos y al parecer no lo ha notado.

Se encontraba aún en su oficina cuando la chica que preparo el baño lo llamó para informarle que el joven cocinero había perdido la conciencia dentro de la bañera, en un principio Zoro creyó que se trataba de alguna especie de absurdo juego para molestarlo, pero toda su perspectiva cambió en cuanto sintió como su habitación ya no tenía para nada su olor, si no mas bien el de él, él de Sanji, cada centímetro se había mezclado creando una estimulante fragancia, miro de reojo a la muchacha, ella jamás lo notaria, le ordenó que se fuera y se aproximó al rubio, tan jadeante y sonrojado.

El peliverde trago con dificultad, nunca imagino que ese apestoso omega pudiera cautivar sus sentidos con el delicioso aroma del celo, tan embriagante y dulce como la miel.