Capítulo 14

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El timbre de aquel pequeño departamento suena de forma insistente una y otra vez, Sanji quien es el dueño del estrecho espacio decidió prestar atención a quien se encontraba detrás de la puerta, se sentía un poco irritado por el insistente llamado pero finalmente de relajo al ver de quien se trataba al abrir la puerta.

-oh... Señorita Nami - sonrió levemente, la sonrisa de aquella mujer era enorme.

-Hola Sanji

-eeee.... ¿Q-que sucede? - aquella mirada afilada le asustaba un poco.

-tienes una deuda Sanji - extendió frente a el una simple hoja de papel, el rubio la cogio entre sus manos y la observó abriendo los ojos de forma exagerada.

-¡¿que?! - los ceros en aquella hija eran demasiados, incluso más de lo que debía en el hospital - yo no... ¡Esto es más de lo que debia en un principio! - alegó.

Nami solo soltó una risa cargada de maldad, ambición y una pisca de gracia, se cruzó de brazos - deberías comenzar a pagar pronto o los intereses se van a subir demasiado..

-pero... - Sanji miraba la hoja lleno d pánico ¿como podría pagar esa suma?

Nami lo observó detenidamente debido a que el chico claramente está conmocionado con la noticia, a decir verdad la pelirroja asistente estaba alli por un motivo mucho más profundo : necesita precionar al rubio para de alguna forma vuelva donde Zoro después de todo ese es su trabajo hacer feliz al peliverde, mismo que en estos momentos lleva una mala racha de histeria y mal humor.

-aaaaah - Sanji suspiró largamente - yo... Buscare la forma de pagar...

-ooh yo se que lo harás Sanji...

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Y allí se encuentra meditando mientras observa las manzanas en aquella estantería del mercado suspira largamente y las personas de su alrededor lo notaron.

-¿como se supone que voy a pagar el doble de lo que debía antes? - se preguntó a si mismo mientras su rostro se deforma a uno de molestia total - ¡maldición!...

-yo ni siquiera se lo pedí - soltó entre dientes mientras apretaba ligeramente la manzana entre sus dedos.

-pero... Gracias a eso mi madre se pudo salvar... - suavizo su expresión formando un pequeño puchero - lo pagaré ¡definitivamente lo haré!

-si ¡trabajaré muy duro! - se animo a si mismo sonriendo ampliamente - ¡ese tonto no me ganará! - exclamó riendo animado.

-¿Sanji? - fue interrumpido.

El rubio se sobresalto un poco cuando sintió como su hombro era tocado con delicadeza dio un pequeño brinco y finalmente se sorprendió con quien estaba allí a sus espaldas.

-¡Sabo! - exclamó.

-realmente eras tú - sonrió amable.

Sanji lo veía fijamente mientras algo se removia ligeramente en su pecho y rápidamente se formó un nudo en su garganta, eran demasiados recuerdos que vinieron a su cabeza, el rubio lo pensó un poco pero en cuanto vio como su nuevo acompañante extendía los brazos no dudo en corresponder, habían pasado algunos años desde que no sabía nada de él o de su familia ya que cuando ocurrió el accidente de Ace el desaprecio.

-me alegra tanto verte Sanji ¿tienes tiempo? Quisiera hablar con tigo - le sonrió levemente y sanji asintió correspondiendo.

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-¡Zoro! - Nami golpeaba de forma insistente la habitación del peliverde sin obtener respuesta alguna.

Lleva más de quince minutos esperando a que el peliverde decida salir ya que lleva un retraso de al menos cinco minutos y necesita presentar a Zoro en la oficina para una reunión con un nuevo socio muy importante pero el obstinado peliverde lleva días sin querer salir y las veces que lo ha encontrado por ahí el serio hombre simplemente pasa de ella y vuelve a encerrarse, Nami lo sabe aunque ella es beta la casa completa esta impregnada de feromonas Alfa en celo de un peliverde en abstinencia.

Por su lado nuestro nombrado y querido peliverde se encuentra fuera de algunos de sus sentidos, no piensa con claridad ya que le duele la cabeza de una forma que nunca había sentido antes, siente mucho calor y es sofocante, respira agitado y con dificultad la sensación es tan intensa incluso lo suficiente como para enloquecer a alguien como él pero definitivamente lo que más le frustra es que la habitación que en algún momento utilizó Sanji casi a perdido su olor por completo, ese delicioso aroma que logro tranquilizarle los primeros dos días se esfuma y no puede hacer nada para evitarlo más que hundir su rostro en la almohada para llenar sus pulmones de lo que queda o morir asficciado ahí mientras se masturbaba sin descanso una y otra vez. 

-no lo soporto más - gruño entre dientes molesto mientras lanzaba aquella almohada lejos.

Dio largos pasos y abrió la puerta de golpe, allí estaba nami viéndolo con el ceño fruncido directo a los ojos mientras Zoro la observó a su vez de manera fija durante largo rato y simplemente la apartó para dirigir su andar a la salida sin entender muy bien el porqué lo único que quería era sentir ese agradable aroma otra vez.

-¿Donde esta? - murmuró más para si mismo.

Nami lo siguió, Zoro estaba actuando extraño y no parecía ser el mismo perdido en alguna clase de sensación sudaba de forma terrible y su rostro estaba enrojecido, la pelirroja ordenó a algunos guardias que cerrarán las entradas principales y lo dejaran deambulando por la entrada y alrededores, tenía bastante espacio hasta darse cuenta de que estaba encerrado mientras tanto debía pensar en que hacer.

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-Sanji, sabes... Me gustaría que sintieras la confianza de contar conmigo para lo que necesites - menciono Sabo con dulce voz.

Sanji se sobresalto un poco ¿como podría pedírselo? - fue el primer pensamiento que tuvo en cuanto escucho aquella frase, pensó en Zoro y la nueva deuda.

-Gracias Sabo - devolvió aquella sonrisa amablemente - en realidad yo... Estoy bien no tienes que preocuparte por mi

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Lamento la demora...

Y gracias por leer ❣️

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