Capítulo 15

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-no puedo creerlo... - se repetía una y otra vez en su cabeza - ¿Cómo fue que termine de esta forma? - murmuró con voz ronca.

Recostado sobre su cama no es capaz de levantarse sin sentir un terrible dolor en cada parte de su cuerpo, sobre todo en sus caderas, allí se encuentra solo en su departamento sin ganas de salir debido a su estado.

-no puedo creer que pensé que era una buena idea - murmuró resignado y finalmente logro sentarse con algo de dificultad en la cama, su móvil vibraba sobre la mesita junto a la cama y debía contestar.

-si... Hol... - fue interrumpido.

-¡Law! ¡Tienes que venir de inmediato! ¡Zoro a enloquecido! - gritaba Nami atravez de la línea.

El pelinegro quito la bocina de su oído hasta que ya no pudo escuchar los gritos de Nami, aclaro su voz y contesto con calma.

-¿que le paso? - preguntó poniendo ambos pies sobre el suelo.

-esta en celo - aclaro Nami.

-¿y? Le di supresores... - respondió de forma simple y se preparo para ponerse de pie.

-no sirven - se apresuró a responder.

-hmm... - Law se levantó de la cama, sus piernas le tiemblan y siente que no tiene fuerza - bien... Dame un par de horas y estaré ahí...

-¡¿un par de horas?! ¡Imposible, imposible, imposible! ¡Tienes que venir ya! - comenzó a gritar nuevamente.

-tsk.... ¡Bien iré de inmediato! - alzó la voz y finalmente fue quien corto la línea.

-¡no puedo creerlo! - protesto en voz alta mientras camina a la ducha - maldición... Tengo mis propios problemas - gruño entre dientes.

Suspiro largamente solo cuando se vio bajo el agua tibia que relaja sus músculos adoloridos, cerros los ojos por un breve segundo pero lo único que aparece una y otra vez en su cabeza es la misma escena.

-E-Eustass-ya... - jadeo entre dientes - de-detente... Duele...

Law forcejeo con el pelirrojo, pero el chico simplemente había perdido la razón parecían una bestia hambrienta que ha despertado de un largo sueño, deboro cada parte del cuerpo de su acompañante mientras lo embestia con fuerza y sin descanso, lo cálido y apretado de ese interior lo estaban volviendo realmente loco, mientras el pelinegro no hacía otra cosa más que jalar su cabello y golpear su rostro con las pocas fuerzas que le quedaban, nunca en su vida había tenido que vivir una sensación tan intensa como esa y no sabía muy bien como tomárselo...

¿Le gusta?

¿Se siente terrible?

¿En que momento termino de esta forma?

No lo sabe... Se supone que debía ser todo lo contrario...

-¡M-maldi...c-ciooon! Hnnn....

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Al aproximarse en aquel automóvil conducido por su chófer personal pudo notar desde aquella distancia la inconfundible cabellera roja de Eustass quien se veía un poco afligido, él y varios hombres más se encontraban distribuidos en las afueras de la casa de Zoro "la casa debe estar llena de feromonas" - pensó.

-Baja y dale esto a ese pelirrojo qué está en la entrada - ordenó con voz amable mientras se apresuró a poner sur tarjeta personal sobre un pequeño maletin de forma rectangular.

-bien - asintió quien manejaba y una vez se detuvo sin mas bajó para seguir la ordenen qué le habían dado.

Law observó fijamente a Eustass, el pelirrojo una ves agradeció se detuvo al girar sobre sus pies, obviamente había visto la tarjeta ya que rápidamente volteo sus ojos en dirección al auto con una evidente expresión de pánico.

-me las pagarás maldito - gruño entre dientes Trafalgar y ordenó al chófer arrancar rápidamente una vez entro en el auto otra vez.

No sabía muy bien de que forma se vengaria de él, pero una cosa era muy segura se las pagaría.

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-¡Zoro! ¡Mira aquí es Sanji! - grito Nami desde la puerta principal a un perdido peliverde que aun miraba a todos lados.

Zoro volteo de forma instintivamente y aunque Nami pensaba que se avalanzaria sobre ella él siempre serio peliverde sonrió tan ampliamente con ese brillo especial en la mirada que la mujer allí pensó que se trataba de alguien más.

-¿Sanji? - Preguntó zoro dando largos pasos hacia ella más no pudo llegar demasiado lejos pues cuando atravesó el umbral de la puerta para encontrarse con su querido rubio sintió un piquete en el cuello seguido todo se comenzó a nublar lentamente hasta que perdió la consciencia.

Nami por su lado fue lo suficientemente ágil y astuta para en un par de segundos inyectar la desconocida mezcla qué le dio Law la cual por cierto no espero que fuera tan inmediata como lo fue y cuando por fin el gran cuerpo de Zoro cayó rendido en medio de la sala principal, solo en ese momento suspiro largamente y se tranquilizó.

-¡si, logre domar a la bestia! - exclamó llena de victoria.

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¡Hola!

¿Cómo han estado?.... Espero que bien ;)...

Ha sido un tiempo desde que actualice pero siento que la inspiración vuelve a mi...los quiero gracias por ser paso entra y seguir aquí ❣️❣️...

Nos leemos en el próximo

Buscando un Cocinero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora