Capítulo 16

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Aquella imagen que vio parecía ser muy lejana y borrosa, vio claramente como los labios de aquella joven se movían y aunque no pudo escuchar lo que decía si que sintió como su pecho dolía levemente...

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Aquella mañana al abrir los ojos no entendió muy bien que estaba sucediendo en su vida, tuvo un sueño sumamente extraño y al girar levemente su mirada pudo notar que la resaca era terrible ¿había bebido demasiado? Se preguntó con curiosidad pues no suele exederse, noto qué allí en una esquina de la habitación estaba su joven y bella secretaria, aunque la mujer tenía los pelos alborotados y parecía muy derrotada.

-¿que paso realmente? - murmuró mientras se sienta en la cama con algo de dificultad, observó su propio cuerpo - se veía normal - y miró nuevamente a Nami - oe... Nami - alzó la voz buscando despertar a la chica la cual dio un pequeño brinco sobre el cómodo sillón parpadeo un par de veces y exclamó.

-¡Zoro! - se apresuró a ir a su lado - al fin despiertas ¿estas bien? - sonaba preocupada - por un momento creí que perdería mi trabajo ¡nunca te atrevas a morir! - exclamó molesta.

-¡eeeh! - el peliverde la vio molesto - solo te interesa el dinero

-¡claro que si! - exclamó ella convencida sonriendo ampliamente.

-tsk... Por cierto ¿que fue lo que sucedió?... No recuerdo nada...

Hubo un largo momento de silencio hasta que sintió un contundente golpe en la nuca y seguido de eso los gritos de la chica junto a él.

-¡porque eres tan irresponsable! ¡Es tu obligación tomar los supresores!... ¡¿Porque no llamaste a ningún omega como las otra veces?! ¿Sabes lo terrible que fue para mi? - lo cogio del cabello con ambas manos mientras se trepada sobre el para verlo fijamente - corriste como un loco por toda la casa... ¡Ninguno de tus hombres de seguridad podía ayudarme! ¡Deberías considerar contratar más personal beta! - ella continuaba gritando.

-Nami... Basta - gruño levemente mientras era atacado con la poca fuerza de la mujer.

-¡no! ¡No me odias que me calme! - grito una última vez y finalmente cedió - aaaaah estoy muy cansada - suspiró largamente.

-tsk... - chasqueo la lengua molesto -

-bien... Me tomaré el día - exclamó parándose nuevamente junto a la cama mientras acomodaba sus cabellos y ropa - y me pagarás el triple  por cuidarte estos tres días - sonrió ampliamente.

-bien... Solo vete - gruño el peliverde dispuesto a levantarse pero se detuvo por un breve momento - ¡¿tres días?!

Nami asintió sonriendo ampliamente.

-¿que paso con la reunión?... Yo debía firmar un acuerdo con un nuevo socio - recordó y se levantó a toda prisa - ¡Nami no hay tiempo para descansar!

-¡¿heee?!

-¡te pagaré cinco veces más si solucionas este problema! - le apuntó directamente Zoro.

Los ojos de Nami brillaron de la emoción provocando que repentinamente el cansancio desapareciera - ¡lo haré! - exclamó ella.

Pero lo que Zoro no sabía era que su bella secretaria ya había solucionado todo con anticipación...

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-me alegra tanto poder pasar estos días en la ciudad - exclamó sonriendo ampliamente Sabo.

-si, fue bueno poder vernos estos días - correspondió Sanji sonriendo.

Ambos habían decidió salir a tomar helado aquella tarde, Sabo guardaba especial cariño por Sanji y lo quería como a su hermanito pequeño, después de la repentina muerte de Ace el se prometió a sí mismo y a su hermano que lo cuidaría pero todos sus planes cambiaron cuando repentinamente desapareció un tiempo después, le tomo tiempo encontrarlo pero finalmente estaba aquí.

Buscando un Cocinero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora