Al amanecer Maléfica decidió irse mientras que Regina volvía a la habitación de Snow, por lo menos quería que cuando se despertara la viera con ella.
Leopold junto con un equipo de sus guardias habían salido poco después de que amaneció y estaría fuera del castillo por una semana.
Era algo que Regina apreciaba, Leopold salía del castillo mínimo 2 veces al mes, algunas de esas veces se llevaba a Snow y otras como esa vez la dejaba al cuidado suyo.
Después del mediodía salió con Snow a los establos, desde hacía poco la niña estaba animados a cabalgar sola de nuevo, mientras tanto aprovecharía para pasar algo de tiempo con Rocinante.
– Prometo no dejarte de nuevo tanto tiempo solo –acarició el hocico de su caballo mientras dejaba un pequeño beso en él–. saldremos a correr mas seguido, se que me entiendes, han sido muchas cosas.
– Su majestad disculpe –giró para ver a uno de los guardias parados en la puerta, supo que algo había pasado por la expresión triste que tenia.
– ¿Emil qué pasa? –avanzó algunos pasos notando la sangre en la ropa del guardia.
– Es el Rey, acaba de fallecer.
– ¿Qué?
– Cuando estábamos yendo al campamento intentaron asaltar el carruaje…
No recuerda mucho más que eso, solo sabe que es ella quien tuvo que hablar con Snow y que tiene que seguirla cuando huye del castillo.
– Snow espera, detente.
– ¡Déjame sola! –corre tras ella hasta que logra alcanzarla, sostiene su brazo unos segundos, está asustada, ambas lo están.
– Snow…
– Mi padre está muerto
– Lo sé querida, pero debemos ser fuertes, todo el pueblo nos necesita, él hubiera querido que fuéramos fuerte.
– ¿Te quedarás conmigo?
– Lo haré Snow –deja un beso en su frente e inmediatamente su hijastra la abrazo–. debemos volver al castillo.
– Gracias Regina –siente las lágrimas de la niña chocar contra su piel y aunque hace poco tiempo no hubiera dudado en vengarse de Snow, sabe que no puede dejarla sola.
Una vez que logran volver al castillo le pide a Granny que acompañe a Snow a su habitación para descansar un poco, ahora con Leopold muerto es ella quien se debe encargar de todo, pero está cansada también.
Sube las escaleras despacio hasta su habitación, se toma unos segundos antes de entrar, los guardias en la puerta le dan el pésame y se inclinan ante la nueva monarca. Cuando entra le sorprende un poco ver a Maléfica sentada esperándola.
– ¿Mal?, ¿qué haces aquí? –caminaron hasta la rubia y deja que la abrace, el día esta siendo agotador.
– Supe lo de Leopold, ¿cómo te sientes?
– Libre.
– Puedes mudarte conmigo a la Fortaleza Prohibida, podemos buscar todas tus cosas luego.
– Mal… no puedo.
– ¿Por qué no puedes Gina?
– Porque ahora tengo que cuidar de Snow y ser quien lleve adelante el reino –ambas se observan unos segundos y por fin Maléfica se da cuenta de que el trato con Rumpelstiltskin no salio como ella esperaba, si bien Leopold ahora esta fuera de juego, Regina sigue sin ser libre.
ESTÁS LEYENDO
Mi enorme dragón..
أدب الهواة¿Qué pasaría si Maléfica hubiera aceptado enseñarle magia a Regina?, ¿sería la Reina Malvada?, ¿habría sentimientos entre ellas?