*28 años después ~ Storybrooke*
La maldición estaba rota y ya no podía hacer nada para evitarlo, Emma Swan beso a su hijo y rompió todo lo que a ella le costó construir.
Corrió tan rápido como pudo, a Henry poco le importo que ella le asegurará que lo amaba, él esta molesto y siempre la va a tratar como la Reina Malvada.
Y de que servia ahora esconderlo, eso es lo que es, una mujer cruel que se vengo y persiguió a su hijastra por un amor perdido. Daniel, realmente tenía pocos recuerdos de todo lo que había pasado en el bosque encantado pero no importaba donde mirara, todos la culparian.
Cerro la puerta de su casa al igual que las cortinas y lo dejó todo a oscuras, lo único que le quedaba del bosque era ese collar con el anillo colgando, el único recuerdo al que se podría aferrar.
En Storybrooke no hay magia así que tampoco tiene como defenderse, solo le queda implorar a todos los dioses por un poco de clemencia.
Maléfica supo el momento exacto en que se rompió la maldición e intento salir de la casa pero Jefferson se puso delante de ella impidiéndole el paso.
– Tengo que ir con Regina.
– Te recuerdo que ella no sabe nada de ti, ni siquiera recuerda que te conoce.
– Entonces déjame ir con ella y que la despierte, Regina merece ser feliz una vez.
– Concuerdo contigo dragón, pero la reina en este momento necesita espacio.
– ¿Qué es lo que sabes?
– La hija de Snow junto con todo el pueblo la buscaran, no es tan tonta como parece.
– Con más razón necesito ir a su lado.
– Oye calma, ya pasaste 28 años escondida, aguanta un poco más.
– ¿Y si alguien la lastima? –Jefferson se quedó en silencio, sabía que Maléfica tenía razón, alguien podía llegar a lastimar a Regina.
– ¿Sabes llegar a su casa? –la rubia asintió–. entonces esta bien, ve.
Jefferson había sido un aliado de ellas de último minuto, aunque su relación con Regina no había sido la mejor, hicieron un trato, Grace se quedaría con él mientras que le daría alojamiento a Maléfica durante la maldición.
La rubia corrió hasta la mansión de Regina, nunca en esos 28 años habían hablado, pero ella siempre se mantuvo pendiente de su morena, aunque sea desde lejos la cuidaba.
En cuanto llego a la mansión supo que todo se había descontrolado, todo estaba completamente cerrado, avanzó despacio y dio algunos golpes en la puerta.
– Regina abre –espero unos segundos, cuando creyó que ya nadie iba a abrir Regina aprecio frente a ella–. Hola.
– ¿Eres Maléfica, cierto?
– Lo soy.
– ¿Y qué haces aquí?, que yo recuerde no te hice nada –la rubia logró ver el collar con el anillo colgando.
– No, no es eso, ¿puedo pasar? –dudo unos cuantos segundos, pero realmente no quería que nadie la viera en la puerta.
– Está bien –se hizo a un lado dejándola entrar–. ¿quieres tomar algo?
– Agua, por favor –Regina camino hasta la cocina, la visita de Maléfica realmente la había desconcertado, ¿qué hacía ella en su casa?, ¿cuánto falta para que la busquen?, ¿la dejarían con vida?
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Mi enorme dragón..
Fanfiction¿Qué pasaría si Maléfica hubiera aceptado enseñarle magia a Regina?, ¿sería la Reina Malvada?, ¿habría sentimientos entre ellas?