Después de esa ligera discusión las dos decidieron quedarse frente a la chimenea, Regina había hecho aparecer uno de los libros de la rubia en sus manos, mientras que ella estaba recostada sobre el vientre de la menor, disfrutando de más caricias esporádicas en su pelo.
– Es lindo estar así contigo.
– Opino lo mismo –vio que la morena dejaba el libro a un lado para mirarla–. Sabes, desde que tu me ayudas con mi magia deje de lado mi estúpido plan de venganza contra Snow.
– No creo que haya sido estúpido, tal vez si algo apresurado para lo poco que tu sabías hacer.
– No se si tomarlo como insulto o como halago.
– Halago siempre.
– ¿Puedo preguntarte algo?
– Claro, ¿qué pasa?
– ¿Qué pasó entre tu, Stephan y Briar Rose?
– ¿En serio Regina? –se levantó de su lugar para alejarse de la menor–. ¿por qué quieres saber eso ahora?
– Porque estamos juntas.
– Eso no es excusa para que te metas en mi vida.
– ¿Meterme en tu vida? –también se levantó para enfrentar a Maléfica–. por todos los dioses Maléfica, solo quiero saber qué fue lo que pasó.
– Bueno creo que eso es meterte en donde no deberías.
– Gracias por considerarme –dejo el libro a un lado y agarró su capa preparándose para irse de la Fortaleza, había ido porque buscaba calma y tranquila, necesitaba estar junto a Maléfica para sentirse bien, pero parecía que cada cosa que decía hacía que la rubia enfureciera con ella.
– ¿Qué haces?
– ¿No es obvio?, me voy.
– Regina espera…
– No. Cuando sientas que tu puedes confiar un poco en mí hablamos, hasta mientras quiero estar sola.
– Regina… –la morena no la dejó hablar más, simplemente movió las manos para desaparecer del castillo de Maléfica y aparecer en su habitación en el castillo blanco.
Daba vueltas por toda la habitación completamente enojada con la rubia, había hecho una simple pregunta y Maléfica había sobre reaccionado, se suponía que están juntas y que las parejas se apoyan siempre.
Apretó sus manos con furia al pensar en que Maléfica realmente no confía en ella, otra persona más que solo la quiere por un tiempo.
– ¡REGINA! -el grito seguido de unos golpes en la puerta la asustan y lo próximo que nota además de Snow entrando en su habitación es su librero cayendo estruendosamente a un lado suyo–. ¿Estás bien?
– Snow… –no sabe si la niña noto que fue producto de la magia o no, pero realmente ella no parece asustada–. si, solo choque con el librero, ¿ocurre algo querida?
– Solo quería saber… ¿Puedes dormir esta noche conmigo?
– Snow, ¿qué opina tu padre?
– Dijo que debía preguntarte a ti, por favor Regina.
– Amm… –se queda callada unos cuantos segundos pensando que hacer, pero sabe que si se queda con Snow, Leopold no intentará nada con ella, por lo menos no esa noche–. esta bien.
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Mi enorme dragón..
Fanfiction¿Qué pasaría si Maléfica hubiera aceptado enseñarle magia a Regina?, ¿sería la Reina Malvada?, ¿habría sentimientos entre ellas?