10 - Vacaciones de verano 2

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Luego de una larga y caliente tarde llena de ejercicios, la pareja Chaikamon estaba lista para almorzar y luego recorrer el mercado, ambos se sentaron en el comedor con un aire un poco tímido de parte del pelinegro y satisfecho del lado del emperador ahora con una sonrisa alegre en el rostro.

Después de tener un agradable y delicioso almuerzo, la pareja decidió ir al pueblo cercano a explorar un poco y relajarse con las flores que eran famosas en la localidad.

Acordaron vestir de una manera más discreta para pasar desapercibidos, decidieron llevar tonos claros un poco parecidos, mientras que Boss vestía una túnica blanca acompañado con un tono azul claro, Noeul se decidió por una túnica azul pálido con decoraciones blancas, ambos lucían elegantes y lejanos, como unos maestros adinerados, solo que la emperatriz poseía un toque mimado y alegre mientras el emperador no podía reprimir su helada personalidad.

Tomados de la mano, caminaron por el pueblo acompañados de dos guardias femeninas disfrazadas como sirvientas, el plan era fingir ser jóvenes maestros mientras recorrían el lugar con calma y sin molestias de terceros.

El lugar era un poco tosco, pero muy colorido a causa de las diversas flores que adornaban los locales o puestos, por cada sitio donde pasaban podían sentir el aroma floral calmante y rico, bastante relajante luego de varios días de continuo estrés por sus deberes.

Noeul no pudo evitar sentirse atraído hacia las flores de delicioso aroma o tonos claros, su sonrisa era radiante y esta contagiaba a su esposo, que siempre caminaba con rapidez para poder ir lado a lado con su amado, ambos caminaron por el mercado del pueblo comprando algunas baratijas interesantes o flores que le gustaran mucho al pelinegro.

— ¡Mira, venden tela florida! —exclamó con emoción Eul—. ¡Es tan hermosa! —insistió, su mano tomó el brazo fuerte del emperador y lo arrastró sin cuidado hacia la tienda que vendía diversas telas.

— Está bien, vamos a comprar algunas, esas telas te quedarían bien. Aunque te ves mejor sin nada. —comentó el emperador con una ligera sonrisa en el rostro y voz baja, haciendo sonrojar al pelinegro, hizo un puchero e ignoró el comentario lujurioso de su esposo, solo caminó hacia el interior de la tienda.

El dependiente de la tienda no pudo evitar notar la apariencia adinerada de estos repentinos clientes, sonrió de manera agradable, era mejor tener clientes con mucho dinero, y por lo que podía ver, esos dos probablemente eran pareja. Caminó hacia ambos y les saludó con una ligera reverencia, irrespetuosa para ellos como gobernantes, pero apropiada para la identidad que usaban ahora que era la de dos jóvenes maestros de paseo.

Las sirvientas le dieron al hombre igualmente una ligera reverencia, al ver que ambas mujeres portaban una bolsa con lo que parecía ser dinero, el dependiente se alegró más y su sonrisa se volvió más sincera.

— ¿Qué desean estos jóvenes maestros? Nuestra tienda posee una gran variedad de telas, estos días están de moda por aquí las telas floreadas de colores oscuros. —La pareja miró al hombre, Eul le sonrió suavemente.

— Quisiera ver las telas y algunas túnicas ya hechas. —pidió el pelinegro con voz suave, su esposo no se pronunció al respecto y solo dejó que su bebé eligiera lo que fuera de su agrado.

— Está bien. —el hombre frunció el ceño al no ver a ninguno de sus trabajadores pendientes de hacer el pedido—, ¡busquen lo que el joven pide, dejen de holgazanear! —gritó.

Pronto varios hombres fuertes y un par de jóvenes mujeres buscaron las distintas telas de moda y las mejores túnicas que tenían disponibles, al cabo de unos cortos cinco minutos todo estuvo frente al par de distinguidos clientes.

La Esposa del Emperador // BossnoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora