I need

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Dominik

—¿Color favorito?.

—mmm... azul celeste. —respondió con una ínfima sonrisa.

—¿helado favorito?.

—hasta que probé el de helado con caramelo salado era vainilla y caramelo.

—¿estación favorita?.

—otoño o invierno.

—eso no me encaja...

La castaña frunció el ceño intentando entender por que decía aquello. —¿por que no te encaja señor interrogatorios?.

—no es un interrogatorio. —la atrajo hacia el mientras dejaba salir una carcajada. —intentó conocer a la persona que hace que me vuelva loco.

Dominik estaba por debajo de la chica Morgan admirando sus preciosos ojos casi grises, apartó un mecho de su pelo para acariciar un de los lados de su rostro.

—eres una persona de luz, no puede ser que tus estaciones favoritas Sean las más frías y apagadas.

—pues lo son, amo sentir el frío sobre la cara, el olor a lluvia, ver a la gente entusiasmada por la navidad, el café o chocolate caliente, la nieve... meterme en la cama después de un largo y duro día y que esté fría... siento decepcionarte señor verano.

—no lo haces... —murmuró admirándola con una sonrisa de idiota. —en realidad también me gusta el frío más que el calor pero yo no tengo ese sol que tú derrochas Julieta.

Aquel momento se reproduce una y otra vez en mi cabeza desde los últimos dos meses y dos semanas, fue de las primeras veces que Olivia despertó a mi lado incluso antes de volver a Nueva York, uno de los momentos en los que más temí por mi mismo por que sabía que si algún día se marchaba de mi lado iba a estar jodido y la poca luz que había vuelto a mi se iba a desvanecer.

No me equivocaba, había pasado, en el momento que la vi los ojos cuando la dije que había sido un error. Ni si quiera cuando la dije que habíamos terminado vi esa sensación en ella.

—Olivia...

—¡déjame! Mi familia puede estar en peligro.

Intentaba frenarla, lo que parecía haber sido una cena para ver a quien apoyaría la causa asuntos internos acabó siendo una puta emboscada, algunos salimos segundos antes de que todo se volviera un revuelo, ni si quiera pensé en si le molestaría o no, cogí a Olivia sin dudarlo y la metí en el coche mientras que conducía con rapidez al comando.

Llegamos de los primeros y todo parecía estar tenso, el aire, la gente a nuestro alrededor... algo no iba bien y lo presentía.

—¡intentó evitar que hagas estupideces! Tranquilízate hasta que lleguen todos.

La presión del pecho de Olivia subia y bajaba, no entendía por que lloraba, era como su subconsciente la estuviera diciendo que algo pasaba.

Y así fue. Mi teléfono comenzó a sonar y maldije aquella llamada, era yo quien debía decirle a Olivia que su tío y su abuela habían muerto.

Jamas había visto llorar a alguien tan desconsoladamente, su llanto me mataba poco a poco, sentía como mi corazón se quebraba más de lo que ya estaba.

Intente consolarla, pero ni si quiera dejo que me acercara, en el entierro hizo lo mismo, llorar y no permitir que absolutamente nadie se acercara, era como si hubiese puesto una coraza al rededor de ella.

𝙻𝙸𝙼𝙴𝚁𝙴𝙽𝙲𝙸𝙰  -𝙳𝚘𝚖𝚒𝚗𝚒𝚔 𝙿𝚊𝚛𝚔𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝙾𝚕𝚒𝚟𝚒𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚐𝚊𝚗-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora