¿do you love me?

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Omnisciente

—cuando te referías hacer un trato no pensé que sería ir al súper... —dijo el castaño mientras llevaba el carrito.

—es parte del plan, no seas impaciente. —decía mientras echaba cosas al carro. —¿vainilla o chocolate?. —preguntó frente a las tarrinas de helado.

Este la miró con los ojos entre cerrados y sonrió. —vainilla si es con caramelo, chocolate si no lleva nada más.

Olivia frunció el ceño y se decantó por coger los dos.

Fueron a las cajas y pagaron lo que habían comprado para salir de allí, Richard en cuanto vio al alemán con las bolsas se las quitó y las llevó el hasta el coche para dejarlas en el maletero. Este mismo condujo hasta el pequeño hangar que la familia Morgan poseía. Allí estaba un jet listo para despegar esperándoles.

Ahora si que estaba confuso el alemán.

—buenas tardes señorita Morgan. —dijo un hombre que se encargaba de que todo estuviera bien.

—buenas tardes Alan. —aquel hombre llevaba pilotando más de quince años para los Morgan.

Richard bajo las bolsas del súper al igual que las dos maletas de ambos y se las entregó al que estaba al lado de Alan.

La chica se dio la vuelta y sonrió a su escolta. —ya sabes cuál es el trato. El ministro lo ha confirmado. Te veré el domingo.

Richard asintió y vio como esta subía al avión. Parker estaba viendo todo a detalle. Para nada se esperaba que tuvieran que coger un avión ni mucho menos.

—¿me dirás donde vamos ya?. —preguntó cuando la chica Morgan se sentó frente a él.

Esta le observó de arriba abajo viendo lo sexi que podía verse siempre, llevaba una sudadera negra acompañada de unos jeans beige y con la barba que siempre lucia de varios días. —tenemos una casa en Cannes, llevo sin ir desde que cumplí doce años y he pensado que era un buen momento para ir.

—claro, por que no tenemos apenas trabajo encima ... ¿cierto teniente?.

La chica se levantó aprovechando que ya estaban en el aire y se sentó encima de él quedando de tal manera que le abrazó por el cuello.

—no se cuando podremos volver a tener tiempo para nosotros a si que hasta el lunes no hablamos de trabajo. Después podrá mandarme todo lo que quiera capitán. —besó su cuello lentamente.

Este sonrió satisfecho al escucharla, sabía como hacer que quisiera llevar al pie de la letra todo lo que decía por esa boca que tanto adoraba.

—está bien pero te quedas así todo el viaje, no me gustan los aviones.

Olivia no pudo evitar reír ante la excusa tan mala que había utilizado. Sabía perfectamente que era mentira pero aún no con esa excusa pensaba bajarse de él.

Tras tres horas de vuelo estaban llegando a Cannes. Ya estaba anocheciendo dado que eran casi las nueve de la noche. Al aterrizar y bajar del jet se encontraron con un coche frente a ambos. Un porsche cayenne negro para ser exactos. Allá donde alex tenía una casa tenía un coche en propiedad también, y si no no le costaba demasiado conseguirlo.

—¿conduces? . —preguntó Olivia nos transó el mando de la llave.

Parker asintió. —de acuerdo...

—en el gps esta la ubicación registrada solo tienes que seguirlo.

Ambos abordaron en vehículo y el alemán condujo como unos quince quizás veinte minutos hasta que llegaron a la casa que alex Morgan tenía en propiedad

𝙻𝙸𝙼𝙴𝚁𝙴𝙽𝙲𝙸𝙰  -𝙳𝚘𝚖𝚒𝚗𝚒𝚔 𝙿𝚊𝚛𝚔𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝙾𝚕𝚒𝚟𝚒𝚊 𝙼𝚘𝚛𝚐𝚊𝚗-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora