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La vida de Kotetsu experimentaría un cambio inesperado tras llegar a esa mansión y conocer al enigmático joven dueño de ella. No obstante, no pensó en convertirse en la...
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El sol ascendía gradualmente, emergiendo de las elevadas montañas para iluminar de manera resplandeciente el entorno. A medida que se elevaba, sus rayos penetraban la claridad de la ventana, acariciando la tersa piel de alguien especial.
Una profunda serenidad envolvía su ser, y aunque sonreía con gratitud, una pizca de nostalgia también invadía su ánimo. A través de la ventana, observaba su vida desfilar ante sus ojos, desde su desafiante infancia en su pueblo natal hasta la incertidumbre superada que le permitieron seguir viviendo como un joven normal. Con el fin de saborear el entorno previo a su nueva etapa, cerró sus ojos.
Mientras tanto, la televisión del medio de transporte difundía las noticias del día.
"A pesar de su juventud, Muichiro Tokito ha alcanzado destacados logros en su carrera musical, caracterizada por letras profundas y ritmos melancólicos. Este solista se ha convertido en uno de los artistas más escuchados en los últimos meses."
"Es innegable, pero vale la pena destacar que también figura como uno de los cantantes más atractivos en todo Japón."
Los periodistas compartían risas y continuaron con las noticias, incluyendo el pronóstico del clima.
"Ese chico debe de disfrutar de una vida envidiable." Pensó el de cabello azabache.
Mientras permanecía sumido en sus pensamientos, el autobús atravesó un bache, causando un brinco que tomó a los pasajeros por sorpresa. El joven, recostado en la ventana, recibió un impacto al chocar con él. Esta acción irritó al joven quien frunció el ceño, mientras su acompañante reía silenciosamente ante la reacción del mas joven.
"Será un gran día." Pensó el mayor.
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"Ugh"
Podía percibir las gotas de sudor deslizándose por todo su cuerpo; su rostro adquiría un tono rojizo debido al calor, y presentía que en cualquier momento podría desplomarse exhausto en el suelo. Lo único que lo abanicaba en ese lugar era su propia mano, que comenzaba a experimentar dolor, al igual que sus pies. En su mente, se reprochaba mil veces por no haber traído algo más ligero, pero según su lógica errónea, llegarían a su destino antes de que el calor se intensificara. Sin embargo, el destino parecía tener planes diferentes.
