El dolor de una perdida parte 2

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      Mi hermana estaba tirada en el piso encima de unas hojas de árboles, corrí hacia ella mientras lloraba por la desesperación. Tome su cabeza y la puse en mi regazo mientras lloraba y le suplicaba que no se muriera que todavía no se podía ir, teníamos mucho en adelante, la necesitaba conmigo, aquí y ahora, que me disculpara por no haberme dado cuenta de su dolor pero que por favor no se fuera, todavía no.

-Losiento.... Hermana, siento no haberte apoyado en lo que lograbas y en vez de eso haberte agarrado envidia- dijo con ojos llorosas y con la voz muy débil

-No, yo soy la que lo siente no te puse atención, me concentre tanto en ser la mejor que no me di cuenta de que te dejaba atrás-dije llorando

Cuando terminé de hablar cerré los ojos durante unos 3 segundos, pero cuando los abrí mi hermana ya había dado su ultimo respiro. Empecé a llorar en silencio mientras ponía mi cabeza en su frente, mientras yo lloraba, me acorde de mis compañeros, yo había venido con ellos y ahora están solos peleando, pero el dolor no me dejaba pararme no podía sentía un profundo hoyo que me comía por dentro, pero no podía quedarme sin hacer nada.

Me pare de donde estaba para ir a ayudar a mis amigos, ya que no podía dejar que alguien más muriera no en donde yo estaba, no conmigo. Empecé a caminar hacia donde se escuchaban ruidos y como lo esperaba el equipo estaba exhaustos estaban en circulo (como el circulo asesino de los croods) llegue y empecé a correr hacia ellos ya que a una integrante estaba a punto de ser atacada por la espalda a sangre fría y no lo iba a permitir, brinque y saque mis dos dagas de plata de mis botas, haciendo que partiera en 2 al vampiro.

-Elizabeth, donde estabas, estábamos peleando como podíamos, pero llegaron más- comento uno de los integrantes

-Encontraste a Jane (la hermana)- dijo una de las chicas con una voz cansada

-Ella está muerta...- dije con una voz firme

Termino todo, ya habíamos terminado con los vampiros gracias a mi ayuda, empecé a correr hacia donde se encontraba mi hermana Jane Castel mi mejor amiga. Recogí el cuerpo de mi hermana y lo envolví en una sábana que había encontrado en una de las cuantas casas atacadas, recogí su cuerpo ya con la sabana puesta y la cargué en mis brazos llevándomela a la casa.

Llegamos a la organización se creta de los cazadores, mientras yo pasaba por las calles con el cuerpo de mi hermana en mis brazos. Llegue a la mansión de los Castel para que vieran el cuerpo de mi hermana y poder enterrarlo.

Unos 2 días después fue el entierro de Jane Castel una de las mejor cazadoras que el mundo haya conocido, al menos era lo que yo pensaba. Estaba parada enfrente de la tumba de mi hermana mientras alrededor mi madre y tías lloraban con un dolor profundo y mi abuelo solo estaba parado con una mira perdida parecía que su alma había dejado su cuerpo, alrededor estaban sus amigos e integrantes del equipo todos callados y con la cara abajo.

Unos días después ya que todo estaba más calmado para la demás gente, para mí no era así seguía extrañando a mi hermana y aunque nunca tuve una conexión con ella, extrañaba su presencia en la casa. Unas 2 semanas después mi abuelo me pidió que fuera a otra misión, pero con lo que no contaba es que yo ya no quería seguir siendo cazadora no más, ya no quería ver morir a más gente, así que decidí escapar en la noche y nunca volver, empaque mi ropa y mis cosas, cuando estaba a punto de irme algo me detuvo, era cierto que yo no quería llevarme algo que me recordara a los cazadores, pero.... no podía dejar las dagas de plata era algo muy preciado para mí, junto con la espada, el traje, las bolas de humo y todo lo relacionado con mis cosas de cazador, así de me las lleve conmigo, fue un camino muy difícil, dure un par de días caminando en el bosque y enfrentando me contra los vampiros, hasta que por fin llegue al lugar indicado a una ciudad, me adapte al lugar, estudie, encontré trabajo, compre un departamento y encontré pareja, todo iba bien hasta una noche. Yo en lo personal nunca deje de entrenar, aunque sabía que no era necesario lo hacía por prevención, no podía arriesgarme ah que algo me pasara o a mi pareja John, esperaba enfrentarme a cualquier cosa o persona, pero nunca me imagine a quien terminaría matando. 

Mordidas amargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora