treintaicinco.

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Piper McLean estaba entre confundida, asustada y preocupada. Por fin, tras días de interminable viaje, habían llegado. El fin del calvario. El Vesubio, se encontraba a su vista, a lo lejos.

Antes de llegar habían estado reflexionando sobre la profecía. Annabeth y ella ya llevaban un tiempo pensando en lo que ocurriría al llegar, ya que serían "vencidos" o algo entre esas líneas. No sabían a ciencia cierta por qué o quién sería el que les derrotase, pero sentían cierto temor a ello.

Piper McLean tenía un mal presentimiento. Una presión en el pecho. No sabía por qué.

Entonces, Annabeth, Piper, Percy, el entrenador Hedge y Jason Grace se dirigieron al Vesubio.

•••

Travis Stoll de quedó mirando a la joven hija de Zeus, que trataba de llegar hasta donde se encontraba el semidiós.

—¡Eres un imbécil!—Miranda gritó mientras corría.

Travis Stoll había logrado subirse a un árbol, se había encaramado a las ramas, observando a la hija de Zeus ser perseguida por la quimera.

Miranda trataba de mantener su ritmo, aún teniendo un pie malherido.
Travis estaba tentando a bajarse y ayudarla, pero al mismo tiempo le daba miedo que la quimera se abalanzase sobre él.
Después de unos segundos se mordió el labio y bufó.

—...Tienes suerte de que te tenga tanto cariño, princesita.—Travis se tiró desde el árbol y corrió hacia Miranda.

Ella al verlo acercarse abrió sus ojos como platos y por un momento se tropezó. Volvió a levantarse al segundo y cuando estuvo más cerca del joven se dejó caer en sus brazos.

Travis la agarró fuertemente y la recogió entre sus brazos, cargándola y corriendo tanto como podía. Cuando se acercaron al árbol donde Travis se había encontrado, él la soltó y la impulsó para que subiera por el tronco.

Cuando Miranda ya estaba sobre una de las ramas, agarrada con fuerza, Travis inmediatamente escaló y se subió a la rama de al lado.

—Joder. No me des esos sustos.—Travis se pasó una mano por la frente para secarse el sudor.—Cuando te has tropezado pensaba que te iba a comer esa cosa.

—Muy bien, Travis. Pero ahora hay que ver cómo deshacerse de esa cosa.

Travis asintió. Miranda dejó caer su cabeza levemente hacia atrás, pensando. Suspiró y después miró a Travis.

—Arranca esa rama.—dijo ella.

—¿Perdón?—Respondió Travis, confundido.

—¡Que arranques la rama!—Travis hizo fuerza y arrancó una de las ramas del árbol con dificultad.

Travis le lanzó la rama a Miranda y esta la agarró. La chica se quedó quieta, con todo el peso de su cuerpo echado sobre la rama del árbol en la que estaba colgada.
Travis también se quedó quieto al verla.

Cuando apareció la quimera, y esta abrió sus fauces, dispuesta a escupir fuego hacia los semidioses, Miranda usó la rama del árbol como una lanza, tirándola directamente hacia la boca del monstruo, atravesándola.

Una vez hizo esto, Travis se bajó con rapidez del árbol y se situó en la parte de atrás de la quimera, que agonizaba.

Esta se movía erráticamente mientras Travis Stoll sacaba su daga y se la clavaba en el lomo y rápidamente se alejaba de la bestia.

La quimera daba vueltas, sin poder quitarse de encima la rama de árbol que la empalaba. Miranda se bajó del árbol como pudo y se quitó su anillo, apareciendo su espada.

Con rapidez, cortó la cabeza de dragón que había en su cola, para evitar que les envenenase.

—Ahora sí, hay que encontrar a Thalia y a Connor. No creo que Apolo ayude demasiado.

Miranda dijo mientras guardaba su espada y respiraba agitadamente. Travis se acercó a ella y frunció el ceño.

—Tu pie. Sigues teniéndolo herido.—Miró hacia el pie de la chica, incluso con zapatos puestos, era obvio que estaba hinchado.—Has hecho demasiado esfuerzo.

—No te preocupes. Thalia tiene néctar, cuando los encontremos...

—...Me da igual.—Travis rápidamente agarró a la chica entre sus brazos.

Miranda pataleó un poco, replicando.

—¡No hace falta que me lleves como si fuera una niña de tres años!

—No vas a ponerte a volar ahora, sería malgastar energía.—Travis indicó, leyendo la mente de la chica.

Ella chasqueó la lengua y frunció el ceño, callándose y dejándose llevar por el chico. Travis sonrió de forma divertida mientras cargaba con ella.

El hijo de Hermes empezó a andar. Después de un buen rato se encontraron con lo que parecía un pozo. Tenían bastante sed, así que pensaban que sería buena idea beber un poco del agua del pozo.

Estaba hecho de montones de piedra cortadas de forma tosca. El agujero era extremadamente profundo y el eco era mucho.

Travis asomó la cabeza por el pozo y se puso a gritar.

—¡HOLA!—Ladeó la cabeza para escuchar el eco. Entonces otra voz respondió.

—¡CÁLLATE, JODER!

Miranda frunció el ceño y miró a Travis, que tenía una expresión de miedo exagerada en su cara.

—Eso parecía Thalia.—Dijo Miranda, acercándose al pozo.

—Nah... no, no puede ser ella.—Respondió Travis.

—¡PEDAZO DE PUTO GILIPOLLAS!

Miranda presionó sus labios y Travis asintió lentamente.

—No, sí, vale es ella.—Dijo Travis.

—Sí, es Thalia.

Ambos jóvenes se inclinaron sobre la abertura del pozo y se miraron ambos, preparados para rescatar a Connor y Thalia.

SANGRE DE ZEUS. ➵ TRAVIS STOLL ☤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora